La clave carolingia
El encuentro del domingo entre Aznar y Pujol se ha celebrado por sorpresa -para evitar seg¨²n se ha dicho, la presi¨®n condicionante de los medios informativos. Con el reconocimiento de que la presencia, o la espera en el exterior, de los periodistas altera los resultados de un encuentro se comprueba que en el PP nuevos datos y nuevas responsabilidades han permitido llegar a nuevas conclusiones provisionales, respecto al papel, de los medios en la ardua cuesti¨®n de las negociaciones. Algunos enseguida querr¨ªan invalidar el proceder opaco del domingo recordando que durante la pasada legislatura, cuando estaba en la oposici¨®n, el PP exigi¨® transparencia total de forma que los acuerdos de los socialistas de Gonz¨¢lez, con los convergentes de Pujol se hicieran con luz y taqu¨ªgrafos a la vista del p¨²blico en la tribuna del Congreso de los Diputados. Era la ¨¦poca en que los encuentros en Moncloa del presidente del Gobierno con el president de la Generalitat se sumaban al esc¨¢ndalo al considerarse por parte del PP sospechosos de propiciar oscuros chantajes que se presum¨ªan nocivos para los intereses generales del pa¨ªs.Con modestia relativista y sin anatemizar comportamiento alguno aceptemos el efecto surgido de la perspectiva de las elecciones del pasado 3 de marzo. Est¨¢ claro que las urnas han vuelto a distribuir las cartas, han cambiado los deberes relativos de los l¨ªderes pol¨ªticos y han modificado el ambiente. Ello es as¨ª hasta el punto de que Emilio Lamo de Espinosa ha podido escribir ayer en estas mismas p¨¢ginas, a prop¨®sito del fango preelectoral, que "no son los esc¨¢ndalos los que . generaron la tensi¨®n, sino m¨¢s bien ¨¦sta la que gener¨® aquellos". De ah¨ª, seg¨²n nuestro autor, qu¨¦ a la incandescencia de estos ¨²ltimos tres a?os haya sucedido la placidez en que nos encontramos desde el 4 de marzo. En definitiva, ahora que se subastan los manuscritos de Einstein, vuelve a comprobarse, en un ¨¢rea tan aparentemente lejana de las part¨ªculas elementales como es la de la pol¨ªtica espa?ola, la interacci¨®n entre el fen¨®meno observado y el instrumento de observaci¨®n. Por que en, definitiva est¨¢ bamos prevenidos por Heisenberg de que "no conocemos la realidad sino la realidad sometida a nuestro modo de interrogarla".
El embajador israel¨ª Samuel Haddas duran 'te un coloquio en la sede de la Asociaci¨®n de Periodistas Europeos explicaba c¨®mo los acuerdos israelo palestinos de Oslo hubieran sido inalcanzables si al t¨¦rmino de cada sesi¨®n negociado ra las delegaciones hubieran tenido que comparecer ante los medios informativos para dar cuenta del punto en que se encontraba la situaci¨®n. El ejemplo de Dayton, la base a¨¦rea norteamericana donde fueron confinados fuera de todo contacto con la prensa los representantes de las artes implicadas en el conflicto de Bosnia, aporta otra con rmaci¨®n. Y cuando hace algunos a?os las centrales sindica es, escarmentadas por sus desencuentros con el Gobierno, se empe?aron en grabar las sesiones negociadoras el ensayo termin¨® como el rosario de la aurora mientras las hondas hertzianas y las p¨¢ginas de la prensa quedaba salpicadas por todas las zafiedades imaginables proferidas por interlocutores an distinguidos. En cuanto al encuentro de Aznar y Pujol del pasado domingo, lo m¨¢s probable es que las cuatro horas de conversaci¨®n se hayan celebrado en el mundo de las ideas, ya que estamos informados de que el president de la Generalitat prefiere comprobar primero con su interlocutor la existencia de as concordancias intelectuales precisas. Por eso, por ejemplo, en Tele 5, durante la entrevista previa a las elecciones propuso un debate sobre Espa?a con Aznar y con Gonz¨¢lez, que ahora tendr¨ªa todav¨ªa. m¨¢s inter¨¦s. De ah¨ª tambi¨¦n que vaya a hacerse de lectura obligatoria en G¨¦nova 13 el libro Catalu?a Espa?a, donde. se compendian las ideas al respecto del president en ejercicio desde 1980. Todas las convicciones, los matices, las indefiniciones y los compromisos de Jordi Puj¨®l han sido resumidos en esta oportun¨ªsima antolog¨ªa preparada por el periodista Ram¨®n P¨ª a la que ha puesto pr¨®logo el antologado. Este texto es un buen lugar para confirmar las insatisfacciones causadas por cualquier intento de aplicar a Catalu?a el mismo rasero que a las restantes Comunidades Aut¨®nomas. De ah¨ª que por el camino del federalismo tampoco haya soluciones practicables para las pretensiones catalanas, basadas siempre en el hecho diferencial. Atentos sobre todo a la insistencia de Pujol en la realidad carolingia de Catalu?a, en la Marca Hisp¨¢nica, que exhibe con orgullo europe¨ªsta. Esa puede ser la clave.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.