Veinte empresas de inserci¨®n ofrecen una salida laboral a grupos marginados
BEGO?A AGUIRRE, Las empresas de inserci¨®n son compa?¨ªas que pretenden competir en el mercado, pero con una peculiaridad: sus trabajadores pertenecen a colectivos marginados (mujeres solas con cargas; familiares, ex toxic¨®manos, ex reclusos, indigentes) que luchan as¨ª por un futuro laboral. Estas sociedades, promovidas por asociaciones sin ¨¢nimo de lucro, est¨¢n implantadas en pa¨ªses como Francia. En Madrid, seg¨²n C¨¢ritas, hay una veintena. Reclaman una legislaci¨®n que las ampare y medidas de apoyo para paliar sus desventajas por tener empleados que otras empresas rechazan.
Estas empresas parten de la idea de que la inserci¨®n social es muy dificil sin un trabajo. Y con las actuales cifras de paro encontrar un empleo es doblemente arduo para personas que' acarrean antecendentes penales, alcoholismo, toxicoman¨ªas, paros de larga duraci¨®n y cargas familiares no compartidas.Entre las empresas de inserci¨®n madrile?as las hay de jardiner¨ªa, recogida y reciclaje de muebles, limpiezas, carpinter¨ªa, una fotocopister¨ªa... Una decena de ellas, nacidas en el ¨²ltimo lustro con el Ingreso Madrile?o de Integraci¨®n (IMI), forman la Asociaci¨®n Madrile?a de Empresas de Inserci¨®n (AMEI). Otras proceden de C¨¢ritas, Traperos de Ema¨²s o la Fundaci¨®n Tomillo.
Luis Mar¨ªa L¨®pez Aranguren, presidente de AMEI, es consciente de que estas peque?as iniciativas no resuelven el problema del paro "pero sirven para mover los fondos de marginaci¨®n". "`La mayor¨ªa de estas empresas intentan trabajar para la Administraci¨®n, por eso las propias instituciones pueden apoyar", a?ade.
Evitar morosidades
AMEI reclama al Gobierno estatal una legislaci¨®n que reconozca a estas empresas jur¨ªdicamente y al Gobierno regional una serie de medidas de apoyo, entre ellas evitar la morosidad en los pagos. Tambi¨¦n solicitan reducciones o exenciones de la cuota patronal a la Seguridad Social, subvenciones directas por puesto de trabajo, rebaja de las cargas fiscales o facilidades para acceder a cr¨¦ditos.
"`En los concursos de adjudicaci¨®n se pod¨ªa tener en cuenta el empleo de grupos margina dos como una de las caracter¨ªsticas que hacen puntuar a unos licitantes sobre otros", a?ade L¨®pez Aranguren.
Altea SL, dedicada a limpiezas, es una de las empresas de inserci¨®n nacidas con el IMI. Sus integrantes, siete mujeres con cargas familiares no compartidas, todav¨ªa creen que su d¨ªa a d¨ªa es como un milagro. El proyecto naci¨® hace un lustro a partir de una subvenci¨®n de la Comunidad al Centro de Animaci¨®n Sociocultural de Madrid (CASM), dedicado desde hace m¨¢s de una d¨¦cada al trabajo social con mujeres.
De las 60 mujeres que hicieron los cursos, 20 pasaron a las pr¨¢cticas y nueve se embarcaron en el proyecto de abrir una peque?a empresa de limpieza. La iniciativa hizo aguas al abandonar el barco parte de sus promotoras, que pensaban que ser peque?as empresarias era algo menos azaroso.
Pero dos de ellas siguieron empe?adas en el proyecto y alguna m¨¢s tambi¨¦n, aunque como empleadas. As¨ª que la compa?¨ªa reapareci¨® en 1994.
Sus siete integrantes trabajan todos los d¨ªas media jornada. "Eso s¨ª, todas tenemos contrato y Seguridad Social". Limpian comunidades de propietarios, un geri¨¢trico de la Comunidad y otros tres centros de asociaciones que trabajan con indigentes y discapacitados.
"Es dif¨ªcil competir, lo intentamos ajustando precios y ofreciendo servicios como las limpiezas puntuales de ba?os y cocinas", explica Isabel P¨¦rez, una de las veteranas que, al separarse de su marido, recal¨® en la asistencia social.
"`Me hablaron del IMI y yo les dije 'necesito un trabajo, si me ayud¨¢is a conseguirlo a m¨ª no me hace falta ese dinero', as¨ªque me informaron de los cursos de limpieza", a?ade P¨¦rez. "Con esto sacamos para ir tirando, pero estamos ilusionadas en seguir", concluye.
Adelaida Diez, gerente de Altea, se plantea: "Mucha gente: que cobra el IMI lo que quiere: es un trabajo, entonces, ?por qu¨¦ las instituciones no nos dan ese dinero a empresas sin ¨¢nimo de lucro para que les contratemos?"
Andr¨¦s Aganzo, responsable de empleo y econom¨ªa social de C¨¢ritas espa?ola, explica que las empresas de inserci¨®n pretenden ir m¨¢s all¨¢ que los talleres ocupacionales al ofrecer, adem¨¢s de formaci¨®n, una actividad remunerada.
A nivel estatal hay 150 empresas de inserci¨®n en Valencia, Catalu?a, Euskadi y Madrid. En Francia funcionan 600.
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