El complejo del ni?o aplicado
Hasta el pr¨®ximo 23 de agosto unos 50.000 inmigrantes podr¨¢n legalizar su situaci¨®n en Espa?a. Necesitan haber tenido anteriormente permiso de trabajo o de residencia. "Lo cual significa", se?ala Ram¨®n de Marcos, e le la Comisi¨®n Cat¨®lica Espa?ola de Emigraci¨®n, "que se intenta recuperar a los que, tras estar legales en alg¨²n momento, han ca¨ªdo de nuevo en la ilegalidad". El pasado jueves la elegaci¨®n Diocesana de Migraciones de C¨¢diz y Ceuta afirm¨® en una nota: "Vuelve a haber unos 275 inmigrantes hacinados en 11 tiendas de campa?a a 4 kil¨®metros de Ceuta. Pese a los esfuerzos, no es suficiente para afrontar la magnitud del problema"; y mencion¨® "el nuevo incremento de pateras".Espa?a, hasta hace poco pa¨ªs de emigrantes, los recibe ahora: hay unos 130.000 legales. "Espa?a no ha tenido una pol¨ªtica migratoria propia, y est¨¢ siendo arrastrada por el modelo restrictivo alem¨¢n", dice De Marcos. "Espa?a padece el complejo del ni?o aplicado, que quiere demostrar que hace los deberes mejor que los otros. Hasta firmamos, a imitaci¨®n de Alemania, acuerdos de devoluci¨®n de ilegales a los pa¨ªses del Este de Europa. Eso s¨ª, no imitamos a Alemania en una cosa: mientras ellos importan a ex alemanes de hace 200 a?os y no pasa nada, nosotros no hemos defendido la especial relaci¨®n con Iberoam¨¦rica".
Un problema sangrante son las solicitudes de asilo. "El miedo a que quienes piden asilo oculten motivaciones econ¨®micas ha llevado a cerrar la espita", se?ala De Marcos. "En 1994 hubo casi 12.000 peticiones. En 1995, como consecuencia de las restricciones, ya s¨®lo ha habido 5.678. De ¨¦sas, se han admitido a tr¨¢mite 2.308, y concedido s¨®lo 276, que afectan a 474 personas. Y luego est¨¢ lo significativo de qu¨¦ pa¨ªses reciben m¨¢s: de Cuba se admitieron a tr¨¢mite 103, y se rechazaron 427; de Guinea Ecuatorial, hubo 49 favorables y 273 desfavorables. En cambio Iraq obtuvo 34, con 180 rechazos, y Argelia 32, con 160 denegaciones".
Vienen de todas partes, aunque en la retina del ciudadano espa?ol se queden m¨¢s los marroqu¨ªes. "Sin embargo no hay datos fiables sobre nuevos inmigrantes, como los chinos", dice De Marcos. "Los pol¨ªticos exhiben un discurso de cal y arena, pero de hecho cierran el espacio espa?ol. Los empresarios aprovechan este subproletariado de dudosa legalidad; los sindicatos apoyan al inmigrante, pero para un marco laboral muy estrecho: temporeros, servicio dom¨¦stico. Y mientras, crece la idea, incluso entre las ONG, de que no podemos asumir m¨¢s".
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