El ¨¢ngel de la galer¨ªa
'Abierto en canal' presenta la historia que inspiro el filme 'Pena de muerte'
Su rostro aparecer¨¢ para siempre asociado al de la actriz Susan Sarandon, candidata a un Oscar por su interpretaci¨®n en Pena de muerte. La aut¨¦ntica Helen Prejean, la tenaz monja cat¨®lica norteamericana que inspir¨® la pel¨ªcula que ha vuelto a poner en primer plano el debate sobre la pena capital, es la protagonista de El ¨¢ngel de la galer¨ªa de la muerte, un documento que Canal + emite a las 15.05, en el informativo Abierto en canal. Con esta gu¨ªa excepcional, un equipo de la BBC se ha adentrado tras las ¨²ltimas rejas, en la antesala de la ejecuci¨®n. En la zona terrible del crimen y el castigo.No se trata de ese tipo de reportaje televisivo tan al uso, complementario de una producci¨®n cinematogr¨¢fica de ¨¦xito. El documental sirve para refrendar la meticulosidad con que Tim Robbins, director de Pena de muerte, afront¨® su trabajo. Cotejando pel¨ªcula y documental, uno tiene la impresi¨®n de que Robbins pidi¨® prestado hasta el fat¨ªdico segundero del reloj de pared de la sala de ejecuci¨®n de la penitenciar¨ªa de Louisiana. A la vista del impacto, tambi¨¦n acert¨® en la filosofia. En su ¨²nica aparici¨®n en el documental, Robbins se explica muy bien. "Si les hablas a los ya convencidos no sirve de nada. Es como masturbarse".
Robbins ten¨ªa otra idea clara. Helen Prejean (Susan Sarandon) no pod¨ªa aparecer como una especie de supermonja. No se trataba de hacer una pel¨ªcula sobre santa Helen. En El ¨¢ngel... se ahonda en la biograf¨ªa de esta mujer real, con toda su fortaleza y su fragilidad, y que ha removido casi en solitario las v¨ªsceras de la justicia estadounidense. En la pel¨ªcula hay una escueta alusi¨®n a sus or¨ªgenes. En la galer¨ªa de la muerte todos son pobres y la mayor¨ªa negros. Ella procede del mundo de los ricos.
El documental nos cuenta qui¨¦n es y de d¨®nde viene Helen. Ella misma relata el sorprendente itinerario vital que lleva a una hija de sure?a familia acomodada a ser el ¨²ltimo reducto de humanidad para los que la sociedad considera que "ya no son humanos", el ¨²ltimo aliento de esperanza para los peores criminales. El reportaje es todo lo contrario de una hagiograf¨ªa empalagosa. Prejean va pasando el ¨¢lbum de fotos de su vida con un p¨¦talo en la mano y un bistur¨ª en la otra. Es como si reandase el camino para revisar los presupuestos del "mundo feliz",el de su familia rica y su selecto colegio privado.No echa sermones, sino que busca en la otra cara de los recuerdos. Uno de los juegos de infancia era "atreverse" a sentarse durante unos segundos en la parte de atr¨¢s de los autobuses, donde obligatoriamente deb¨ªan viajar los negros. Despu¨¦s de profesar 20 a?os como monja enclaustrada, Helen decidi¨® volver a la parte de atr¨¢s del autob¨²s social para quedarse all¨ª y darle una vuelta al calcet¨ªn del mundo.
Entre los testimonios, el del fiscal de Nueva Orleans es particularmente interesante.No s¨®lo porque representa a los electores, sino porque se trata de un cat¨®lico tan devoto como Helen Prejean. ?l invoca a Dios para justificar la pena capital. Ella dice que la autoridad civil no puede apropiarse de la ley de Dios: "Yo no podr¨ªa adorar a un Dios que fuese m¨¢s vengativo que yo". Piense Dios lo que piense, esta monja solitaria ha reabierto un oportuno debate a partir de su libro Dead man walking, que llam¨® la atenci¨®n de la factor¨ªa de Hollywood.
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