Romano Prodi, la cara osada del centro
'Il Professore' es un hombre del cambio que debe poco a los grandes empresarios
Le han llamado durante la pasada campa?a "cara de mortadela", "tonto ¨²til", "compa?ero de viaje" o "caballo de Troya del gran capitalismo". Sin embargo, Romano Prodi sale de las urnas con la imagen del corredor de fondo -en bicicleta, por supuesto, ya que ¨¦sa es su afici¨®n de los ratos libres- y la posibilidad de hacer ver que, por mucho que diga la derecha, est¨¢ lejos de ser tonto o de tener deudas pendientes con. los grandes empresarios de Italia, ll¨¢mense Agnelli, Pirelli u Orlando. En realidad, Prodi es uno de los pocos que ha intentado plantar cara a tan poderosos se?ores.Pero durante la campa?a no ha podido presumir de ello, debido en parte a la complejidad, de la- coalici¨®n amplia que es el Olivo. Tampoco puede presumir ahora de ser el motor del triunfo del centro-izquierda, por dos buenas razones: su contribuci¨®n al crecimiento del voto del Partido Popular Italiano (PPI), con el que se presentaba, parece inexistente y, adem¨¢s, no es el estilo de Prodi personalizar las cosas; parad¨®jicamente, menos a¨²n desde que se meti¨® a pol¨ªtico, De ah¨ª que haya reaccionado con su prudencia caracter¨ªstica a unos resultados que le colocan, sin duda alguna, como candidato seguro a presidir el pr¨®ximo Gobierno italiano. "No hemos vendido por nuestras personalidades, sino por nuestras propuestas pol¨ªticas", dijo en la noche del voto.
Con ello demuestra que es tan consciente de sus limitaciones como de sus capacidades. Romano Prodi puede resultar un comensal ideal, porque es simp¨¢tico, su conversacion es animada, es un hombre que cuenta cosas, da noticia y resulta interesante. Pero en televisi¨®n sigue mostrandose inseguro y poco incisivo; sopor¨ªfero, en los m¨ªtines. No obstante, ha, reflejado una confianza oronda, de puro injustificada a la luz, de los sondeos, sobre el futuro del Olivo. "?Y si los peri¨®dicos se estuvieran equivocando en todo? ?Si no hubieran entendido lo que de verdad est¨¢ sucediendo?", dec¨ªa cuando se le suger¨ªa que pod¨ªa pecar de exceso de optimismo. Vistos los resultados, hay que darle la raz¨®n y reconocer su capacidad para predecir con clarividencia la victoria del Olivo.
El acontecimiento, hist¨®rico porque lleva a la izquierda italiana hasta su primer triunfo en unas elecciones, coloca a Prodi en la recta de salida de un nuevo cambio de vida que quiz¨¢s le resulte incluso relajada, dado que, durante los ¨²ltimos 14 meses, los mismos de su edad pol¨ªtica, apenas se ha bajado de un autob¨²s con el que ha recorrido 25.000 kil¨®metros por toda Italia para conocer problemas y electores directamente.
La vida del l¨ªder del Olivo, siempre ligado a Bolonia, ha sido prolija en cambios y traslados. Romano Prodi naci¨® el 7 de agosto de 1939 en Scandiano, un pueblo de Emilia Roma?a, la regi¨®n m¨¢s rica y gastron¨®mica de Italia. Lleva casado 21 a?os y tiene dos hijos. Se licenci¨® en Derecho en la Universidad Cat¨®lica del Sagrado Coraz¨®n de Mil¨¢n, pero con la inclinaci¨®n econ¨®mica propia de quien crece en la zona donde la tradici¨®n de la peque?a y mediana empresa es fuerte. Hizo la tesis sobre El proteccionismo en la industria italiana, y luego sigui¨® cursos de econom¨ªa en la Universidad Cat¨®lica de Mil¨¢n y en la London School of Economics.
El catolicismo ha sido un componente esencial en la trayectoria personal y profesional de Prodi quien, no obstante, se proclama laico en pol¨ªtica, y que cuenta en su amplio c¨ªrculo de admiradores con la figura del agn¨®stico Umberto Eco, uno de los sostenedores activos del candidato a primer ministro. Pero si el l¨ªder del Olivo se apart¨® por primera vez de su c¨¢tedra en Bolonia -donde tambi¨¦n ense?a Eco-, hace ya 18 a?os, fue por su relaci¨®n con la izquierda democristiana y, en concreto, con Ciriaco de Mita quien, en 1978, coloc¨® a Prodi como ministro de Industria del Gobierno de Giulio, Andreotti.
Fue una experiencia breve, en la que Il Professore bolo?¨¦s pudo desarrollar la mezcla de audacia y sentido de la negociaci¨®n que ha caracterizado al sector m¨¢s radical de los democristianos. Luego, Prodi volver¨ªa a la c¨¢tedra, combin¨¢ndola con experiencias varias como la de profesor invitado en Harvard, la direcci¨®n de la editorial Il Mulino o la creaci¨®n de la sociedad de estudios Nomisma, desde la que desarroll¨® toda una relaci¨®n personal con Jos¨¦ Angel S¨¢nchez Asiain y el BBV.
Los momentos clave de la vida profesional de Prodi se sit¨²an, sin embargo, entre 1982 y 1994, cuando, con dos mandatos no consecutivos, pas¨® a dirigir el Istituto per la Ricostruzione Industriale (IRI), el primer grupo empresarial p¨²blico italiano. El l¨ªder del Olivo aplic¨® all¨ª una dura' pol¨ªtica de reconversi¨®n que, como cualquier trabajo de su magnitud, puede prestarse a pol¨¦micas. Fue un tema utilizado Por la derechas en las elecciones.
Es, en cambio, indudable que, durante esos a?os, Prodi naveg¨® a contracorriente de los grandes industriales. Primero, porque intent¨® cambiar la c¨²pula de Medio-banca, entidad financiera participada por el IRI que ha sido siempre el banco de referencia de Agnelli y otros grandes empresarios, y, luego, porque trat¨®- de impedir, en 1994, que las empresas privatizadas por el IRI fueran a parar a manos de las pocas grandes familias que dominan el mundo econ¨®mico italiano. No tuvo mucho ¨¦xito en esa pelea, pero tal vez no sea casual que, al lado de Prodi, como posibles competidores o, colaboradores en su futuro Gobierno, se encuentren hoy Lamberto Dini y Antonio Maccanico, que, en la pelea citada, estuvieron m¨¢s pr¨®ximos al otro bando.
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