Un ciego al volante
La polic¨ªa sorprende a un invidente que conduc¨ªa para ir a su trabajo en la ONCE
Jos¨¦ P. L., de 29 a?os, se dispon¨ªa en la ma?ana de ayer a subir a su reluciente Ford Escort 1.300 blanco cuando la Polic¨ªa Local le dio educadamente el alto. Su problema no era el aparcamiento ni los papeles ni la alcoholemia. Sino, simplemente, que es ciego -sufre p¨¦rdida absoluta de visi¨®n en el ojo izquierdo y del 90% en el derecho debido a la enfermedad de Fus-. Una terrible minusval¨ªa que, a tenor de la polic¨ªa, no le ha impedido en numerosas ocasiones acudir en coche desde su casa del distrito de V¨ªc¨¢lvaro a su trabajo como vendedor de la ONCE en Coslada (82.000 habitantes). As¨ª lo demuestra la multa de 50.000 pesetas que le impuso la Guardia Civil el 9 de septiembre pasado, cuando a las 11.25 sorprendi¨® a Jos¨¦ conduciendo sin permiso por la autov¨ªa de Valencia. El caso es que en aquella ocasi¨®n los agentes del instituto armado no se percataron de su ceguera. "Yo les miraba fijo a la cara para que no se diesen cuenta", coment¨® ayer Jos¨¦ a la Polic¨ªa Local. El resultado fue la apertura de un expediente de sanci¨®n de 50.000 pesetas. El hombre, que reconoci¨® su afici¨®n a los coches -de hecho posee un veh¨ªculo teledirigido-, manifest¨® a los agentes municipales que durante la conducci¨®n, siempre diurna, se gu¨ªa por sombras y bultos. PASA A LA P?GINA 5
Un miembro de la ONCE advirti¨® a la polic¨ªa del conductor ciego
VIENE DE LA P?GINA 3Otro de sus sistemas para sortear los peligros de la carretera reside en un ingenio que Jos¨¦ P. L. ha instalado en el Ford Escort de su propiedad: tres pulsadores situados a la izquierda del volante, bajo la palanca de intermitencia, que sirven para dar el contacto al coche, arrancarlo y pararlo. Una artima?a que, siempre seg¨²n la versi¨®n policial, le ahorraba el molesto trabajo de tener que introducir la llave de contacto, algo especialmente dif¨ªcil con su m¨ªnima visi¨®n perif¨¦rica (la enfermedad de Fus afecta a la visi¨®n central).
Los agentes hab¨ªan sido advertidos de los movimientos del conductor ciego por otro miembro de la ONCE. El motivo del aviso, seg¨²n la polic¨ªa, resid¨ªa en el miedo del compa?ero de trabajo a que el vendedor de cupones en sus idas y venidas (su casa dista 10 kil¨®metros del puesto de trabajo) tuviese alg¨²n accidente.
Tras ser sorprendido, la Polic¨ªa Municipal inmoviliz¨® el veh¨ªculo, en el que no se ve¨ªa un solo rasgu?o, y lo condujo hasta el dep¨®sito municipal, donde lo recogi¨® su hermano. Los agentes le recordaron que est¨¢ incapacitado para obtener el carnet de conducir, pero, curiosamente, no le impusieron ninguna multa: le hab¨ªan sorprendido antes de conducir.
Un cu?ado del invidente mostr¨® ayer a este peri¨®dico su sorpresa al saber que Jos¨¦ P. L. conduc¨ªa. "Imposible, si siempre le llevo yo o su hermano", afirm¨® este pariente, quien, al serle recordada la multa impuesta al inv¨¢lido por la Guardia Civil, indic¨®: "Eso no es cierto. Iba yo en el coche y ¨¦l no conduc¨ªa". Los documentos que obran en poder de la polic¨ªa local demuestran, seg¨²n fuentes cercanas al caso, que el instituto armado se?al¨® como conductor a Jos¨¦ P. L. y no a otro familiar. Asimismo, la ley impide que conduzcan minusv¨¢lidos con las condiciones psicof¨ªsicas de este vendedor de cupones de la ONCE. Este peri¨®dico trat¨® ayer sin ¨¦xito de recabar la versi¨®n del invidente.
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