Todo por el ascenso
"?Si tiran volamos todos, carajo!". A¨²n se recuerda la testicular audacia del general Lino C¨¦sar Oviedo en su asalto a la fortaleza donde la madrugada del 3 de febrero de 1989 se escond¨ªa el dictador Alfredo Stroessner. El entonces coronel arrimo un carro de combate al bunker y salt¨® a tierra decidido a todo. Empu?aba un rev¨®lver y una granada de pi?a. A gritos conmin¨®, y obtuvo, la rendici¨®n del dictador. Hecho prisionero, fue introducido en un coche y escoltados por una columna de tanques hasta el centro de detenci¨®n. El dictador, octogenario y nost¨¢lgico, se acaba en una residencia pr¨®xima a los lagos de Brasilia.Lino C¨¦sar Oviedo ascendi¨® en flecha despu¨¦s del ¨¦pico desalojo, ejecutado a las ¨®rdenes del general Andr¨¦s Rodr¨ªguez, consuegro de Stroessner y su verdugo en aquella asonada, que lo fue para permitir la sobrevivencia de los servidores del r¨¦gimen una vez ca¨ªdo su fundador. La democracia fue aspecto secundario, aunque un imprescindible en aquel levantamiento. Rodr¨ªguez ascendi¨® a Oviedo a general en 1994 y, desde entonces, las ambiciones del militar, educado en academias de Alemania, fueron creciendo. Promovi¨® un movirruento interno dentro del Partido Colorado para estar en condiciones de disputar la presidencia del Gobierno en 1998. Sus frecuentes intromisiones pol¨ªticas acabaron por colmar la paciencia de Wasmosy cuya autoridad puso en entredicho en varias ocasiones. El desenlace de ayer lo dice todo.
"Un gran se?or"
Los incondicionales de este general caudillo lo consideran "un gran se?or", un hombre de familia humilde, un soldado sensible a sufrimiento de los pobres y las comunidades ind¨ªgenas, un cruzado contra la corrupci¨®n. Entre quienes le glosan se encuentra el cacique mak¨¢, Andr¨¦s Chemhei: ¨²nicamente Lino Oviedo atendi¨® su invitaci¨®n a los actos del d¨ªa de la raza, "nadie m¨¢s". Una rubia platino destaca, en vigilia de 24 horas muy cerca de las instalaciones del I Cuerpo de Ej¨¦rcito, que la preparaci¨®n del jefe militar en armas es "totalmente europea. Adem¨¢s, es un l¨ªder por naturaleza". Otras fuentes menos entregadas creen acertar en sus precisiones sobre las virtudes del pr¨®ximo ministro de Defensa: capaz de cualquier obra de caridad, de cualquier gesto que desbroce el camino hacia la presidencia.Sus excentricidades han sido muchas. Particip¨®, disfrazado de emperador romano, en un sonado carnaval, y presenci¨® hace dos meses, desde una tribuna, la emplumada farra c¨ªvico-castrense de varias unidades del ej¨¦rcito y Comando Log¨ªstico. En 1993, diez d¨ªas antes del triunfo de Wasmosy, el jefe militar anticip¨® los resultados: las fuerzas armadas y el Partido Colorado gobernar¨¢n juntos "hasta el fin de los tiempos, pique a quien pique".
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