Berlusconi y D'Alema se acusan de haber hecho negocios con Craxi
Ser¨¢ que a los italianos en el fondo les fascina el pr¨®fugo de Hammameth, pero es un hecho que el recuerdo de Bettino Craxi se introdujo en el m¨¢s movido y concurrido debate electoral celebrado hasta ahora en Italia con el mismo derecho que los problemas de la justicia o los impuestos. "Usted hizo negocios con Craxi", acusa Massimo D'Alema, secretario del Partido Democr¨¢tico de la Izquierda (PDS), a Silvio, Berlusconi. "No es verdad. Yo era el amigo de Craxi, pero los negocios con ¨¦l los hac¨ªais vosotros en las regiones y ayuntamientos", replica ¨¦ste.
Participaban, adem¨¢s, en el encuentro celebrado en la noche del martes, Gianfranco Fini, presidente de Alianza Nacional; Lamberto Dini, presidente del Gobierno y candidato asociado al Olivo, y Umberto Bossi, l¨ªder de la Liga Norte. El gran ausente fue Romano Prodi, l¨ªder del Olivo, circunstancia que permiti¨® a Fini comentar que "Prodi no juega este partido"."No soy un esclavo de la televisi¨®n, ni se me puede imponer un debate cuando conviene al presentador", replica Prodi. Lo cierto es que el l¨ªder de Olivo sali¨® s¨®lo medianamente parado del ¨²nico cara a cara que ha mantenido hasta ahora con Berlusconi -en Mil¨¢n, el pasado 25 de marzo- y qued¨® descontento de la actuaci¨®n del moderador, Bruno Vespa, que era tambi¨¦n el presentador del debate televisivo del martes, que tuvo como escenario la televisi¨®n estatal, dur¨® dos horas y media sin casi interrupciones y registr¨® puntas de audiencia ,de 10 millones de espectadores. Sin embargo, es dif¨ªcil que el esfuerzo de la escucha ayudara a los italianos a aclarar las ideas sobre este confuso voto, ya que el debate degener¨® con frecuencia. en un guirigay de gritos e improperios.
Campe¨®n de la agresividad result¨® un Berlusconi empe?ado en que los oponentes le adulteran el pensamiento y en que ello le da derecho a impedir que los dem¨¢s hablen. "Basta con esto, es mentira, una desinformaci¨®n inaceptable", le grit¨® a D'Alema mientras el moderador intentaba frenarle. M¨¢s fr¨ªo, pero tambi¨¦n agresivo, estuvo Gianfranco Fini, que, en otro momento, espet¨® al secretario del PDS: "D'Alema, no digas mentiras, que te crece la nariz". Y ¨¦ste, poniendo en peligro la imagen de moderaci¨®n que los dirigentes del Olivo buscan en esta campa?a, replic¨®: "El premio Pinocho ya lo has ganado t¨². Est¨¢s cargado de intolerancia y de agresividad".
Mientras, Dini administraba con cuentagotas su imagen de t¨¦cnico prudente, y sobre todos se impon¨ªan las risotadas de un Bossi divertido, que habl¨® del "Polo de la Libertad Condicional", en alusi¨®n a los problemas judiciales de Berlusconi, sin dejar de repetir que "el ¨²nico problema es qui¨¦n paga la ayuda al sur" y que "Roma-Polo o Roma-Olivo, a la Padania [el norte italiano en versi¨®n del nacionalismo liguista] le da lo mismo"'. "El ¨²nico de nosotros que est¨¢ condenado por haber robado 200 millones de liras [unos diecis¨¦is millones de pesetas] eres t¨²", le cort¨® Fini.
El debate gir¨® en torno a los dos temas fundamentales de la campa?a, que son la reforma de la justicia y del fisco, pero no aport¨® novedades sustanciales. Berlusconi reconoci¨® que sus promesas de reducir la presi¨®n fiscal s¨®lo podr¨¢n ser aplicadas cuando el problema de la deuda p¨²blica est¨¦ controlado, e insisti¨® en que los jueces le persiguen por motivos pol¨ªticos. En general, demostr¨® tan buen entendimiento con Fini como mala relaci¨®n con D'Alema, al que repiti¨® como despedida: "Eres un mentiroso".
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