Discriminaci¨®n

Quisiera con la Presente carta describir lo que miles de personas hubimos de sufrir el pasado Viernes Santo debido a la negligencia e inteligencia de unos pocos. Decidimos pasar las vacaciones de Semana Santa en los Picos de Europa, en el pueblo de Tielve. Ese viernes bajamos, sobre las once de la ma?ana, a Arenas de Cabrales a recoger a unos amigos para subir a comer a Sotres. La carretera estaba ya a esa hora dif¨ªcil, puesto que subi¨® much¨ªsima gente a la ruta del Cares, aparcando los coches en los arcenes u ocupando parte de la carretera. Por all¨ª no hab¨ªa Guardia Civil ni nada que se le pareciera. Hacia la una de la tarde subi¨® un coche de la Guardia Civil, mientras que nosotros subimos 15 minutos m¨¢s tarde, con la sorpresa de que no nos dejaban pasar, achacando a dos autocares mal aparcados el corte de la carretera.Pasa a la p¨¢gina siguiente

Viene de la p¨¢gina anterior

Hablamos con los dos guardias civiles para explicarles que lo ¨²nico que quer¨ªamos era ir al pueblo donde viv¨ªamos, y nos dijeron que era imposible, que si quer¨ªamos esperar que esper¨¢ramos, pero que deb¨ªamos dar la vuelta. As¨ª ocurri¨® con cientos de veh¨ªculos. Sobre las dos y media lo volvimos a intentar, con el mismo resultado (el guardia civil nos dijo que la culpa del corte de la carretera era de la gente que sube a la monta?a con tacones). Pero posteriormente nos enteramos de que, por alg¨²n tipo de ciencia infusa, pasaron algunos coches, con la sorpresa de que era el presidente de la comunidad de Asturias, Sergio Marqu¨¦s, el afortunado en pasar, porque ten¨ªa mesa reservada en Sotres (como nosotros) en un afamado restaurante, donde comi¨® pl¨¢cidamente con su s¨¦quito.

Por ello le queremos dar las gracias a la Guardia Civil: por su previsi¨®n, diligencia y prontitud en presentarse, y al se?or Marqu¨¦s por hacer honor a su apellido.