Kohl reclama a sus socios de la UE urgentes y duros ajustes para alcanzar la moneda ¨²nica
El canciller alem¨¢n, Helmut Kohl, lanz¨® ayer un dram¨¢tico llamamiento a los 15 Estados miembros de la UE para que realicen ajustes presupuestarios duros, como el que propone para su pa¨ªs, y puedan as¨ª alcanzar la uni¨®n monetaria. Kohl, que habl¨® a los 20 comisarios y a toda la prensa europea desde la sede de la Comisi¨®n, record¨® que "queda poco tiempo", que los gobernantes deben estar a las duras y a las maduras y que asi¨¢ticos y norteamericanos dan por descontado que la UE crear¨¢ el euro. "No podemos echar a perder la ocasi¨®n de convertir a Europa en algo realmente importante".
"He venido a decir a los comisarios y a todos, que estamos ante una situaci¨®n crucial en Europa, pero tambi¨¦n en el mundo, y que no podemos equivocarnos, tenemos poco tiempo, las poblaciones de nuestros pa¨ªses est¨¢n impacientes y debemos actuar", espet¨® de entrada el canciller, al que todos reconocen el liderazgo pol¨ªtico -individual, desde la desaparici¨®n de Miterrand- en la construcci¨®n europea. "Pero tambi¨¦n que no hay lugar para el pesimismo", remach¨®, con su desbordante fuerza habitual.Kohl habl¨® de pol¨ªtica. Record¨® que entre los deberes inmediatos de la UE est¨¢ la reforma de Maastricht, que va muy lenta porque "se ha perdido mucho tiempo" debido a las elecciones durante la presidencia italiana, dijo, a bocajarro, pero ahora esto cambiar¨¢, augur¨®. Pero dirigi¨® toda su bater¨ªa a los asuntos econ¨®micos, en especial a la uni¨®n monetaria.
La uni¨®n monetaria se va a convertir en una realidad", igual que la Europa de la Defensa, sentenci¨®, despreciando a "los gur¨²s" que ponen en duda la convergencia econ¨®mica en ¨¦poca de menor crecimiento y que lanzan "muchos pron¨®sticos en los que no se debe caer". Esta vez se sac¨® de la manga un nuevo argumento, el exterior. A saber, que los pol¨ªticos y los mercados norteamericano y asi¨¢ticos, tradicionalmente incr¨¦dulos frente al proceso, ya lo consideran imparable y empiezan a temerlo. "Es una dimensi¨®n hist¨®rica la que debemos afrontar, que no depende de obst¨¢culos como la enfermedad de unas vacas en uno de nuestros pa¨ªses, por eso seguiremos avanzando", dijo, echando mano de su inveterado eurooptimismo.
Pero la uni¨®n monetaria tropieza con una mala coyuntura, un bajo crecimiento. ?Ser¨¢ posible alcanzarla en la fecha prevista, el 1 de enero de 1999, sin suavizar los Criterios de convergencia?, se le pregunt¨®. "Querr¨ªa responder que el a?o pr¨®ximo", cort¨®. "Me opongo a la modificaci¨®n de los criterios, porque cuando se elige una v¨ªa para avanzar, hay que persistir en la misma", a?adi¨®. Sentado el principio, alab¨® los medios, recordando que nunca Europa hab¨ªa registrado "una inflaci¨®n tan peque?a"; que hace tan s¨®lo un decenio hab¨ªa "varios pa¨ªses con un ¨ªndice de precios de dos cifras"; y que esos "enormes esfuerzos" no deben tirarse por la borda.
Fue en la lucha contra el d¨¦ficit presupuestario donde puso toda la carne en el asador, reclamando ajustes duros de los Quince. "Es algo que cuesta" a los pol¨ªticos, dijo. Se puso como ejemplo evocando que acaba de proponer un recorte de 50.000 millones de marcos en el presupuesto federal. Y mencion¨® las propuestas de restricci¨®n "del presidente italiano, de Aznar en Espa?a, de suecos, austriacos y holandeses". "Todo eso no sena concebible sin la presi¨®n obligatoria" del Tratado de Maastricht.
"Es cierto que cuesta a¨²n m¨¢s tomar estas medidas" en etapas de menor crecimiento, como la que ayer mismo describ¨ªa sombr¨ªamente la Comisi¨®n. Pero en ese caso, habr¨¢ que adoptar "m¨¢s medidas". Reconoci¨® que en el actual ciclo largo los periodos de relanzamiento no reducen tanto el desempleo como en los anteriores y que "no podemos darnos por satisfechos con cuatro millones de parados" en Alemania. Pero la alternativa no es suavizar la pol¨ªtica de rigor. "Hemos decidido cruciales paquetes de medidas y me parece, que los vamos a imponer", reiter¨® Kohl. Pero su pa¨ªs acababa de engrosar ayer, la lista de los que superan el d¨¦ficit tolerado por el Tratado de la Uni¨®n. "Yo era un estudiante medianillo, y cuando el mejor de la clase sacaba malas notas, todos los dem¨¢s est¨¢bamos encantados". Con esta autoiron¨ªa vino a decir que el suspenso no se repetir¨¢. Que Alemania invertir¨¢ la tendencia y los dem¨¢s no deben entretenerse en especular sobre su capacidad de integrarse a la moneda ¨²nica.
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