Aranda: "S¨®lo yo pod¨ªa hacer 'Libertarias'
El director de cine abre una ventana a la guerra civil con un relato emocional
Vicente Aranda ha abierto una ventana a la guerra civil por la que ha entrado el canto revolucionario anarquista, el m¨¢s idealista y ut¨®pico. Con Libertarias, el director cumple no s¨®lo con su amenaza de abandonar el erotismo y dedicarse a la ¨¦pica, sino con su empe?o de luchar contra el olvido de la guerra civil espa?ola. Aranda ten¨ªa nueve a?os en el estallido de la contienda, y recuerda a¨²n lo que dec¨ªa una se?ora en el refugio en el que se resguardaban de los bombardeos: "Una revoluci¨®n no fracasa nunca". Libertarias, filme que se estrena la semana pr¨®xima, es un relato emocional y ¨¦pico, alejado de la imparcialidad. "Vivo con la impresi¨®n de que soy el ¨²nico que pod¨ªa haber hecho esta pel¨ªcula", confiesa Vicente Aranda.
"Me temo que es provisional," pero s¨ª siento que me he quitado un peso de encima", confiesa Aranda a una semana del estreno de su ¨²ltima pel¨ªcula, una gran superproducci¨®n de Sogetel y Lola Films, con un reparto estelar. Protagonizada en sus papeles principales por Ariadna Gil, Ana Bel¨¦n y Victoria Abril, el filme narra las experiencias de seis milicianas anarquistas en el frente de Arag¨®n, de unas mujeres que "prefieren morir de pie como los hombres a vivir de rodillas como criadas"."Lo ¨²nico que pretendo es nacer cine y tranquilizar mi conciencia haciendo cine. Con una pel¨ªcula es muy dif¨ªcil tranquilizar la conciencia de uno, porque siempre hay elementos que te parecen infantiles y hasta grotescos, pero este tema, y concretamente esta pel¨ªcula, me tranquiliza m¨¢s", dice el director, para quien la pel¨ªcula supone una aproximaci¨®n a unas experiencias que tuvo de ni?o. "Con esta pel¨ªcula concretamente, vivo con la impresi¨®n de que, si no la hubiese hecho yo, no la habr¨ªa hecho nadie; soy yo el ¨²nico que pod¨ªa hacerla". ?Por qu¨¦? "Porque hay vivencias; hay sobre todo un esp¨ªritu adquirido en la infancia, una presencia como testigo -eso s¨ª, infantil- de centrar un drama que ten¨ªan los mayores sobre la guerra civil, y m¨¢s concretamente sobre sus aspectos ut¨®picos. Ve¨ªa a los mayores regocijantes; los hechos que ocurr¨ªan a nuestro alrededor parec¨ªan tener una trascendencia inusual, y de hecho debieron tenerla, porque los recuerdos se han conservado vivos durante a?os".
Aranda no ha tenido intenci¨®n de poner tierra por medio con la realidad, pero es consciente de que ha buscado un relato emocional -ni ¨¦pico, ni cr¨ªtico, ni imparcial- de unos hechos que vivi¨® de ni?o. "S¨®lo se pod¨ªa contar por la v¨ªa emocional, porque, de lo contrario, tendr¨ªa que caer en la v¨ªa seca y ¨¢rida de la imparcialidad. Me he alejado de ello porque creo que no es eso lo que yo siento en estos momentos; no creo haberlo sentido nunca, y menos ahora, cuando hay ya una distancia y uno tiene ganas de decir a sus abuelos y a sus padres que no cometieron un pecado, que se les puede envidiar porque vivieron una ¨¦poca dura y dram¨¢tica pero tambi¨¦n disfrutaron de una especie de lanzamiento hacia la generosidad y la utop¨ªa que nos es negado sistem¨¢ticamente en estos momentos".
Fueron esos cantos revolucionarios procedentes de las gargantas de miles de milicianos y ese ambiente anarquista lo que vivi¨® Aranda en su barrio barcelon¨¦s en el verano del 36. Y lo que ha transmitido a los miembros de su equipo y a los miles de extras que han trabajado en el filme, concretamente en dos escenas multitudinarias: la de la salida de la columna de Barcelona y la que se produce en Vic con la quema de toda una serie de objetos religiosos y documentos. "La salida de los anarquistas de Barcelona fue hist¨¦rica, fren¨¦tica, no pl¨¢cida; con tensi¨®n. En cambio la escena de la hoguera era m¨¢s sencilla, porque lo que yo quer¨ªa era m¨¢s f¨¢cilmente comprensible; no era una situaci¨®n exaltada, sino una fascinaci¨®n; estaban quemando el pasado y la hogue ra era la depuradora. Todos lo entendieron a la perfecci¨®n".
Reconoce que quiz¨¢s es una insensatez confiar en que el tema de la guerra civil interese ahora a alguien. "Hay se?ales de que el espa?ol medio est¨¢ interesado en su pasado inmediato. Un pasado en el que el olvido y la autocensura sobre el tema fue una necesidad provocada por el consenso de la transici¨®n. Fue una decisi¨®n que a mi siempre me pareci¨® equivocada, que yo nunca me la he aplicado a mi mismo, pero que fue democr¨¢tica".
Aranda no teme las comparaciones con Tierra y libertad, del brit¨¢nico Ken Loach. "Cuando supe que estaban haciendo Tierra y libertad, me tem¨ª lo peor; cre¨ª que iba a parecerse mucho a lo nuestro y que me hab¨ªa quitado el primer puesto. Cuando vi la pel¨ªcula, que me gust¨® y emocion¨®, comprob¨¦ que s¨®lo ten¨ªa algunas coincidencias. Lo que hac¨ªa Tierra y libertad era abrir una ventana, pero hab¨ªa muchas otras ventanas por abrir, y yo abr¨ª otra, y quedan muchas m¨¢s por abrir".
En su casa de Madrid, rodeado de juguetes y cachivaches infantiles de sus dos hijas, confiesa que le quedan muchas ganas de abrir m¨¢s ventanas. "Me siento afirmado, compensado; me siento ¨²til, como si esto s¨®lo supiese hacerlo yo. Puede parecer vanidad, pero es un sentimiento sincero", dice reconfortado.
"?La felicidad? Espero no caer tan bajo"
Aranda se aplica la frase de un libertario en la pel¨ªcula: "?La felicidad? Espero no caer tan bajo". El director barcelon¨¦s no es consciente de haberse jugado m¨¢s emocionalmente en Libertarias que en cualquiera de sus pel¨ªculas anteriores (Amantes, El Lute, La pasi¨®n turca y muchas m¨¢s). "No siento peligro en la b¨²squeda de emociones. Emocionalmente siempre me juego mucho, me gasto mucho. Espero que sea compensatorio. Si de peque?ito hubiera podido pedir algo al cielo era que me trajese problemas creativos y no tranquilidad y una barriguita muy redonda", dice.Aranda no cree que en estos momentos se pueda hablar de una derrota de los ideales de aquellos que lucharon en la contienda civil. "El tiempo les ha dado la raz¨®n. Aunque sea derrotada, el esp¨ªritu de la revoluci¨®n permanece, va m¨¢s all¨¢ de la victoria y los fracasos. Lo amargo ha sido que costase tantos a?os y que se pagase tan duramente esa especie de liberaci¨®n que vivimos los espa?oles unos meses, pero haciendo honor a la verdad hay que decir que las pretensiones de consolidar la contrarrevoluci¨®n han fracasado".
Libertarias supone el reencuentro con Victoria Abril, la actriz con la que ha formado una de las parejas m¨¢s exitosas del cine espa?ol y con la que no hab¨ªa trabajado en los ¨²ltimos tres a?os. "He visto en ella, como siempre, una respuesta muy creadora, muy estimulante. Cuando Andr¨¦s Vicente G¨®mez [productor del filme] me dijo que conven¨ªa poner a Victoria en la pel¨ªcula, solo ten¨ªamos un papel muy secundario para ella, el de Floren. Pero como Victoria siempre ha dicho que no le interesan los papeles por lo extenso, sino por su intensidad y su importancia, empec¨¦ a pensar en este personaje y a traerlo m¨¢s al primer plano". El director a?ade que la concordia entre las actrices protagonistas ha sido total.
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