Fino humor de madrugada

Temporada a temporada, la corrosiva reportera Murphy Brown se ha granjeado enemigos a uno y otro lado de la pantalla. Es, posiblemente, el ¨²nico personaje de ficci¨®n cat¨®dica que ha recibido amenazas de un candidato a la vicepresidencia de los Estados Unidos. Con un peinado que requiere una fortuna en laca y una lengua viperina que la convierte en un enemigo a evitar, Murphy ha dado a la audiencia norteamericana una idea de la importancia de la independencia del cuarto poder: no s¨®lo es una mujer inteligente e ir¨®nica, es tambi¨¦n una profesional respetada que ha optado por la maternidad sin renunciar a su solter¨ªa ni a su programa en una cadena privada de televisi¨®n.La excelente actriz Candice Bergen derrocha sonrisa falsa de dent¨ªfrico para darle el punto par¨®dico al popular personaje, y en esa, misma l¨ªnea de humor le siguen los pasos c¨®micos capaces de dar el tipo en las caricaturescas encarnaciones de periodistas egoc¨¦ntricos, ambiciosos e inseguros. En la ¨²ltima tanda de episodios (La 2, domingo) al grupo habitual se suma un reportero dicharachero que, tras un descenso a los infiernos de Bosnia, cambia el chaleco ant¨ªbalas por el maquillaje para el directo.

Sin excesos y con una tendencia a mirar el ombligo de la televisi¨®n americana, Murphy Brown est¨¢ condenada a fracasar en nuestras pantallas: su humor es fino, sus chistes pol¨ªticos est¨¢n trufados de nombres que en Murcia resultan extra?os, la problem¨¢tica humana todav¨ªa resulta marciana y, para colmo, su hero¨ªna es brillante, guapa, independiente, respondona, criticona, nada pelota... Para promocionar gente tan valiosa, La 2 de Televisi¨®n Espa?ola ha programado la serie a las dos de la madrugada.