El Gobierno de EE UU demanda a Mitsubishi por masivo acoso sexual
Entre 100 y 500 mujeres sufrieron ataques e insultos de compa?eros y superiores
El Gobierno estadounidense ha iniciado un pleito contra la compa?¨ªa Mitsubishi por lo que parece ser el mayor caso de acoso sexual ocurrido nunca en Estados Un¨ªdos. Seg¨²n la acusaci¨®n de una agencia federal, al menos un centenar de trabajadoras de la planta de autom¨®viles de esa marca japonesa en Illinois han sido desde hace a?os, sometidas a un tratamiento ultrajante y discriminatorio por parte de sus compa?eros hombres y de sus superiores de ese mismo sexo. Los demandantes solicitan para las afectadas m¨¢s de 1.200 millones de pesetas de indemnizaci¨®n.
La Comisi¨®n para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo, la agencia oficial que ha denunciado el caso ante la justicia, asegura que, desde hace a?os, numerosas empleadas de la factor¨ªa de Mitsubishi en Normal (Illinois), que pueden oscilar entre un centenar y 500, estaban siendo "insultadas, manoseadas y amenazadas" por otros trabajadores y jefes, sin que la empresa lo impidiese.La factor¨ªa de Illinois tiene 4.000 trabajadores, de los que 800 son mujeres. S¨®lo 70 trabajadores son japoneses.
Un portavoz de la Comisi¨®n dijo que las mujeres se han quejado de insultos tales como "puta, perra" y otros que esa misma fuente no se atrevi¨® a repetir. Cuando algunas empleadas se quejaron de ese tratamiento, se les amenaz¨® con el despido.
En la denuncia ante los jueces, se recogen casos como el de una mujer al que un hombre le dispar¨® una pistola de aire comprimido entre sus piernas, y el de un trabajador que encontr¨® escrito en las paredes del cuarto de ba?o una descripci¨®n de la supuesta participaci¨®n de su esposa en una escena de sexo en grupo con varios trabajadores de la factor¨ªa.
Las primeras quejas sobre acoso sexual en esa planta fueron presentadas en 1993 por un grupo de 26 mujeres que pidieron la intervenci¨®n de la direcci¨®n de la empresa para cortar los malos tratos y la discrimaci¨®n contra ellas. La empresa abri¨® una investigaci¨®n que se sald¨® con un informe en el que se negaban las acusaciones.
Insistencia
Seg¨²n la denuncia, las trabajadoras tuvieron que consentir las agresiones sexuales para obtener o mantener su puesto de trabajo, mientras algunas fueron forzadas a dimitir cuando se negaron:
Las mujeres, que protestan tambi¨¦n por diferencias de trato en la pol¨ªtica de ascensos y salarios, continuaron su batalla en la arena judicial, y consiguieron el respaldo de otras mujeres de la factor¨ªa que denunciaron acosos similares a los que ellas hab¨ªan sufrido.
Como consecuencia de esa masiva protesta, la Comisi¨®n para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo investig¨® por su parte la situaci¨®n y concluy¨® que se trataba del "mayor caso de acoso sexual desde la aprobaci¨®n del Acta de Derechos Civiles en 1964".
Gary Shult, vicepresidente de Mitsubishi en Estados Unidos, ha negado todos los cargos contra la compa?¨ªa, y ha asegurado que la denuncia est¨¢ motivada por razones pol¨ªticas, con objeto de ganar el voto de las mujeres en las elecciones presidenciales del pr¨®ximo mes de noviembre. Tratando de desmentir ese argumento, la Comisi¨®n ha recordado que la investigaci¨®n fue iniciada en 1994 por quien entonces era su presidente, Gaul Silbermann, un republicano nombrado por el presidente Ronald Reagan.
El a?o pasado, la misma agencia oficial present¨® una denuncia similar contra una factor¨ªa de cosm¨¦ticos en el que sus empleadas se quejaban de acosos sexuales. La empresa acept¨® indemnizar a las trabajadoras con 1,2 millones de d¨®lares para evitar el juicio.
La Comisi¨®n ha decidido seguir adelante en su causa contra Mitsubishi, pese a los problemas pol¨ªticos que pueda originar -el presidente Bill Clinton viaja a Jap¨®n la pr¨®xima semana- para que este caso sirva de lecci¨®n en otras empresas. "Este hecho deber¨ªa enviar un claro mensaje de que el acoso sexual en el trabajo no ser¨¢ tolerado, especialmente cuando alcanza niveles como los que se han visto aqu¨ª", afirm¨® el portavoz de la Comisi¨®n, Paul Igasaki, precisamente de origen japon¨¦s.
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