Enviado especial al a?o 2020
La editorial Taurus ha alcanzado en los ¨²ltimos tiempos renovado vigor bajo la direcci¨®n de Juan Cruz, un hombre en quien confluyen el literato sensible, el periodista informado y el editor generoso, animando a escribir a los que tengan algo nuevo que decir. Recientemente ha publicado Taurus dos libros a los que une una misma preocupaci¨®n: ver c¨®mo se van mermando las posibilidades de que Espa?a contin¨²e existiendo a un nivel digno de s¨ª misma. As¨ª de simple. Si uno de ellos, El secreto de Espa?a, de Juan Marichal, mira al pr¨®ximo pasado buscando la experiencia que nos dejaron la acci¨®n, y el pensamiento de los liberales amantes de la libertad, el otro, El futuro de Espa?a, de Diego Hidalgo, mira al inmediato porvenir -que limita a 25 a?os hasta llegar al a?o 2020- y descubre un horizonte espa?ol lleno de nubarrones en el que, sin embargo, se abre un resquicio a la esperanza si se adoptan desde ahora las medidas econ¨®micas y sociales y un nuevo temple vital en el que no quepa ni la desesperaci¨®n ni la indiferencia necesarias para que nuestro amado pa¨ªs se vaya al traste.Los dos libros son importantes y, en cierto modo, complementarios porque saber lo que nos pas¨® es decisivo para acertar en lo que debamos hacer. Mas dada la urgencia de los temas que afloran en el libro de Hidalgo, voy a referirme por lo pronto s¨®lo a ¨¦l, dejando para m¨¢s adelante un comentario tranquilo al libro de Marichal.
Diego Hidalgo es un espectador privilegiado de los cambios -formidables y acelerados- que est¨¢ experimentando el mundo. Tras cursar su carrrera de Derecho en la Universidad Complutense de Madrid -donde fue, por cierto, compa?ero de estudios del que iba a ser nuestro Rey y de Pilar Mir¨®, entre otra gente valiosa-, obtuvo en 1968 su master en Administraci¨®n de Empresas, en la Universidad de Harvard. Trabaj¨® despu¨¦s en el Banco Mundial, donde ser¨ªa el primer espa?ol en alcanzar el nivel de jefe de divisi¨®n, y precisamente como tal se encarg¨® de los asuntos referentes a ?frica, lo que le llevar¨ªa m¨¢s adelante a crear una fundaci¨®n, Frida, de ayuda al despegue de los pa¨ªses de aquel continente. Tuvo adem¨¢s actividades editoriales en Espa?a -presidente de Alianza Editorial y de Labor y consejero de PRISA- y ha sido hasta hace pocos meses presidente del consejo social de la Universidad de Extremadura, regi¨®n nativa de su familia paterna. El ser admitido en 1994 en el Fellow Program del Centro de Asuntos Internacionales (CFIA), con sede en la citada universidad americana, le ha proporcionado una informaci¨®n de primera mano de sus compa?eros de clase de Harvard, algunos de los cuales han alcanzado puestos clave, a escala mundial, en las actividades m¨¢s modernas y decisivas. No creo que haya muchos espa?oles con este acervo de centros de pensamiento vividos y tan valiosas relaciones personales. Lo cual es importante para despertar nuestra confianza en los datos y opiniones que da en su libro.
La conclusi¨®n a que llegaron sus compa?eros de la Harvard Business School, al celebrar en 1993 el 25? aniversario de su graduaci¨®n, fue que "la globalizaci¨®n econ¨®mica resultante del fin de la guerra fr¨ªa, la incorporaci¨®n de 2.000 millones de trabajadores con un coste 100 veces inferior al de los pa¨ªses europeos, y los avances tecnol¨®gicos, estaban poniendo en peligro la supervivencia de gran parte del sector industrial en Europa y Am¨¦rica". Por ello, la primera parte del libro se dedica a exponer la situaci¨®n en que se encuentran los pa¨ªses del mundo en 1996 y cu¨¢l podr¨ªa ser su evoluci¨®n durante el pr¨®ximo cuarto de siglo, un margen de tiempo prudente para poder vislumbrar el horizonte sin que desaparezca entre las sombras del ma?ana, y que comprende dos generaciones hist¨®ricas, una en que los j¨®venes de ahora marcar¨¢n sus preferencias e ideales -o la falta de ellos-; y otra en que esos j¨®venes se habr¨¢n hecho personas maduras y podr¨¢n vivir en un mundo seg¨²n alguno de los escenarios plausibles que imagina el autor. Este, como si fuera un enviado especial al futuro, al acercar su lente a Espa?a -que ya no puede estar aislada ni exenta de una historia m¨¢s universal que nunca- nos dir¨¢ c¨®mo la ve si "sus problemas graves no se trataron en los noventa (escenario 1); si en esos a?os "s¨®lo se tomaron medidas provisionales y temporales (escenario 2); o si se lograron soluciones estructurales en los d¨ªas actuales (escenario 3). En este ¨²ltimo caso -informa el enviado especial-, "en el a?o 2020, Espa?a es uno de los pa¨ªses de primera l¨ªnea de Europa. La Uni¨®n Europea ha emprendido un programa de gran envergadura para prestar ayuda a los pa¨ªses de ?frica del norte y ha tenido que reducir y privatizar su Estado de bienestar social, por lo que es menos pr¨®spera que EE UU y Jap¨®n, aunque la calidad de vida en Europa, liderada por Espa?a, es a¨²n alta. China e India se est¨¢n convirtiendo en grandes potencias. Las perspectivas para la UE y para Espa?a van mejorando".
?C¨®mo, andaba Espa?a en aquel a?o de 1996? El diagn¨®stico que nos hace el autor es desalentador: "moneda vol¨¢til, d¨¦ficit presupuestario, baja tasa del ahorro, altos tipos de inter¨¦s, aumento constante de la deuda, alta tasa de desempleo, aislamiento y falta de internalizaci¨®n de las empresas, alto coeficiente de intervenci¨®n del Gobierno en la econom¨ªa, vivienda cara..., subsidios y subvenciones estatales a los sectores menos rentables de la econom¨ªa...". Todos los pueblos -nos recuerda- tienen temas tab¨² que constan en la conciencia de todos, pero de los que nadie -y menos los pol¨ªticos- quiere hablar. Silencios que se refieren al pasado -como en Francia respecto a todo el periodo de Vichy- o al presente, en cuyo caso son m¨¢s peligrosos. En Jap¨®n, por ejemplo, "hay al gunas caracter¨ªsticas terribles de la sociedad, que algunos japoneses son capaces de abordar con extranjeros pero que jam¨¢s trata r¨¢n si hay otros japoneses delante". Y en Estados Unidos "el tema tab¨² ha sido el racial" cada d¨ªa m¨¢s explosivo. En Espa?a el tema prohibido es "el de las pensiones, las prestaciones sociales y la relaci¨®n de dependencia del Estado de una gran parte de los ciudadanos del pa¨ªs". Pero, naturalmente, el autor no se calla y habla a fondo de estos temas.
Las nuevas tecnolog¨ªas tienden a favorecer a los m¨¢s j¨®venes que saben navegar mejor por ellas y hacen que "muchos americanos y europeos ricos de mediana edad se est¨¦n convirtiendo en despose¨ªdos". Pero esta misma diferencia se va a producir entre
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los pa¨ªses que puedan y sepan dominar esas t¨¦cnicas. Lo cual, a largo plazo, llevar¨ªa a una grave amenaza para la paz al crecer la desigualdad "en riqueza, oportunidades, esperanza y seguridad entre el mundo industrializado y los pa¨ªses en desarrollo".
Seg¨²n el Banco Mundial, el PIB de Espa?a en 1992 era el s¨¦ptimo del mundo. Espa?a, desde entonces, "de estar en la cresta de la ola hemos pasado a ocupar uno de los ¨²ltimos lugares de Europa en importancia y prestigio". Decadencia que no se debe s¨®lo a ella, pero que ella no ha hecho mucho para superarla. La gran diferencia entre la Espa?a de hoy (1996) y la de hace 10 a?os "est¨¢ en que el gasto p¨²blico ha pasado del 27% al 50% del PIB... y que el desempleo se ha cuadruplicado, a pesar de la creaci¨®n de un mill¨®n de pues tos de trabajo en el sector p¨²blico". Que Espa?a tenga una tasa de paro del 24% -la mayor de los pa¨ªses occidentales- y que, en cambio, Portugal s¨®lo tenga una tasa del 6% no se explica f¨¢cilmente, ni el autor, que lo subraya, nos lo aclara. M¨¢xime si, como ¨¦l cree, el paro oculto es a¨²n mayor que el falso paro de los tramposos que trabajan en negro pero cobran subsidio. Es ¨¦ste uno de los seis problemas con que, a juicio del autor, se enfrenta Espa?a. Los otros cinco son:
1. La convergencia con Europa, tan dif¨ªcil econ¨®mica y socialmente.
2. La amenaza del Magreb, vecinos como somos de Argelia y Marruecos, dos pa¨ªses con presiones demogr¨¢ficas tremendas y en los que no est¨¢ ex cluido el triunfo del integrismo isl¨¢mico que termina en con flicto de civilizaciones pasando por el terrorismo.
3. Las pensiones y su impacto sobre las finanzas p¨²blicas (en Espa?a hay ya menos de dos personas trabajadoras por cada jubilado).
4. El funcionario vitalicio (en 1978, por cada 100 personas ocupadas en el sector privado hab¨ªa 50 con ingresos de las administraciones p¨²blicas, y en 1993 son ¨¦stas ya 116).
5. El fracaso de la educaci¨®n superior creadora de frustrados, para los que se sabe de antemano que no va a haber puestos de trabajo suficientes.
Aqu¨ª convergen, sin propon¨¦rselo, el libro de Hidalgo y el libro de Marichal. La pedagog¨ªa, la formaci¨®n de alumnos y de maestros en todos los grados de la ense?anza y en todos los lados de la vida, es la asignatura pendiente de este pa¨ªs nuestro que podr¨ªa tener, si se lo propone en serio, una hermosa navegaci¨®n por el siglo XXI.
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