El general sublevado en Paraguay impone ser nombrado hoy ministro de Defensa
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La soluci¨®n dispuesta por el presidente de Paraguay, Juan Carlos Wasmosy, para doblegar al general Lino Oviedo, nombrarle ministro de Defensa, enfureci¨® a quienes ayer exig¨ªan grillos para el jefe del Ej¨¦rcito y su inmediato despacho como picapedrero a las soleadas canteras del Chaco. Wasmosy, en un compromiso no conocido en detalle, y todav¨ªa no anunciado oficialmente por el Ejecutivo, acept¨® incorporar a su Gabinete al militar que 30 horas antes se declar¨® en rebeld¨ªa contra la decisi¨®n presidencial de destituirle. Oviedo permanec¨ªa anoche acuartelado en el I Cuerpo del Ej¨¦rcito de Asunci¨®n, y est¨¢ previsto que hoy entregue la jefatura del Ej¨¦rcito al general ?scar D¨ªaz Delm¨¢s.
Ayer se escucharon muchos "carajos" entre los airados manifestantes concentrados frente a la sede legislativo, y los m¨¢s broncos mentaban a la madre del general.. "Pero, !carajo!, que venga el golpe, pero por favor que alguna vez podamos vivir en democracia", gritaba Basilio Nikiporoff, senador de Encuenta Nacional, flanqueado por soldados con equipos antidisturbios.Muchos de los miles de paraguayos que por la ma?ana hab¨ªan aplaudido a rabiar la destituci¨®n ordenada por Wasmosy y cerraron filas junto al presidente frente al palacio del Gobierno regresaron por la tarde para denunciar cobard¨ªa, chantaje, o un lamentable acuerdo. "Nunca hubo como ahora tal respaldo internacional y la oportunidad hist¨®rica de separar del Ej¨¦rcito a un militar no democr¨¢tico", lament¨® uno de ellos. Quien primero anunci¨® su nombramiento como titular de Defensa fue el propio Oviedo en una grabaci¨®n difundida por la oficina de comunicaciones del Comando del Ej¨¦rcito. El general dijo que en las pr¨®ximas horas entregar¨ªa su cargo a Diaz Delm¨¢s en presencia de Wamosy para demostrarle que es "un soldado leal". Antes, en un c¨®ctail ofrecido en el regimiento de caballer¨ªa del I Cuerpo de Ej¨¦rcito, el general se declar¨® sorprendido por el alboroto. "Les invito ma?ana [por hoy] a mi toma de posesi¨®n".
El general pas¨® revista a una formaci¨®n de gala y, siempre marcial y gallito, salud¨® a sus mandos, que se le cuadraron. Sonri¨® complacido cuando los civiles de las gradas le gritaban "?fuerza, fuerza!, y algunas mujeres le abrazaban.
Hazmerre¨ªr del mundo
"Somos el hazmerre¨ªr del mundo", afirm¨® Luis Mar¨ªa Arga?al cabeza de una de las corrientes del gubernamental Partido Colorado y principal adversario pol¨ªtico de Wasmosy. El nombramiento fue confirmado por el presidente del Congreso, Milciades -Rafael Casabianca, tras un almuerzo de Wasmosy con el secretario general de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), C¨¦sar Gaviria. "Es una potestad del poder ejecutivo, que nos ha informado al respecto", dijo Casabianca.M¨¢s radical fue el senador Nikiporoff, quien cree que la decisi¨®n no fue tomada para evitar un ba?o de sangre. "El presidente nos tuvo casi 40 horas en una zozobra, asegurando que iba a acusar [a Oviedo] de rebeld¨ªa, que lo iba a llevar a la c¨¢rcel m¨¢s o menos; y resulta que lo premia con un ministerio". El senador, en declaraciones a este diario, piensa que Wasmosy claudic¨® "al chantaje que el general le somete desde hace dos a?o y medio. No tuvo coraje porque el general tiene informaciones confidenciales que comprometen a Wasmosy en dos aspectos: los negocios de la presa de ltaip¨² y probablemente en el fraude electoral que ha hecho en dos ocasiones: una dentro del Partido Colorado y otra como presidente de la rep¨²blica".
Por la ma?ana, antes de conocerse el controvertido nombramiento, el presidente agradeci¨® la solidaridad de las calles. Wasmosy, siempre en estrecho contacto con el embajador norteamericano, Robert Service, pernoct¨® en una instalaciones de la Marina, y reclam¨® prudencia a quienes desplegaban banderas y hac¨ªan sonar bocinas.
La militancia de Oviedo, menos numerosa pero aparentemente dispuesta a todo, hab¨ªa montado guardia toda la noche cerca del Cuerpo de Ej¨¦rcito. "Esta democracia est¨¢ corrupta". "Cortaremos la cabez¨¢ de Wasmosy", gritaban.
La Marina, la aviaci¨®n y el cuerpo de polic¨ªa apoyaron desde un principio al jefe del Ejecutivo, en tanto que el Congreso y la judicatura secundaron su lealtad en' sendos conmunicados. La Iglesia ped¨ªa prudencia. "La rebeld¨ªa del general Oviedo es extremadamente grave y compromete muy se?amente su carrera militar", hab¨ªa manifestado el presidente, quien debe parte de su investidura al empuj¨®n del mando sedicioso durante las elecciones internas del Partido Colorado de 1992, previas a los comicios de un a?o despu¨¦s. La candidatura de Arga?a, parec¨ªa imponerse en un confuso escrutinio. Oviedo sac¨® los tanques con pa?uelos colorados en las torretas y no se habl¨® m¨¢s.
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