Las madres

Las madres asalariadas norteamericanas pueden dormir m¨¢s tranquilas. Un macroestudio del National Institute of Health ha demostrado que los beb¨¦s que pasan varias horas en la guarder¨ªa o bajo el amparo de otra persona no sufren especiales desarreglos afectivos. Con eso, el sentimiento de culpabilidad que arrastraban millones de mujeres aparece infundado.Durante a?os se hab¨ªa cre¨ªdo lo contrario, al punto que esta nueva conclusi¨®n se ha estimado de tal valor que The New York Times la ha publicado en primera. M¨¢s de la mitad de las madres americanas con ni?os menores de un a?o est¨¢n empleadas en el exterior y han venido padeciendo -como tantas otras en el mundo- una lacerante disyuntiva. ?Hac¨ªan bien aportando su dinero a casa o nada era comparable al aporte de su presencia? El asunto se ha resuelto muy bien. Incluso sorprendentemente bien, Uno de los doctores que han suscrito esta investigaci¨®n es el psic¨®logo Jay Belsky, quien se hab¨ªa hartado de insistir sobre los males que afectaban a los ni?os de guarder¨ªa. La explicaci¨®n que brinda ahora para desdecirse es que ha sido precisamente el sentimiento de culpabilidad de las madres el que ha hecho cambiar las cosas. Con lo cual, crey¨¦ndose ahora inocentes, ?no volver¨¢n a empeorar las cosas?

Si tal inquietante cuesti¨®n queda sin despejar,otra interrogante llamea entre los investigadores. Un sector de datos ha arrojado esta misteriosa constataci¨®n: mientras entre los ni?os el riesgo de fragilidad relacional madre-hijo se acrecienta cuando pasan m¨¢s de treinta horas semanales en la guarder¨ªa, entre las ni?as se dispara cuando pasan menos de diez horas fuera de casa. ?Instinto relacional femenino? ?Un nuevo paso en la independencia de fa mujer? El fin de siglo est¨¢ sembrado de dilemas.