Correcaminos, Coyote y la gitana
Estrenada en Madrid con varias semanas de retraso sobre las fechas previstas por la incomprensible censura ejercida por algunos exhibidores contra un producto comercial como cualquier otro sin estridencias de ning¨²n tipo, Cachito marca el retorno del bilba¨ªno Enrique Urbizu a sus primeras pel¨ªculas, mezcla de humor y acci¨®n, especialmente a Todo por la pasta (1991).Tras dos "comedias de ejecutivos" de encargo que m¨¢s vale olvidar y que demuestran su falta de predisposici¨®n para el subg¨¦nero, Urbizu parte en esta ocasi¨®n del relato de Arturo P¨¦rez Reverte Un asunto de honor para seguir avanzando en el terreno cinematogr¨¢fico que m¨¢s le interesa.
Planteada como una larga persecuci¨®n, con una tradicional estructura de itinerario, Cachito narra c¨®mo dos hombres se enfrentan por una joven gitana a lo largo de un viaje por carretera por el sur de Espa?a. Sin embargo, el planteamiento de base aparece lastrado por dos elementos que chirr¨ªan dentro del conjunto.
Cachito
Director: Enrique Urbizu. Guionistas: Imanol Uribe, Francisco Pino, Jes¨²s Regueira, Enrique Urbizu. Fotograf¨ªa: Alfredo Mayo. Espa?a, 1995. Int¨¦rpretes: Jorge Perugorr¨ªa, Sancho Gracia, Amar¨¢ Carmona, Elvira M¨ªnguez, Aitor Mazo, Sara Mora, Luis Cuenca, Pilar Bardem. Estreno en Madrid: Coliseum, Acte¨®n, Benlliure, N¨®vedades, Espa?a, Excelsior, Luchana, Aluche.
En primer lugar, una vez planteada la situaci¨®n inicial, no evoluciona en absoluto, se limita a dar vueltas sobre s¨ª misma. Y luego, el conjunto tiene una excesiva influencia del mundo de los dibujos animados, con lo que esto significa de caricaturesco y simple.
De manera que Cachito tambi¨¦n puede ser vista corno un nuevo enfrentamiento entre Correcaminos y Coyote, m¨ªticos personajes de dibujos animados, por una gitana. Esta referencia directa al mundo cinematogr¨¢fico norteamericano, tanto en el nombre de algunos personajes como en la estructura del relato, no enriquece el resultado, sino que lo empobrece en exceso.
Su principal defecto es la falta de humanidad y el excesivo manique¨ªsmo de los personajes. S¨®lo la naturalidad de Amara Carmona y la profesionalidad del cubano Jorge Perugorr¨ªa, que est¨¢ a punto de convertirse en el m¨ªtico camionero del cine hablado en castellano, logran salvar a sus respectivos personajes y dar alguna fuerza a su relaci¨®n.
Mientras, en el otro extremo, Sancho Gracia resulta un malvado demasiado elemental, cuya peculiar barba subraya en exceso el lado caricaturesco de su personaje, y Elvira M¨ªnguez se muestra perdida y no logra hacerse con su personaje en ning¨²n momento.
Babelia
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