'Noche de guerra en el Museo del Prado'
En la obra de teatro de Alberti, por cierto escasamente representada, Noche de guerra en el Museo del Prado, podemos asistir at¨®nitos a situaciones imaginarias de cuadros de Goya encajados en la triste realidad hist¨®rica de la guerra civil. No hace falta demasiada imaginaci¨®n para ver reflejadas situaciones recientes del propio Museo del Prado en im¨¢genes goyescas (v¨¦ase la serie de los Sue?os). Es l¨®gico que una instituci¨®n como ¨¦sta y otras semejantes, "cuidadoras" de nuestra cultura, presenten males casi propios de "c¨®lica saturnina" intelectual. El primer problema es la endogamia, no ya en su sentido antropol¨®gico, que a veces tambi¨¦n se da, sino en un sentido "profesional". No es posible contemplar hoy un desarrollo arm¨®nico de instituciones como el Museo del Prado en las que que no existe esp¨ªritu cr¨ªtico sobre actuaciones, restauraciones y din¨¢mica de exposiciones. Esta situaci¨®n propia de profesionales en sus "reinos de taifas", cerrados ante cualquier innovaci¨®n que pueda atentar contra la "brillantez" de sus t¨¦cnicos; hace que, salvo honrosas excepciones como hemos visto estos d¨ªas, se digan o hagan muchas insensateces. Lo importante no es que el famoso cuadro de la Casa del Reloj de la Puerta del Sol sea de Goya, de Maella o de Bayeu, lo importante es que ¨¦sta y otras instituciones semejantes de nuestra cultura se rijan por criterios de eficacia, profesionalidad, esp¨ªritu cr¨ªtico, apertura y l¨®gica. Ni m¨¢s ni menos como lo hacen instituciones similares de nuestro entorno -como se dice ahora- y no por oportunismo pol¨ªtico de cualquier signo o por corporativismos esterilizantes e impresentables. Si no, tendremos que volver dentro de poco a repasar con sorpresa cu¨¢n cercanos est¨¢n los Disparates.- Jes¨²s del Mazo.
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