El Sevilla salva la Liga ante el Betis
Suker ejerci¨® de verdugo en el 'derby' andaluz m¨¢s ¨¦pico de los ¨²ltimos a?os
Fue ¨¦pico. Como una tarde de triunfo en la Maestranza con salida por la Puerta del Pr¨ªncipe. El Sevilla sali¨® de v¨ªctima y ejerci¨® de verdugo el Domingo de Feria. Suker puso la estocada a los 26 minutos. Hasta los 96 que concedi¨® D¨ªaz Vega todo fue her¨®ico por parte de los de V¨ªctor Esp¨¢rrago. El Sevilla, aunque no matem¨¢ticamente, salv¨® la Liga, una de las peores de su historia, ganando el derby m¨¢s caliente de los ¨²ltimos a?os. El Betis no luci¨® su mayor calidad y sucumbi¨® sin claras ocasiones. Adem¨¢s perdi¨® el record de su t¨¦cnico: por primera vez dos derrotas consecutivas desde su regreso a Primera. Y es que tardar¨¢ en volver a repetirse un derby con tantas connotaciones. Hab¨ªa 19 puntos de ventaja, y seguir¨¢n siendo 16 ahora, pero la liga particular de b¨¦ticos y sevillistas no estaba sentenciada. El Betis, al borde de la UEFA, y el Sevilla huyendo de los miedos de la Segunda. El Betis haciendo una Liga entre los mejores. Y el Sevilla plagado de problemas directivos, t¨¦cnicos, econ¨®micos y, sobre todo, deportivos.Adem¨¢s, aunque algunos no quisieran reconocerlo, los Sevilla-Betis siempre tienen historia. Quiz¨¢ sea la ¨²nica rivalidad, junto a la de la Semana Santa, que a¨²n mantenga viva la dualidad hispalense. "Sevilla somos nosotros", rezaba el espectacular tifo -la pancarta med¨ªa unos 50 metros- preparado para la ocasi¨®n por los Biris. Hasta eso se discute en estos derbies.
Diez minutos tard¨® el partido en entrar en la dimensi¨®n esperada. Esperada por el Sevilla, que apost¨® por ganar en cada tajo, en cada jugada, a fuerza de empuje, d¨¢ndolo todo. 10 minutos en los que el Betis dominaba el partido, hac¨ªa correr el bal¨®n y a su rival, luc¨ªa su esquema de 3-4-1-2 y su mayor conjunci¨®n.
Pero el Betis se conform¨® con lucirse. No arriesg¨®, ni su rival le dej¨® que buscara su verticalidad. Stosic no enlazaba con Alfonso. Diego le ganaba a Pier, y Jarni no se enteraba de que el lado d¨¦bil del rival era su banda. Fue entonces cuando en Sevilla atrap¨® el bal¨®n y decidi¨® jugar a la inglesa. Coloc¨® el cuero en el ¨¢rea de Jaro y encajon¨® a un Betis nervioso en su zaga. Los de Serra no supieron zafarse de las dos primeras avalanchas y el Sevilla, jugando al l¨ªmite del reglamento y de la capacidad humana, se impuso.
Suker avis¨® a los 12 minutos con un centro envenenado que se tragaron defensa y portero y al que Moya, s¨®lo ante el marco, no pudo llegar. Serra le gritaba a todos sus hombres, que discut¨ªan con D¨ªaz Vega en lugar de recuperar el mando. Y Esp¨¢rrago, tambi¨¦n a los suyos para que tiraran de l¨ªneas hacia adelante y jugaran siempre en cancha del enemigo. El gol, a la postre sentencia del partido, lleg¨® en una de esas avalanchas en las que el Betis, tras rechazar el bal¨®n, r¨ªo supo sacarlo de su zona de peligro.
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