La Marca Hisp¨¢nica y Varela
En su art¨ªculo Jordi Pujol y la Marca Hisp¨¢nica, de Javier Varela (EL PA?S del pasado d¨ªa 1), no se adivina ninguna aportaci¨®n seria a la ciencia hist¨®rica y al pensamiento pol¨ªtico,ni mucho menos a la objetividad de los hechos. M¨¢s bien parece un alegato antipujolista, de corte convencional, en el m¨¢s cl¨¢sico estilo del acoso y derribo del que tanto se ha abusado en los ¨²ltimos tiempos.Si la Marca Hisp¨¢nica, seg¨²n el se?or Varela, fue un "lugar que nunca existi¨®", los descalificados quiz¨¢ sean los medievalistas europeos, espa?oles y catalanes que han investigado y escrito profusamente sobre el tema y los centenares de tesis doctorales que sobre la Marca Hisp¨¢nica pueden consultarse en universidades de todo el mundo. ?Con qu¨¦ fundamentos historiogr¨¢ficos puede el se?or Varela arremeter contra tanta ciencia? S¨®lo citar¨¦, como autoridad indiscutible, a Thomas N. Bisson, profesor de Historia Medieval de la Universidad de Harvard, que cuando habla de la Marca Hisp¨¢nica dice que "Catalu?a fue entre aquellos territorios, all¨¢ donde la naci¨®n fue antes que el Estado. Hay pocas dudas de que, en algunos sentidos, la naci¨®n catalana es anterior al siglo XII" (Medieval France and her Pyrenean neighbours. The Hambledon Press. London and Ronceverte, 1989).
Est¨¢ claro que el concepto de Marca Hisp¨¢nica, para los monarcas carolingios, responde a una demarcaci¨®n geogr¨¢fica y estrat¨¦gica como punto clave de referencia ya desde los primeros tiempos.
Otra cosa es la extra?a pareja de un titular fr¨ªvolo que fabrica el se?or Varela entre Jordi Pujol y la Marca Hisp¨¢nica para deducir que el presidente de la Generalitat de Catalu?a es un manipulador interesado, esencialista e intolerante y jefecillo de una reserva india (que se supone que es Catalu?a).
En su alegato, Javier Varela no cita un fragmento del libro que menciona, Catalu?a-Espa?a, edici¨®n de Ramon Pi, porque desmontar¨ªa toda su argumentaci¨®n. Jordi Pujol reivindica el papel de Catalu?a como pa¨ªs de "marca", o sea, "agente transmisor y de crisol, de s¨ªntesis de culturas diversas" (p¨¢gina 91). Cu¨¢n f¨¢cil es hablar de la "cerraz¨®n" catalana cuando justamente las comunicaciones con Europa y la actividad comercial hist¨®ricamente indican lo contrario.
Quiz¨¢ en los objetivos inmediatos de articulistas y tertulianos se sit¨²a, nuevamente y con renovado impulso, la vieja y esperp¨¦ntica cantinela de la demagogia anticatalana y del ensucia que algo queda. En definitiva, sembrar el odio entre Catalu?a y Espa?a. Mal servicio, se?or Varela-
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