31 familias defienden su 'favela' en Cerro Mica

El poblado chabolista del Cerro Mica, en Latina, vivi¨® ayer una dura ma?ana. 31 familias lanzaron piedras y otros objetos contra la Polic¨ªa Municipal para evitar el derribo de sus casetas, ordenado por el Ayuntamiento con autorizaci¨®n judicial por no estar incluidas en el censo de chamizos que da derecho al realojamiento.La llegada de medio centenar de antidisturbios, que empujaron a los amotinados sin efectuar cargas, redujo a los indignados vecinos. A media tarde 16 chamizos estaban derribados sin que el consistorio ofreciera ayuda alguna a los afectados.

Dos de los chabolistas, Luis Alberto P. A, de 28 a?os y Jos¨¦ J. R., de 38, fueron detenidos acusados de agredir a los agentes de la autoridad y la mujer de uno de ellos, embarazada de siete meses, se desmay¨® tras sufrir, seg¨²n declar¨®, los empellones de los polic¨ªas cuando intentaba impedir el arresto de su esposo. Cuatro agentes locales sufrieron contusiones leves. Por la noche, una veintena de chabolistas durmieron en la plaza de la Villa, frente al Ayuntamiento, para pedir una vivienda.

Las 31 chabolas son parte de las casi 300 del Cerro Mica, donde est¨¢ previsto el futuro parque de la Cu?a Verde. Pero antes las instituciones deben realojar a 217 familias legales. Asimismo, est¨¢ pedido a los jueces el derribo de otras treinta casetas ilegales. A las diez de la ma?ana los chabolistas, casi todos parejas j¨®venes con ni?os, esperaban indignados el desalojo, notificado hace dos d¨ªas. "Deben creer que vivimos en chabolas por gusto", exclamaban.

De repente, mientras una de las afectadas sacaba sus enseres de uno de los chamizos, un grupo de chabolistas comenz¨® a arrojar cubos, piedras y muebles de madera a los agentes locales, a quienes el ataque pill¨® desprevenidos. Minutos despu¨¦s lleg¨® al lugar medio centenar de antidisturbios de la Polic¨ªa Nacional que desplazaron a empujones a los congregados.

Dos de los chabolistas que se hab¨ªan mostrado m¨¢s agresivos en los primeros momentos, Luis Alberto P. y Jos¨¦ G., fueron perseguidos campo a trav¨¦s por varios agentes que les reconocieron y golpearon con la porra a Luis Alberto. Su esposa, Isabel Corrochano, embarazada de siete meses, sufri¨® un ataque de nervios.

"Yo quer¨ªa saber por qu¨¦ lo arrestaban y notaba c¨®mo los agentes me empujaban; una vez junto al coche policial, me siguieron empujando para que me alejase y luego ya no recuerdo m¨¢s porque perd¨ª el conocimiento", explica esta madre de otros tres ni?os, uno disminuido. Los sanitarios del Samur la trasladaron a un hospital.

La parroquia de la Crucifixi¨®n, Sos Racismo e IU criticaron los derribos y la falta de ayudas p¨²blicas.