Presi¨®n en EE UU para que Clinton haga p¨²blico el v¨ªdeo Whitewater
El v¨ªdeo de Whitewater, la declaraci¨®n grabada en la que el presidente Bill Clinton niega bajo juramento haber hecho nada ilegal en relaci¨®n con ese famoso esc¨¢ndalo financiero, se ha convertido en el objeto m¨¢s buscado por las televisiones norteamericanas y, eventualmente, en una arma electoral para los republicanos. Una transcripci¨®n de la declaraci¨®n del presidente fue facilitada ese mismo d¨ªa a la prensa. Pero la Casa Blanca teme que la imagen del testimonio del presidente pueda perjudicar su campana, y ha pedido que el v¨ªdeo, grabado hace 20 d¨ªas, se mantenga sellado y bajo protecci¨®n judicial.
El v¨ªdeo, que contiene las dos horas y media de interrogatorio a Clinton por parte de la defensa y el fiscal, fue presentado el jueves ante el jurado del caso que se ve en Little Rock (Arkansas) en relaci¨®n con Whitewater.Cuatro canales de televisi¨®n y varios otros medios de comunicaci¨®n han reclamado al juez del caso una copia de la grabaci¨®n, basados en el supuesto inter¨¦s informativo de ese material. El juez ha prometido una audiencia para finales de este mes con el prop¨®sito de tomar una decisi¨®n al respecto.
La imagen del presidente declarando ante un tribunal, aunque no extraordinaria, puede perjudicar a Clinton en cuanto que sirve para recordar a la opini¨®n p¨²blica el principal punto d¨¦bil del ahora candidato a la reelecci¨®n: su falta de credibilidad.
Otros presidentes se han sentado en el banquillo de los testigos antes que Clinton. Entre ellos, Richard Nixon, Jimmy Carter y Ronald Reagan. Pero ¨¦sta era la primera vez que un presidente tiene que responder a preguntas que ponen en duda su propia conducta en un caso criminal. El problema para Clinton es que su declaraci¨®n est¨¢ relacionada con un caso, como es Whitewater, en el que nunca han quedado claras sus responsabilidades.
En la causa que est¨¢ a punto de sentencia en Little Rock, Clinton desminti¨® la acusaci¨®n de que hab¨ªa presionado, cuando era gobernador de Arkansas, a un hombre de negocios de ese Estado, David Hale, para que hiciera un pr¨¦stamo en condiciones ilegales a los socios de Clinton en el proyecto inmobiliario Whitewater, Jim y Susan McDougal.
Seg¨²n la acusaci¨®n, Clinton hab¨ªa utilizado sus influencias en ese momento con el fin de conseguir dinero par a tapar el agujero en Whitewater. El testimonio de Hale es la principal arma de los fiscales en contra de los McDougal. Clinton prest¨® declaraci¨®n ¨²nicamente como testigo. No est¨¢ acusado formalmente de nada. Pero los asesores del presidente consideran que todo este asunto est¨¢ tan enredado y es tan dif¨ªcil separar responsabilidades, que cualquier referencia p¨²blica a Whitewater es mala para Clinton.
Adem¨¢s de ese juicio, est¨¢n trabajando en la investigaci¨®n sobre Whitewater un fiscal especial en Washington y una comisi¨®n del Senado presidida por el republicano Al D'Amato. Hasta ahora, todos los intentos de la oposici¨®n de darle relevancia a este caso se han estrellado contra el desinter¨¦s de la opini¨®n p¨²blica. Pero, a medida que se aproximan las elecciones de noviembre, el Partido Republicano ve m¨¢s dif¨ªcil la posibilidad de batir a Clinton sin alguna sorpresa o milagro, que, ?por qu¨¦ no?, podr¨ªa llevar el nombre de Whitewater.
En su declaraci¨®n del jueves, Clinton neg¨® cualquier sugerencia que pudiera implicarle en algo ilegal. "Todas estas cosas", dijo al referirse a presuntos contactos para obtener dinero aprovech¨¢ndose de su posici¨®n como gobernador, "simplemente no son ciertas, nunca ocurrieron".
Pero, en uno de los pocos momentos en los que manifest¨® impaciencia con el fiscal, el presidente dej¨® un espacio abierto a la duda: "Obviamente, la memoria de la gente sobre cosas espec¨ªficas es diferente a medida que pasa el tiempo, particularmente si esas cosas no son especialmente importantes para ellos".
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