Ahorro y demagogia

EL PARTIDO Popular (PP) sosten¨ªa no hace mucho que los miles de altos cargos nombrados por la Administraci¨®n socialista supon¨ªan para las arcas p¨²blicas un gasto de unos 60.000 millones anuales. La voluntad de aplicar a la c¨²pula de la Administraci¨®n los criterios de austeridad que se predican para el conjunto del pa¨ªs es elogiable, pero todo parece indicar que ni son tantos los cargos que van a suprimir ni tanto el ahorro. El ¨¦nfasis puesto por el PP en el derroche socialista en ese cap¨ªtulo del presupuesto aconseja precisar el alcance real de las medidas emprendidas, no sea que los nuevos gobernantes terminen por hacer lo mismo de lo que acusaban a los socialistas: sustituir las medidas eficaces por operaciones publicitarias.El PP no ha llegado a afirmar que el fuerte crecimiento del d¨¦ficit p¨²blico era consecuencia del exceso de altos cargos, pero estuvo cerca: con motivo de la reforma del sistema de prestaciones por desempleo, el hoy vicepresidente Rodrigo Rato declar¨® que la medida deber¨ªa acompa?arse "de otras reducciones de gasto, como la supresi¨®n de los 6.000 altos cargos que no me parecen necesarios". El mensaje era transparentemente demag¨®gico. La cifra manejada por el PP ha ido modific¨¢ndose, pero nunca ha bajado de 5.000 el n¨²mero de altos cargos suprimibles. En la campa?a ¨²ltima se dijo que sobraba el 72% de ellos. Desde la Administraci¨®n se ven¨ªa advirtiendo al PP que estaba confundiendo altos cargos -personal cuyo nombramiento depende del Consejo de Ministros- con cargos de libre designaci¨®n.

De los primeros hab¨ªa unos 450, n¨²mero que se pretend¨ªa reducir en un tercio, seg¨²n anunci¨® la pasada semana el secretario de Estado para la Comunicaci¨®n, Miguel ?ngel Rodr¨ªguez. Los socialistas sostienen ahora que la poda real de altos cargos ha sido finalmente de 51. El decreto aprobado la semana pasada estipula que "se suprimen las secretar¨ªas de Estado, secretar¨ªas generales y direcciones generales que resultan innecesarias o que (...) son susceptibles de integrarse en otras estructuras de mayor nivel". De momento, en todo caso, el n¨²mero de secretar¨ªas de Estado, as¨ª corno de secretar¨ªas generales y subsecretarial, se mantiene en t¨¦rminos generales y s¨®lo las direcciones generales han disminuido.

Los restantes puestos de libre designaci¨®n suman unos 6.500, pero un porcentaje considerable -algo m¨¢s de 4.000, seg¨²n el anterior secretario de Estado para la Administraci¨®n P¨²blica- son funcionarios de alto nivel que han llegado por concurso y a los que no se puede rebajar de categor¨ªa si no media expediente sancionador. La supresi¨®n del cargo no supone, por tanto, un ahorro neto de la cantidad percibida, sino, en su caso, por la diferencia entre lo que cobraba y lo que seguir¨¢ cobrando en cualquier otro puesto, de la Administraci¨®n.

Las denuncias de los populares contra el despilfarro socialista han sido justas en muchas ocasiones, pero su eficacia se ve¨ªa afectada por la evidencia de que en las comunidades por ellos gobernadas se aplicaban similares criterios en el gasto. En Galicia, por supuesto, pero tambi¨¦n en Castilla y Le¨®n, donde gestos como el de suprimir las tarjetas de cr¨¦dito de los altos cargos -feliz iniciativa en todo caso- no impidi¨® en su d¨ªa que el gasto de la administraci¨®n regional aumentara en un 40% en dos a?os. Ahora se est¨¢ viendo que una cierta moral de situaci¨®n determinaba algunas de aquellas denuncias. Y es leg¨ªtima la sospecha de que las soluciones han sido dise?adas por personas seguramente m¨¢s expertas en relaciones p¨²blicas que en Administraci¨®n p¨²blica.