La guerrilla busca la renuncia de Samper con un "paro armado" que causa 27 muertos en Colombia
Veintisiete muertos, 25 heridos, 25 autobuses incendiados y 15 bombas es el saldo sangriento del primer d¨ªa del paro armado decretado por la Coordinadora Nacional Guerrillera. El objetivo, seg¨²n un panfleto del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN) -dirigido por el cura espa?ol Manuel P¨¦rez-, es presionar la salida del presidente Samper. La gran v¨ªctima del primer d¨ªa del paro, que continu¨® ayer, fue la poblaci¨®n civil. Quince de las v¨ªctimas fueron ciudadanos comunes. Cuatro de ellos murieron al intentar desactivar tres petardos con los cuales se pretend¨ªa volar un puente.
En la noche del lunes, mientras el ministro de Defensa daba un parte de tranquilidad y anunciaba con orgullo "el total y absoluto fracaso del paro", los reportajes de los corresponsables de los telediarios mostraron im¨¢genes de un pa¨ªs en guerra: emboscadas, ataques dinamiteros, retenes en las principales v¨ªas del pa¨ªs, enfrentamientos, ataques a centros petroleros.El ministro del Interior, Horacio Serpa, sin restar gravedad a la sangrienta jornada, asegur¨® que la sedici¨®n "no gan¨® la partida" ni logr¨® su objetivo de "paralizar el pa¨ªs". Ayer continu¨® la orden de acuartelamiento en primer grado para todos los miembros de las Fuerzas Armadas. Las p¨¦rdidas materiales, despu¨¦s de 24 horas de paro armado, superaban los 700.000 d¨®lares (unos 90 millones de pesetas). Varias ciudades, entre ellas Bucaramanga, la quinta del pa¨ªs, y Barranca Bermeja, el mayor puerto petrolero, estuvieron semiparalizadas al quedarse sin transporte p¨²blico y sin comercio. Importantes carreteras, sobre todo en las provincias de Antioquia y Santander, se vieron desoladas durante la jornada. Nadie se atrevi¨® a circular por all¨ª.
No se sabe cu¨¢ntos lo hicieron por apoyar a la subversi¨®n o cu¨¢ntos intimidados por las amenazas para quienes no cumplieran las ¨®rdenes de los insurgentes. Fue tambi¨¦n suspendida la navegaci¨®n por el r¨ªo Magdalena, importante v¨ªa fluvial que atraviesa de norte a sur el pa¨ªs y que riega el Magdalena Medio, una de las zonas m¨¢s conflictivas de Colombia.
El pa¨ªs, a la deriva
Aunque la idea que les qued¨® a los colombianos es la de un pa¨ªs a la deriva, los estudiosos de los temas guerrilleros, sin llegar al optimismo del Gobierno, aseguran que con esta acci¨®n armada lo que demuestra la insurgencia es debilidad.Las acciones terroristas, seg¨²n los expertos, estuvieron reducidas a las zonas controladas por los des grandes grupos guerrilleros: el Ej¨¦rcito de Liberanci¨®n Nacional (ELN) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). No es un secreto que, regados por todo el pa¨ªs, existen territorios liberados. Son zonas en donde, a falta de presencia del Estado, la que reina es la guerrilla. Los comandantes de la guerrilla son all¨ª una especie de autoridad pol¨ªtica y moral.
Los ataques guerrilleros llevaron la zozobra a 20 provincias. Se dieron acciones desde La Jagua, una peque?a poblaci¨®n al norte -en la frontera con Venezuela-, donde en un ret¨¦n guerrillero muri¨® un sargento y tres civiles fueron secuestrados, hasta El Bordo, una peque?a poblaci¨®n al sur -en la frontera con Ecuador-, donde los insurgentes incendiaron autobuses.No es la primera vez que la guerrilla colombiana realiza una ofensiva nacional. El anterior presidente, C¨¦sar Gaviria, tuvo que soportar dos fuertes arremetidas de los guerrilleros. Al inicio de su mandato, a golpe de atentados, fue pr¨¢cticamente obligado a negociar bajo la mesa. Tambi¨¦n termin¨® su mandato en medio de demostraciones del poder insurgente extendidos por todo el pa¨ªs.
Ingobernabilidad
Lo grave del paro armado que comenz¨® el lunes es que, en medio de la crisis pol¨ªtica, hace m¨¢s evidente la ingobernabilidad del pa¨ªs. La guerrilla -14.000 hombres, 10.000 de las FARC y el resto del ELN- no est¨¢ interesada en negociar con un Gobierno deslegitimizado. En los ¨²ltimos intentos de acercamiento, realizados por mediaci¨®n de la Iglesia en Costa Rica, ya nadie cree.
Uno de los grandes prop¨®sitos del presidente Samper, el de la paz, al que dedic¨® m¨¢s de la mitad de su discurso de posesi¨®n, qued¨® ahogado en medio de las turbulencias del narcoesc¨¢ndalo del llamado Proceso 8.000.
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