El Barcelona sigue a la caza
La victoria en Albacete aumenta.la presi¨®n de los azulgrana sobre el liderato
El Barcelona sigue a la caza. Es su imagen de marca en la Liga dispone de cr¨¦dito suficiente como para ser tenido en cuenta. La estad¨ªstica le avala aunque s¨®lo sea a efectos disuasorios entra en el tramo final del campeonato con el equipo al completo y una mayor eficacia en sus resultados. Con estos argumentos, Cruyff tiene materia prima para alimentar una campa?a de propaganda: si el equipo suma los puntos necesarios, ¨¦l ya se encargar¨¢ de dar el tono adecuado al mensaje. El caso es que el Barcelona lleg¨® a Albacete obligado a la victoria y consigui¨® su objetivo. Sin elocuencia, bien es cierto, pero dando impresi¨®n de seguridad. De aplomo. Negoci¨® un resultado estrecho sin quedar en evidencia. Y en estas lides, es tan importante la firmeza como la oratoria.
A este Barcelona de final de trayecto le responden sus constantes vitales. Ha despejado algunas dudas por el camino y eso se aprecia en su posici¨®n sobre el campo. De algunos de sus jugadores emana sensaci¨®n de seguridad. Es el caso de Guardiola, al que se la acaba de incorporar Amor. Sea que otros compa?eros est¨¢n donde estaban (Figo, Sergi, Nadal y Abelardo). Sea que se multiplica el n¨²mero de efectivos (Jordi Cruyff y Cu¨¦llar). El resultado es visible: el Barcelona tiene m¨¢s peso espec¨ªfico. Resultado de todo ello es que puede moverse con estilo: el bal¨®n fluye, no hay desajustes de consideraci¨®n y el equipo funciona como colectivo. Cuando se presenta alguna dificultad, alguien propone la respuesta adecuada. Salta a la vista c¨®mo los jugadores hablan entre s¨ª con conocimiento de causa: si uno de ellos comete un descuido, nadie encoje los hombros. A diferencia de meses atr¨¢s, el Barcelona ha conseguido dar un paso adelante decisivo: ahora maneja el tiempo del partido. No hay prisas, no hay aceleraciones, no hay nervios. La caja de cambios funciona: el equipo sabe circular con varias facilidades. Ya no se desploma ante un brusco cambio de corriente. Ahora espera su momento.
Para superar al Albacete ten¨ªa dos opciones en la mano. ir por la victoria desde el primer minuto o trabajar a medio plazo. Eligi¨® tom¨¢rselo con calma. En sentido estricto, despreci¨® la primera parte. Lo mejor del trabajo lo hizo en los primeros diez minutos de la segunda parte, periodo en el que disfrut¨® de un par de oportunidades y obtuvo el gol que buscaba. Luego, se inclin¨® por desempe?ar un ejercicio de control en toda regla no sin los sobresaltos de rigor. Puede pensarse que el Barcelona fue excesivamente taca?o, pero los detalles del partido pasan a ser asunto de inventario. Lo esencial era sumar los tres puntos y mantener activa su posici¨®n de aspirante. Hoy s¨®lo se hablar¨¢ de los cinco puntos que le separan del Atl¨¦tico.
El Albacete acept¨® la propuesta del Barcelona y eso afect¨¦ al partido. En estos tiempos que corren se habla mucho del control del bal¨®n, pero ese debate resulta menos trascendente cuando uno de los dos contendientes se siente c¨®modo sin la pelota. Y he aqu¨ª que el Albacete es uno de esos equipos. Dispuesto en actitud defensiva, al Allbacete le interesaba m¨¢s mantener sus posiciones originales que andar especulando con el bal¨®n. Toda su capacidad ofensiva descansaba en las aventuras de Riesco y Luna. Mediada la, primera parte, Luna estaba atado y bien atado. Por aqu¨¦l entonces, el Barcelona aparec¨ªa s¨®lidamente instalado sobre el c¨¦sped. Era due?o del escenario.
Eso significaba que el centro del campo era propiedad de Guardiola. Guardiola ejerc¨ªa de mariscal. En el eje, miraba a derecha y a izquierda y pod¨ªa comprobar que los hombres estaban en su sitio. Los indicadores anunciaban normalidad. La mejor demostraci¨®n de que nadie olvidaba un detalle era el partido que estaba haciendo Prosinecki. Por una vez, el croata encajaba en la maniobra. No hab¨ªa distorsi¨®n apreciable en sus acciones, ni el exceso de individualismo que tanto se le critica. Nada m¨¢s comenzar la segunda parte, suyas fueron las dos primeras acciones de verdadero peligro. La tercera signific¨® el gol de ?scar.
Lo suyo fue una demostraci¨®n de dominio en el sentido m¨¢s amplio. La ¨²ltima media hora fue un mero tr¨¢mite en el que Busquets apenas tuvo que intervenir. Mucho di¨¢logo superficial, pero con el Barcelona due?o de la ¨²ltima palabra. Se trataba de negociar correctamente un resultado corto. Sin altibajos. Con comodidad. Hubo en su trabajo mucha econom¨ªa de esfuerzo, pero desde luego mucho temple. El Barcelona insiste con su candidatura a t¨ªtulo. Argumentos no le faltan.
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