El mundo de 'Goyescas' se mezcla con tonadillas
En su breve festival de teatro l¨ªrico, la Comunidad madrile?a ha rendido homenaje a Goya en el 250? aniversario de su nacimiento, a trav¨¦s de un programa en el que se combinaron tonadillas de Laserna y Esteve con la ¨®pera Goyescas, de Enrique Granados. Quiz¨¢ los nombres del pintor aragon¨¦s y el m¨²sico leridano merec¨ªan los honores del Teatro de la Zarzuela y un puesto de honor en la temporada de ¨®pera. De lo contrario el s¨ªndrome del viejo coliseo de la plaza de Oriente aletear¨¢, cual monstruo goyesco, sobre el futuro y esperado teatro de la capital madrile?a.Como La vida breve, Goyescas, no tuvo sitio en el antiguo Teatro Real; sin embargo, fue estrenada con todos los honores en el Metropolitan de Nueva York el 16 de enero de 1916. Despu¨¦s ha ocupado escenarios l¨ªricos de Par¨ªs, Buenos Aires, Mil¨¢n, L¨®ndres o Barcelona. El mismo Teatro de la Zarzuela, de Madrid, la repuso en 1966 en un programa completado por El retablo de maese Pedro.
Goyescas
Compa?¨ªa Madrid G¨¦nero L¨ªrico. Tonadillas de Laserna y Esteve; Goyescas, ¨®pera de Periquet y Granados. Int¨¦rpretes: B. Lanza, C. Dur¨¢n, M. J. Martos, S. De Santiago, L. D¨¢maso y A. Blancas. Director musical: M. Moreno Buend¨ªa. Direcci¨®n esc¨¦nica: Gustavo Tambascio. I Festival de Teatro L¨ªrico Espa?ol. Teatro de Madrid. Madrid, 2 de mayo.
Me gust¨® de entrada la unificaci¨®n de todo el espect¨¢culo para hacer de El majo y la italiana fingida, de Laserna, que cantaran por vez primera en Madrid La Caramba y Garrido en 1778 y la semibiogr¨¢fica Garrido enfermo y su testamento, de Pablo Esteve, con el mundo de Goyescas en las que Enrique Granados explot¨® el repertorio tonadillero como fuente de inspiraci¨®n y en ocasiones de manera textual como en la famosa Tirana del Tr¨ªpili.
Es cierto que la visi¨®n de Granados se inclina hacia un Goya bastante desconectado de lo tr¨¢gico para complacerse en los tonos suaves o fuertes, pero siempre transparentes, de las escenas amorosas, el tipismo de El fandango del candil o la hermosa expresi¨®n l¨ªrica de La maja y el ruise?or. Y lo hace con unos resultados sorprendentes. Cabe poner a la ¨®pera de Granados, como, tantas veces se ha dicho y escrito, reparos en el manejo de la gran orquesta, pero al fin, como dijo Claudio Debussy, nos da una m¨²sica parecida a "esos perfumes m¨¢s persistentes que fuertes".
Es muy bella la idea de inundar de Goya el escenario de la ¨®pera y de las tonadillas gracias al juego de transparencias en las que se orquestan pl¨¢sticamente La romer¨ªa de san Isidro, El pepele o La Leocadia o se refugia en el jard¨ªn umbr¨ªo del ¨²ltimo cuadro. Se puebla la acci¨®n con los tipos, trajes y acciones goyescas bien conocidas, desde les incroyables y El enano hasta el porte majo de Paquiro o el militar de Fernando.
A lo largo de los dos primeros cuadros el pueblo se hace presente, entona sus coplas, danza sus aires populares, mantea al mu?eco de trapo y se viste con arreglo a los modelos del pintor aragon¨¦s. Como un s¨ªmbolo, cruza la escena, la sombra de la muerte hecha realidad y punto final en el argumento de Fernando Periquet.
Sentido art¨ªstico
Un grupo de j¨®venes cantantes, entre los que destacaron Beatriz Lanza (tonadillas), Mar¨ªa Jos¨¦ Martos, Luis D¨¢maso al lado del maestro Antonio Blancas, trabajaron con entusiasmo, buena orientaci¨®n y gran sensibilidad. Mariemma demostr¨® en la coreograf¨ªa la profundidad de sus conocimientos y la calidad de su sentido art¨ªstico y Gustavo Tambascio, director esc¨¦nico, dio vida po¨¦tica, realidad y distanciamiento a todo, contando con los dise?os de figurines y escenarios de Gabriela Salaberri y Trotti.El maestro Moreno Buend¨ªa y las formaciones del teatro de Madrid salieron m¨¢s que airosas del dif¨ªcil empe?o. El ¨¦xito fue grande pues se trata de un espect¨¢culo l¨ªrico aconsejable a todos, sean o no adictos permanentes a la ¨®pera.
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