Las sorpresas de unos adornos de oro

Los privilegiados periodistas que ayer pudieron visitar el Tesoro de Troya en el museo Puslhkin de Mosc¨² se vieron sorprendidos por la belleza de algunos de los objetos expuestos, y especialmente la Gran Diadema de oro. Este adorno, utilizado posiblemente para decorar im¨¢genes de culto, consta de una liviana cortina de cuentas en forma de pepitas de mel¨®n y est¨¢ rematada con colgantes en forma de ¨ªdolos y pendientes a juego. La segunda esposa de Schlieman, Sof¨ªa, una joven griega que sab¨ªa de memoria La Iliada, utiliz¨® esta diadema para posar en una foto.Otras piezas destacadas son la Peque?a Diadema, m¨¢s simple y m¨¢s reducida que la anterior, unos martillos-hachas de piedras semipreciosas perfectamente conservados y pulimentados y una salsera de oro con dos asas, sin paralelo entre los vasos de metal de la edad del Bronce.

Llamaban tambi¨¦n la atenci¨®n numerosos pendientes, adornos para el cabello, collares, brazaletes, agujas, un bello ¨ªdolo de bronce y ornamentos fundidos en una amalgama que produc¨ªan la sensaci¨®n de haber sido reci¨¦n excavados. En la Rusia poscomunista, los bancos y el capital privado est¨¢n asumiendo cada vez m¨¢s la funci¨®n de mecenas. El Tesoro de Troya no pod¨ªa ser menos y los gastos de instalaci¨®n, vigilancia y organizaci¨®n han corrido a cargo de un banco privado, el Stolichnii Bank Sberezhenii, que cuenta con una importante colecci¨®n de arte ruso. Hasta ahora la consigna oficial para las pocas personas que conoc¨ªan el tesoro era "callar y guardar".