El procurador general de Colombia se entrega a la justicia en una Iglesia
El procurador nacional de la naci¨®n, Orlando V¨¢squez Vel¨¢squez, m¨¢ximo vigilante de la Administraci¨®n colombiana, escogi¨® el atrio de una iglesia de una poblaci¨®n vecina a Bogot¨¢ para entregarse a la justicia. El procurador lleg¨® hasta all¨ª acompa?ado de su abogado para cumplir una cita pactada de antemano con el director de la polic¨ªa de Bogot¨¢. V¨¢squez acat¨® as¨ª voluntariamente la orden de captura que dict¨® contra ¨¦l el jueves por la noche la fiscal¨ªa general de Colombia.
El procurador logr¨® despistar a toda la prensa que segu¨ªa su pista tras conocerse la orden de detenci¨®n. Durante horas nadie supo de su paradero. Y mientras c¨¢maras y periodistas le esperaban en una comisar¨ªa de Bogot¨¢, V¨¢squez lleg¨® sin micr¨®fonos ni focos a la poblaci¨®n de Cota. Su centro de reclusi¨®n ser¨¢ una escuela de la polic¨ªa secreta.La noticia, aunque se daba como un hecho desde principios de semana , caus¨® revuelo. "Es una verg¨¹enza nacional"; "es un duro golpe para la imagen del pa¨ªs en el exterior", fueron las frases a las que echaron mano pol¨ªticos y juristas para comentar la detenci¨®n del procurador. Con este hecho, el Proceso 8.000, que investiga los viejos v¨ªnculos entre mafia del narcotr¨¢fico y poder en Colombia, ensucia ya a los tres poderes p¨²blicos: Ejecutivo: un presidente y tres ministros investigados; Legislativo: siete congresistas presos y varios encausados, y Judicial: el jefe del m¨¢ximo organismo de control del Estado detenido.
V¨¢squez, de 47 a?os, ex ministro, ex embajador y ex senador, tiene una larga lista de cuentas pendientes con la justicia. Tendr¨¢ que responder por enriquecimiento il¨ªcito, prestarse a ser testaferro, cohecho y encubrimiento. Pero ¨¦l, con una desfachatez que ha convertido en su escudo, repite incansable que est¨¢ "tranquilo", que es "inocente" de las investigaciones que delatan que est¨¢ m¨¢s que enredado con los carteles de la droga desde hace ya tiempo. El pasado 17 de abril rindi¨® declaraci¨®n ante un grupo de fiscales delegados ante la Corte Suprema de Justicia. Cuando pusieron sobre la mesa las pruebas contra ¨¦l, entre ellas varios cheques girados por empresas fachada del cartel de Cali, el procurador perdi¨® los estribos y, de la elocuencia inicial pas¨® al silencio.
Las evidencias sobre sus relaciones peligrosas parecen claras. El ex tesorero del cartel de Cali, Guillermo Pallomari, hoy testigo de la Agencia Antinarc¨®ticos de EE UU (DEA), lo cita entre los pol¨ªticos m¨¢s cercanos a los hermanos Rodr¨ªguez Orejuela, jefes de ese cartel. Javier Casta?o, quien cumpli¨® condena en EE UU por tr¨¢fico de drogas, dirigi¨® en Cali la campa?a electoral para el Senado del procurador. Y algo m¨¢s: en la lista que encabezaba V¨¢squez en la campa?a de 1994 figur¨® en tercer lugar un reconocido allegado de los hermanos Rodr¨ªguez Orejuela.
Hace apenas una semana, la Corte Suprema de Justicia decidi¨® suspender a V¨¢squez de su cargo. La decisi¨®n dej¨® al descubierto las oscuras jugarretas del procurador para tratar de entorpecer la investigaci¨®n de la fiscal¨ªa contra ¨¦l. No s¨®lo puso a trabajar a todo su equipo para su propia defensa, sino que lleg¨® a inventar falsos testigos para apoyar una denuncia contra el fiscal. Su intenci¨®n era acabar con ¨¦ste.
"No voy a renunciar", dijo muy seguro hace unos d¨ªas. "Llevo 27 a?os de casado y a¨²n no he renunciado", contest¨® a un periodista.
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