Vito Acconci, un artista que reniega del arte
Vito Aeconci crea espacios ideales que rompen con los convencionalismos de las ciudades y los paisajes ordenados por el hombre. Ambientaciones, maquetas, v¨ªdeos e instalaciones, incluida una que trepa por un lateral del edificio, forman parte de la primera retrospectiva de este creador norteamericano en Espa?a que se inaugur¨® ayer en el Centro Gallego de Arte Contempor¨¢neo, en Santiago de Compostela. Acconci desmitifica al "artista como h¨¦roe" y reniega de los sistemas de distribuci¨®n que hacen del arte una especie de gueto de elegidos.
"Antes de empezar a hacer performances yo escrib¨ªa poes¨ªa", puntualiza desde un principio Vito Acconci, un artista pl¨¢stico neyorquino que no ha pasado nunca por la pintura y que no cree en ella. "Nunca he pintado cuadros, el equivalente creativo para m¨ª fueron los poemas. La pintura para m¨ª no significa nada, no la entiendo, el arte en general no significa mucho para mi. No pienso que lo que hago ahora es arte, lo veo m¨¢s como arquitectura, mobiliario, paisajismo...""Mis primeras performances estaban centradas en mi propio cuerpo y luego implicaron tambi¨¦n a otra persona, pero eso era a finales de los 60 y principios de los setenta, una ¨¦poca en la, que las relaciones interpersonales y el encontrarse a s¨ª mismo,- eran uno de los temas que m¨¢s se trataban. Todo giraba en torno a la interacci¨®n personal. Conforme fue pasando el tiempo me interes¨® crear sitios para otras personas, m¨¢s que para mi solo. Creo que fue una reacci¨®n contra el artista considerado como h¨¦roe", afirma.
El mundo del arte, su funcionamiento, es lo que no termina de convencerlo. "La adquisici¨®n de arte es algo que ha perdido sentido, el sistema de galer¨ªas y museos representa algo separado de otros aspectos de la vida. Por un lado el museo es un laboratorio y por otro es una especie de iglesia. Cuando una persona entra en una galer¨ªa o un museo, sobre todo en Estados Unidos, es como si de pronto se sintiera como 'un espectador del arte', alguien separado de todos aquellos que no lo hacen jam¨¢s, se siente parte de un universo especializado".
Como no se siente un artista y, porque trabaja desde hace a?os con un equipo de personas, prefiere hablar de su trabajo en plural. "Trabajo con un grupo de tres arquitectos y funcionamos m¨¢s como un estudio que que como la obra de una sola persona", explica. "Y creo que eso es significativo tambi¨¦n para las obras, porque al principio se notaba que era el trabajo de una sola persona. Cuanto m¨¢s se trabaje en equipo el resultado tendr¨¢ en cuenta a mayor cantidad de gente. Hay muchas decisiones individuales, pero tambi¨¦n se hace bastane m¨²sica en conjunto. Aunque haya un cantante solista, el resultado depende de toda la orquestaci¨®n tambi¨¦n".
M¨²sica e ideas
La alusi¨®n musical no es gratuita. Acconci considera que el arte de las ¨²ltimas tres d¨¦cadas, por lo menos, ha tenido mucho que ver con las m¨²sica de este tiempo. "Hasta la experiencia del walkman es interesante, porque ha permitido hacer del hecho de escuchar m¨²sica algo muy ¨ªntimo, algo unido al proceso mental".
"Lo que hemos hecho en los ¨²ltimos a?os han sido, sobre todo, proyectos para espacios p¨²blicos", dice Acconci. "Quiero que la gente se siente en medio de un espacio que les permita echar una mirada fuera de los convencionalismos del poder de una cultura que ya conocen. Cuando esas convenciones se violan, tal vez puedan sentirse liberados, puedan plantearse nuevas preguntas. Yo intento subvertir reglas y est¨¢ndares, y no necesariamente para acabar con ellas, pero s¨ª golpearlas un poco y proponer otras alternativas".
Alternativas como la que hace con la instalaci¨®n realizada para el Centro de Gallego de Arte, de un parque que sube al edificio. "S¨ª, y por extensi¨®n, la persona tambi¨¦n sube al edificio", por una escalera con ¨¢rboles en el exterior del museo. "Queremos cambiar los lugares donde vivimos y los que nos rodean".
Los principales elementos o ideas de estos proyectos parten de varios procesos. "Yo no hablar¨ªa de un m¨¦todo de trabajo", dice. "Pero, por ejemplo, si partimos de un edificio construido de manera habitual, preferimos cavar debajo de ¨¦l, formar t¨²neles debajo de la construcci¨®n, para que se generen corrientes subterr¨¢neas. Otra de nuestra estrategias es la de pegar al edificio un a?adido, como un par¨¢sito, algo que vive y se alimenta de la instituci¨®n. Una tercera f¨®rmula, ser¨ªa tomar una especie de instituci¨®n y la r¨¦plica, de modo que deja de ser individual, ¨²nica, y pierde con ello parte de su poder centralizador".
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