El peso del factor pol¨ªtico
M¨¢s all¨¢ de las evaluaciones militares que podr¨ªan haberse hecho ayer al t¨¦rmino de la jornada de violencia israel¨ª en varios sectores de L¨ªbano, el factor pol¨ªtico pesa fuertemente en ambos lados de la l¨ªnea de fuego: Israel est¨¢ a las puertas de elecciones generales y Hezbol¨¢ (Partido de Dios) tiene que demostrar que sigue siendo el abanderado de la campa?a de liberaci¨®n del ocupado sur de L¨ªbano.Incierto como se perfila el curso de los acontecimientos en las pr¨®ximas horas, lo que s¨ª se puede afirmar es que el primer ministro israel¨ª, Sim¨®n Peres, despu¨¦s de ser abucheado y calificado de pusil¨¢nime frente al efecto de los obsoletos cohetes Katyusha disparados por, Hezbol¨¢, ha pasado definitivamente a la contraofensiva. En Kiryat Shemona -el pueblo israel¨ª que ha soportado las ¨²ltimas andanadas de cohetes que precipitaron la crisis-, muchos de sus habitantes siguen creyendo que es necesario lo que un granjero jud¨ªo describi¨® como "una gran paliza a Hezbol¨¢, a L¨ªbano, a Siria y a Ir¨¢n".
Siria e Ir¨¢n apoyan abiertamente la campa?a de Hezbol¨¢. Los aproximadamente 5.000 guerrilleros del Partido de Dios son la ¨²nica fuerza directamente involucrada en el conflicto contra Israel, Y para ellos todo vale. Por tanto, pactar una tregua con Israel a estas alturas es algo inconcebible para Hezbol¨¢, y por ello hay que tomar con bastante seriedad sus amenazas de. represalias.
'Halcones'
Analistas israel¨ªes se preguntan hasta qu¨¦ punto est¨¢ dispuesto Peres a generar un enfrentamiento prolongado sabiendo que ¨¦ste s¨®lo puede producir m¨¢s bajas israel¨ªes. Los funerales de soldados israel¨ªes abatidos dentro de la zona ocupada se brindan a apuntalar la posici¨®n de la oposici¨®n derechista israel¨ª, cuyo principal exponente, el l¨ªder del Likud Benjam¨ªn Netanyahu, suena cada d¨ªa m¨¢s como el halc¨®n de todos los halcones. Atractivo como resulta semejante dilema entre las filas de los que acusan a Peres de actuar como un banquero en lugar de asumir la postura militar, firme y confiada, de su predecesor, no cabe duda de que el actual jefe del Gobierno israel¨ª se arriesga a supeditar su campa?a electoral a las acciones en el campo de batalla en las colinas del sur de L¨ªbano.
Por una de- esas extra?as coincidencias que se registran en Oriente Pr¨®ximo, en ese mismo territorio se podr¨ªa librar la batalla decisiva para el futuro pol¨ªtico de Hezbol¨¢ y el microsc¨®pico abanico de fuerzas nacionalistas libanesas. Si Hezbol¨¢ logra, por ejemplo, convertirse en el foco de atenci¨®n de la campa?a electoral en Israel, arrebatar¨ªa el magnetismo del problema de Israel con los palestinos. Yasir Arafat pasar¨ªa a segundo plano.
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