El G-7 recomienda dar prioridad a las pol¨ªticas, activas de empleo sobre los subsidios de paro
Es preferible que los Gobiernos ayuden a los parados a encontrar trabajo a que agoten sus recursos en subsidios de desempleo. Esa fue una de las ideas en que coincidieron los representantes de los siete pa¨ªses m¨¢s ricos del planeta (G-7) en su reuni¨®n de Lille, concluida ayer con las habituales recomendaciones sobre la necesidad de sanear las finanzas p¨²blicas, flexibilizar el mercado laboral y eliminar trabas al comercio mundial. La minicumbre sobre empleo demostr¨® que, en muchos aspectos, el modelo liberal anglosaj¨®n se impone poco a poco sobre el modelo social europeo.
En la sesi¨®n de apertura, el lunes, el presidente Jacques Chirac habl¨® de una tercera v¨ªa entre la precariedad y el subempleo generados por el modelo anglosaj¨®n y el alto ¨ªndice de paro que sufre el modelo social preconizado por la Uni¨®n Europea. En las conclusiones presentadas ayer por los franceses, como presidentes de la reuni¨®n de Lille, no se recogi¨® la idea de Chirac. S¨®lo se dijo que los pa¨ªses industrializados no deb¨ªan "elegir entre el agravamiento del paro o el de las desigualdades de ingresos", sino "reencontrar un crecimiento fuerte y procurar que la prosperidad sea bien repartida".Robert Reich, el secretario de Estado de Trabajo estadounidense, se refiri¨® a la teor¨ªa de la tercera v¨ªa como algo a lo que no se opon¨ªa si consist¨ªa en "m¨¢s flexibilidad, acompa?ada de instrumentos sociales". Pero m¨¢s tarde, en una rueda de prensa, se?al¨®: "No hay primeras v¨ªas, ni segundas, ni terceras. Hay una v¨ªa que funciona y otras que no". La v¨ªa que funciona es, para Reich, la de Estados Unidos. "No es verdad que estemos creando subempleo", dijo el secretario de Estado, "sino al contrario. La gente ve que los nuevos puestos de trabajo proceden del sector servicios, y supone que consisten en servir hamburguesas. Pero no es as¨ª. El 60% de los empleos creados en Estados Unidos durante los ¨²ltimos tres a?os se sit¨²an en las bandas salariales altas y corresponden a banca, productos financieros y servicios inform¨¢ticos", concluy¨® Reich.
Reich fue sin duda el hombre m¨¢s influyente en la reuni¨®n de Lille, y uno de sus t¨¦rminos m¨¢s queridos, el de "empleabilidad" de los trabajadores, se convirti¨® en viga central de las conclusiones finales. Seg¨²n Reich, hay que acabar con las "pol¨ªticas pasivas" como arma contra el paro. Las pol¨ªticas pasivas consisten, b¨¢sicamente, en el pago de subsidios de desempleo. "Hay que pasar a un nuevo tipo de pol¨ªticas activas, consistente en dedicar el grueso de los recursos p¨²blicos a ayudar al parado a encontrar un nuevo trabajo, a formarle o readaptar sus conocimientos, a darle empleabilidad", explic¨® ayer el ministro norteamericano. "Y pagar subsidios como ¨²ltimo recurso, de acuerdo con criterios individuales y no autom¨¢ticos", remach¨®.
La presidencia francesa encontr¨® una f¨®rmula m¨¢s delicada para transmitir la misma idea: "Es particularmente importante establecer v¨ªnculos muy estrechos entre los servicios encargados de favorecer la b¨²squeda de empleo y los [servicios] encargados de pagar la indemnizaci¨®n de desempleo", dec¨ªa el texto de conclusiones. En otro apartado de las conclusiones se se?alaba que deb¨ªan emprenderse las reformas necesarias para que "el trabajo pagara". Eso ten¨ªa un doble significado: que las cargas fiscales y sociales sobre los sueldos bajos no fueran tan elevadas que desanimaran al empresario, y que los subsidios no fueran tan generosos como para desincentivar al parado a sustituirlos por un sueldo.
Formaci¨®n profesional
El ministro franc¨¦s de Asuntos Sociales, Jacques Barrot, agreg¨® por su cuenta que resultaba apropiado "dedicar menos dinero a los subsidios y m¨¢s a la formaci¨®n profesional" e invertir especialmente en la "readaptaci¨®n de trabajadores que pierden su empleo hacia el final de su carrera y dejan prematuramente el mercado de trabajo, lo cual supone una desgracia para ellos y un derroche para unas sociedades que envejecen como las nuestras".
Los pa¨ªses del G-7 apoyaron la medida francesa de aliviar las cargas sociales sobre los salarios m¨¢s bajos para crear empleo. Insistieron en la necesidad de liberalizar todos los mercados y eliminar reglamentaciones. "Para prevenir y combatir la marginaci¨®n social, debemos tratar simult¨¢neamente la precarizaci¨®n del empleo, de las remuneraciones, de las prestaciones sociales y de las condiciones de vida", se dec¨ªa en las conclusiones.
[En Espa?a, los sindicatos criticaron la tercera v¨ªa defendida por Francia para combatir el paro. CC OO rechaz¨® esta propuesta porque "es un prop¨®sito de enmienda del modelo p¨²blico de protecci¨®n social, o, lo que es lo mismo, una declaraci¨®n de voluntad pol¨ªtica para proceder a la liberalizaci¨®n progresiva del modelo social europeo", se?al¨® la central en un comunicado].
Sin condena para el trabajo infantil
Francia no consigui¨® del G-7 una condena de pr¨¢cticas como el trabajo infantil, relativamente frecuentes en Asia. Pero s¨ª logr¨®, con el apoyo de Estados Unidos, incluir en las conclusiones una referencia a la necesidad de establecer "normas sociales fundamentales en todo el mundo" como complemento imprescindible a la liberalizaci¨®n del comercio internacional. Los siete se comprometieron a "proseguir con las pol¨ªticas de apertura de intercambios, ya que contribuyen a acrecentar la prosperidad, el empleo y, sobre todo, los puestos de trabajo mejor remunerados". Para tal fin, instaron a los ministros competentes a "mantener la din¨¢mica de liberalizaci¨®n del comercio dentro del cuadro de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio" en la reuni¨®n que, en diciembre, se celebrar¨¢ en Singapur.Pero, acto seguido, los ministros del G-7 subrayaron la importancia de "reforzar las normas sociales fundamentales a trav¨¦s del mundo y estudiar las relaciones entre esas normas y el comercio internacional", y mostraron su "inter¨¦s" ante los estudios que sobre esa posible reglamentaci¨®n social mundial preparan la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) y la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT).
La delegaci¨®n de Estados Unidos precis¨®, sin embargo, que en principio se opon¨ªa a que "las vulneraciones de los derechos humanos y sociales fundamentales" fueran castigadas con sanciones. "Muchas veces, las sanciones comerciales refuerzan las pr¨¢cticas condenables y, por el contrario, el incremento del comercio y la riqueza tienden a eliminar lacras como el trabajo infantil, el trabajo forzado o la falta de libertades sindicales", dijo el ministro de Comercio de EE UU, Ron Brown.
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