El epicentro era de otra
Madrid, seg¨²n las organizaciones pertinentes, es la ciudad m¨¢s insegura de la Pen¨ªnsula. Y la m¨¢s t¨¦trica: abres el peri¨®dico y caen de entre sus p¨¢ginas restos mortuorios por un tubo. Hace unos d¨ªas, por ejemplo, fue hallado en Valdeming¨®mez un cuerpo cosido a pu?aladas y envuelto en una colcha. Que el cad¨¢ver estuviera muerto es normal, ya que se trata de una propiedad inherente a su condici¨®n. Otra cosa es lo de la colcha que convierte el crimen en un suceso de orden dom¨¦stico. En efecto, si usted tuviera que empaquetar un fiambre ilegal, recurrir¨ªa a la colcha de su cama de matrimonio, porque es lo que tenemos m¨¢s a mano y lo m¨¢s pr¨¢ctico. Y si luego quisiera desprenderse de ¨¦l, lo arrojar¨ªa al cami¨®n de la basura. Lo que llama la atenci¨®n de este muerto es la naturalidad con la que logra engarzarse en una cadena de sucesos cotidianos. Las pu?aladas podr¨ªa resultar algo chocantes, pero en realidad tampoco, ya que estamos hablando de la ciudad m¨¢s insegura de la Pen¨ªnsula.As¨ª que todo conduce a pensar que se trataba de un muerto casero, de los que esconde en el armario cualquier familia de clase media y al que por alguna raz¨®n decidieron desalojar, desprendi¨¦ndose de paso de esa colcha que trajo la abuela de Portugal cuando su viaje de novios. El Ayuntamiento comenz¨® el lunes la campa?a de recogida de muebles viejos, as¨ª que fui a dar una vuelta por ah¨ª para ver de qu¨¦ tipo de cosas se desprende la gente en abril, y he visto algunos armarios con su esqueleto en el interior. A lo mejor esta acumulaci¨®n ¨®sea es un fen¨®meno estacional, relacionado con la primavera; quiere decirse que igual que apetece arrinconar la gabardina y salir a cuerpo, o de cuerpo presente, a las familias les apetece vaciar los armarios y renovar los cad¨¢veres. Los cad¨¢veres y las colchas. Una colcha como Dios manda es m¨¢s siniestra que un armario de tres cuerpos: en ella se concentra toda la sustancia de nuestros sue?os, de nuestras pesadillas, de nuestras frustraciones econ¨®micas y sexuales. Una colcha es en realidad una mortaja que trabaja por horas, de ah¨ª que le cuadrara tan bien al muerto del vertedero de Valdeming¨®mez.
Hablando de cad¨¢veres y cotidianidad, un vecino de Torrelaguna se encontr¨® un cr¨¢neo cuando paseaba por un paraje de su pueblo. En la zona se desasosegaron un poco, porque tropezar con un cr¨¢neo no es lo mismo que darle una patada a una pelota de goma, pero yo creo que, m¨¢s que por el cr¨¢neo en s¨ª, es porque ten¨ªa se?ales de violencia: estaba un poco golpeado, vaya. El alcalde, de todos modos, tranquiliz¨® enseguida a la poblaci¨®n insinuando que podr¨ªa tratarse de un resto prehist¨®rico. Los huesos prehist¨®ricos tranquilizan mucho al personal porque transmiten la impresi¨®n de que la gente s¨®lo se mor¨ªa en el pleistoceno. El alcalde de Torrelaguna no es arque¨®logo ni nada semejante, pero parece que tiene intereses cuaternarios.
Y esto no es todo: en un vertedero de Parla fueron hallados tambi¨¦n el otro d¨ªa dos f¨¦retros con sus correspondientes esqueletos. M¨¢s huesos. En fin, lo que dec¨ªamos, que abre uno este suplemento y se le llena la. mesa de costillas y de cajas craneales, como en una primavera inversa en la que, en lugar de la vida, floreciera la muerte por doquier, igual que florecen tirones, asaltos, autopsias con premeditaci¨®n y tiros que matan a abogados colombianos a la luz del d¨ªa.
Madrid es la ciudad m¨¢s insegura de la Pen¨ªnsula. Y la m¨¢s t¨¦trica, a?adimos nosotros. As¨ª que no es raro que padezcamos alg¨²n temblor como el de la madrugada del mi¨¦rcoles, que seg¨²n los expertos ten¨ªa el epicentro en C¨®rdoba. Uno no sabe qu¨¦ hac¨ªa el epicentro all¨ª, pero a veces tienes un fen¨®meno s¨ªsmico en el pecho y el mal se encuentra en el muslo. Las cat¨¢strofes, por debajo, est¨¢n perfectamente coordinadas pero por encima no hay forma de encontrarles una explicaci¨®n satisfactoria, as¨ª que parecen golpes del azar. Madrid, seg¨²n los organismos pertinentes, es la ciudad m¨¢s insegura de la Pen¨ªnsula. Y la m¨¢s rara: para una vez que padece un terremoto, resulta que el epicentro pertenece a otra.
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