Humo
Los restaurantes de Nueva York han disminuido la cifra de su negocio por la prohibici¨®n de fumar; menudo trauma. Los restaurantes madrile?os seguramente habr¨¢n tomado nota si les lleg¨® la noticia, pues una cosa es el dinero y otra la ecolog¨ªa.Hay restaurantes madrile?os que ya separan mesas de fumadores y de no fumadores siguiendo las pautas que marca Estados Unidos (como siempre), y otros acariciaban la idea de prohibir fumar en todo el local, para dar as¨ª la imagen del modernismo y del ecologismo, de la salud y del bienestar, que es la moda y por tanto ser¨¢ m¨¢s rentable.
La sabidur¨ªa popular, sin embargo, ya dej¨® sentado hace mucho que del dicho al hecho hay mucho trecho. Y la sabidur¨ªa popular no suele equivocarse.
Una encuesta sobre lo que quisieran ver los ciudadanos en las televisiones dar¨ªa un resultado altamente positivo respecto a sus inquietudes culturales: programas educativos, informes acerca de la naturaleza, actividades de las instituciones, conferencias de catedr¨¢ticos de universidad, novedades editoriales, debates sobre el racismo, la xenofobia y la tolerancia. Ahora bien, pobre de la televisi¨®n que hiciera caso, pues lo que en realidad ven con gusto los ciudadanos son concursos, culebrones, pel¨ªculas, partidos de f¨²tbol y corridas de toros, mejor si salen El Cordob¨¦s dando el salto de la rana y mujeres tir¨¢ndole bragas a Jesul¨ªn.
Hay mucho trecho... Recientemente en un hotel de Sevilla acud¨ª al bar y. ped¨ª un paquete de tabaco. "En este hotel no tenemos eso", respondi¨® el camarero con despreciativa suficiencia. Horas despu¨¦s, ya de madrugada, me despertaba en la habitaci¨®n con s¨ªntomas, de asfixia: un humo espeso sal¨ªa de un interruptor que se estaba quemando, y la instalaci¨®n el¨¦ctrica del hotel deb¨ªa de ser una chapuza pues no saltaron los plomos ni nada.
Librado con vida el grave suceso, al d¨ªa siguiente conceb¨ª una peque?a maldad. Volv¨ª a la cafeter¨ªa, ped¨ª de nuevo tabaco, me contest¨® el camarero con mayor desprecio que la vez anterior y le pregunt¨¦: "?Por qu¨¦ este hotel se niega a vender tabaco?". Respondi¨®: "Porque el humo es malo para la salud". Me re¨ª a carcajadas, de esta guisa: ?Ja, ja, ja!; ?Ja, jaraj¨¢, jajaraj¨¢!". Y el camarero -que conoc¨ªa mi peripecia de la noche anterior- qued¨® harto humillado.
Chu-Lin ha muerto y Madrid entero -los ni?os principalmente- se ha sentido muy triste. Chu-L¨ªn era un osito mon¨ªsimo, con una carita infantil y unos ojitos dulces que inspiraban ternura. Todo el mundo quer¨ªa a Chu-Lin, le obsequiaba y daba por cierto que le hac¨ªa feliz. S¨®lo faltaba el testimonio del propio Chu-L¨ªn y uno duda que estuviera conforme. Un oso, concebido para correr libremente por bosques y monta?as, no pod¨ªa ser feliz, rodeado de extra?os b¨ªpedos, cautivo en la angostura de un zool¨®gico.
Siempre que se acerca la feria de San Isidro claman contra la fiesta de los toros los defensores de los animales. Entre los numerosos argumentos que esgrirnen hay uno incontestable: "?A usted le gustar¨ªa que le picaran y le banderillearan como a los toros?". La mejor actitud es entonces callar y esperar. Cualquier d¨ªa el que pregunt¨® con tan impertinente demagogia comprar¨¢ unos zapatos, se los dar¨¢n de cart¨®n en lugar de piel, y ese ser¨¢, el momento de preguntarle: "?A usted le gustar¨ªa que me hiciera unos botos camperos con su piel morena? Pues eso".
Un proveedor acaba de vender a la Comunidad de Madrid mil pares de zapatos con la suela de cart¨®n cuando deb¨ªa ser de cuero y protestaron los empleados a quienes iban destinados; tanto los taurinos como los antitaurinos.
Fumar perjudica seriamente la salud, escribe en sus labores la Tabacalera, negocio del Estado, lo cual no impide que el Estado ingrese los sustanciosos beneficios que le proporciona el tabaco perjudicial para la salud.
Todo es paradoja, si bien se mira. La noticia de que 67 de cada cien restaurantes de Nueva York se han visto perjudicados por la prohibici¨®n de fumar la ha difundido la Alianza Nacional de Fumadores. Por tratarse de parte interesada e insumisa, probablemente su revelaci¨®n tendr¨¢ escaso eco. Quiere decirse que la militancia antitabaco echar¨¢ sobre la cuesti¨®n una espesa cortina de humo. No importa. Mientras el humo sea de tabaco Vuelta Abajo, todo va bien.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.