Media corrida a causa del diluvio

Llenar tendidos y gradas (entrada m¨¢s floja en las andanadas) en Barcelona, en el mes de abril y con climatolog¨ªa adversa, roza lo milagroso. O tal vez, la fiesta de los toros est¨¢ remontando su crisis en la Ciudad Condal. Lo peor fue que lo de la climatolog¨ªa adversa pas¨® a mayores y se convirti¨® en un aut¨¦ntico diluvio cuando doblaba el tercer toro, lo que oblig¨® a suspender, muy precipitadamente por cierto, el festejo. A pesar de cuanto antecede, pudieron verse muchas cosas de inter¨¦s, con lo que podr¨ªa afirmarse que fue mejor esta media corrida que muchas completas. Los toros de N¨²?ez, a los que no les sobraron las fuerzas, ofrecieron un juego interesante.Fue una pena que un tan seguro estoqueador como Litri malograse con dos pinchazos, una estocada atravesada y cuatro descabellos, su mejor faena en Barcelona. Nunca hab¨ªamos visto al joven diestro torear con ese temple, esa ligaz¨®n, esa hondura y ese sabor. Una faena en los medios, de gran nivel.

La fanea de Jesul¨ªn de Ubrique, siempre en tablas, tuvo voluntad y aseo, pero s¨®lo calent¨® a sus incondicionales con algunos alardes rodilla en tierra, con el astado casi parado. Como mat¨® con prontitud y eficacia, para ¨¦l fue la ¨²nica oreja.

Rivera Ord¨®?ez lance¨® al tercero con excelente trazo, de salida y en quites. Con la muleta tore¨® con la derecha y en el platillo de la plaza, con temple y mucho sabor. El pit¨®n izquierdo era menos claro y por ah¨ª el muleteo no pudo tener el mismo tono. Un sablazo muy bajo precedi¨® a la torrencial lluvia.