El zoo televisivo se ti?e de sangre

El mal gusto en la peque?a pantalla est¨¢ hoy d¨ªa m¨¢s vigilado que nunca en Estados Unidos, donde es ya inminente la distribuci¨®n comercial del llamado chip antiviolencia, que censurar¨¢ autom¨¢ticamente las escenas no aptas para todos los p¨²blicos. Sin embargo, la retransmisi¨®n de escenas de sangre, mutilaci¨®n, masacre y envenenamiento no s¨®lo parece que es l¨ªcita, sino altamente rentable, cuando esas escenas se producen entre animales.Los documentales sobre naturaleza,un g¨¦nero que alimenta la programaci¨®n de varias cadenas en ese pa¨ªs y cuya popularidad internacional no deja de crecer, est¨¢n apostando de forma clara y cada vez m¨¢s frecuente por temas de violencia expl¨ªcita protagonizados por tiburones asesinos, hienas, coyotes, buitres y otros depredado res, as¨ª corno animales venenosos o malignos.

Ya cuando F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente sacaba sus c¨¢maras a la Sierra de Gredos ten¨ªa claro que lo suyo era captar a machos cabr¨ªos en colisi¨®n frontal o a rapaces cayendo sobre un conejo, pero era un juego de ni?os comparado a lo que ¨²ltimamente se est¨¢ emitiendo en las cadenas de Estados Unidos. El Discovery Channel, que se especializa en documentales de distinto g¨¦nero, ofrece sin ir m¨¢s lejos los siguientes t¨ªtulos esta misma semana: ?Colmillos! (sobre los gigantescos osos grizzly) y Animales can¨ªbales: cient¨ªficos examinan el fen¨®meno del canibalismo en el reino animal.

El prestigioso y centenario National Geographic tambi¨¦n cosech¨® un gran ¨¦xito hace pocas semanas con un documental sobre cocodrilos comi¨¦ndose, a los hipop¨®tamos en un lago de ?frica, mientras que esta semana el canal p¨²blico PBS ofrecer¨¢ el programa Ranas con dardos venenosos. Es frecuente, como en el caso arriba mencionado, titular estos documentales con el nombre m¨¢s amenazador de la parte de la anatom¨ªa animal.

Mand¨ªbulas y Garras (casi siempre acompa?ados del calificativo mortal) son, por tanto, otros temas recurrentes en esta nueva generaci¨®n de documentales, que adem¨¢s se emiten en horario de m¨¢xima audiencia y no como relleno o a la hora de la siesta. Anunciados en avances de programaci¨®n como si fueran pel¨ªculas de acci¨®n y suspense y con m¨²sica estrepitosa, estos documentales no s¨®lo parecen pasar desapercibidos a quienes censuran el exceso de violencia en la tele, sino que se acercan cada vez m¨¢s al formato de los telediarios locales en Estados Unidos, dise?ados alrededor de los asesinatos y atracos del d¨ªa.

National Geographic, al tanto de la nueva moda, se ha especializado en los tiburones asesinos, vendiendo adem¨¢s por correo diversos v¨ªdeos con alto contenido en adrenalina, como uno que resulta ser una especie de c¨¢mara oculta con encuentros mortales entre bestias salvajes y seres humanos.

National Geographic, que produce grandes documentales para las principales cadenas (sobre todo NBC y CBS), tiene un programa para ni?os titulado Animales 'verdaderamente' salvajes y un reciente especial sobre Violencia en la sabana. En la escena culmen de este reportaje, anuncian, un jabal¨ª salvaje est¨¢ escapando de un leopardo cuando ¨¦ste se choca con un impala, y, despu¨¦s de recobrar el sentido de la orientaci¨®n, le arranca la piel a tiras.