Avispero popular

"La historia del Partido Popular en Getafe est¨¢ marcada por las intrigas, los movimientos internos para hacerse con el poder, aunque sea a tortazo limpio. Es una especie de c¨¢ncer". As¨ª se expresa. un destacado dirigente del PP, que exige el anonimato. Esta formaci¨®n lleva ya cinco presidentes distintos en los ¨²ltimos cinco a?os.Recordar la n¨®mina reciente de cargos p¨²blicos del PP en Getafe (144.600 habitantes) requiere un esfuerzo memor¨ªstico importante. En los tres ¨²ltimos mandatos s¨®lo ha repetido un concejal de los 20 que han defendido los intereses populares: Juan Carlos Escobar, presente en la corporaci¨®n desde 199 1. Pero a ¨¦l tambi¨¦n le ha tocado caer en desgracia. Acusaclo de acoso sexual por la ex secretaria del grupo, a la que ¨¦l mismo despidi¨® pocos d¨ªas antes, la ejecutiva regional le destituy¨® fulminantemente de la presidencia el pasado d¨ªa 12. Al d¨ªa siguiente, su sucesor, Jos¨¦ Luis Moreno Torres, le retir¨® la portavoc¨ªa; a la semana, le apart¨® de la comisi¨®n municipal m¨¢s relevante, la de Urbanismo.

Escobar, descolocado por una denuncia que tacha de "b¨¢rbara y vil", se siente v¨ªctima de un "acoso pol¨ªtico por parte de los grupos de tiburones del partido". En esa convicci¨®n de que "el enemigo est¨¢. en casa", coincide, incluso literalmente, con lo expresado en su momento por sus inmediatos predecesores: Jes¨²s Carmelo Esteban, Juan Tom¨¢s Esteo y Julio L¨®pez Madera.

La figura espigada de Juan Tom¨¢s Esteo marc¨® en su calidad de portavoz del grupo de concejales el pasado cuatrienio popular, aunque s¨®lo ocup¨® la presidencia durante tres semanas entre febrero y marzo de 1994. Era un hombre at¨ªpico en las filas del partido: agn¨®stico y ex sindicalista de USO, fue colocado desde la sede nacional de la calle de G¨¦nova por una cuesti¨®n de imagen. Los trabajadores tambi¨¦n tienen sitio aqu¨ª, ven¨ªa a ser el mensaje.

Esteo lleg¨® incluso a la ejecutiva nacional en 1992. Opt¨® a la presidencia local cuando, por su condici¨®n de diputado nacional, no pod¨ªa; lleg¨® a acaparar 10 cargos a la vez, y acab¨® compareciendo ante el comit¨¦ de conflictos y disciplina de G¨¦nova.

Escobar, candidato a la alcald¨ªa en 1995, acab¨® sucumbiendo a los zarpazos intestinales. Barruntando su destituci¨®n, logr¨® que el pasado 10 de marzo cuatro concejales firmaran un acta en la que le mostraban su "m¨¢s rotundo respaldo" y advert¨ªan que la denuncia de la ex secretaria era parte de una "estrategia de acoso pol¨ªtico" promovida desde el principio del mandato por el n¨²mero dos, Luis Yubero. De poco le sirvi¨®. Uno de los firmantes, Carlos Gonz¨¢lez Pereira, cambi¨® de bando a los pocos d¨ªas. El nuevo l¨ªder local, Moreno Torres, se lo ha recompensado introduci¨¦ndole en la codiciada comisi¨®n de Urbanismo. A Moreno le queda por delante un camino complicado. Este hombre, "desvinculado de las actuales familias" -seg¨²n la ejecutiva regional- y poco conocido entre la militancia de Getafe, se ha apresurado a rehabilitar a Yubero, que desde el mismo d¨ªa del relevo en la c¨²pula se muestra radiante y satisfecho. "Todos los concejales son ?mprescindibles", argumenta Moreno.

Jos¨¦ Luis Moreno Torres tard¨® menos de una semana en rehabilitar a las bestias negras de su antecesor, Juan Carlos Escobar: el asesor pol¨ªtico del grupo, Mario Utrilla (impuesto desde la sede nacional de la calle de G¨¦nova de Madrid), y el n¨²mero dos en la lista electoral, Luis Yubero, del ala m¨¢s conservadora del partido. Yubero fue el hombre que m¨¢s luch¨® en el seno del PP porque no se construyera un Centro de Atenci¨®n al Drogodependiente (CAD) en el barrio de La Alh¨®ndiga.

Escobar destituy¨® a Utrilla en febrero "porque no conoc¨ªa los tejemanejes del pueblo", y coloc¨® en su lugar a Fernando Peinado. Moreno Torres ha deshecho el cambio. "Las decisiones de mi antecesor son respetables; las m¨ªas, tambi¨¦n", ha argumentado.

A Yubero, despojado de toda funci¨®n hace mes y medio por "p¨¦rdida de confianza" del grupo de concejales, se le atribuyen ahora competencias muy destacadas: ?rea Social, Hacienda y Mesa de Contrataci¨®n.

A pesar de las disputas y los m¨²ltiples cambios, el PP puede presumir de haber alcanzado la cifra de 1.200 militantes.