El Estudiantes recupera su autoestima
Los colegiales hicieron su mejor juego de la temporada en el tercer partido ante el Bar?a
Estudiantes eligi¨® un buen d¨ªa para jugar el mejor partido de la temporada. Con la eliminaci¨®n a la vuelta de la esquina, el equipo madrile?o se sac¨® de la chistera una actuaci¨®n magistral, electrizante, casi olvidada desde los gloriosos tiempos en que se viajaba a Estambul. Despu¨¦s de dos partidos en Barcelona donde demostr¨® todas sus carencias, a la tercera le toc¨® ense?ar el resto del repertorio, es decir, las virtudes que atesora. Como corresponde a un colectivo reacio al punto medio, pas¨® de la miseria a la -gloria -por ahora pasajera- sin estancias intermedias, como si fuese lo m¨¢s normal del mundo ser vapuleado en la Ciudad Condal y luego llegar a Madrid y sacar de la cancha a la mejor plantilla del pa¨ªs.No hubo que esperar mucho para observar que el Estudiantes estaba enchufado a una corriente de alto voltaje. Una vez que el Bar?a intent¨® atemorizar en la salida (2-7 en minuto y medio) apareci¨® Thompson e ilumin¨® el Palacio. Durante la primera parte se reencarn¨® en Michael Jordan y result¨® sencillamente imparable para todo aquel que se pusiese por delante. Si era Karnishovas, aprovechaba su mayor velocidad. Si le correspond¨ªa enfrente un hombre m¨¢s bajo, se met¨ªa cerca de canasta y su enorme potencia era suficiente. Pero fue en tres lances consecutivos en los que puso al Palacio al borde del delirio. Un rebote de esos que el bal¨®n parece quedarse quieto en el aire, lo caz¨® en la estratosfera y machac¨® con fiereza. Seguidamente convirti¨® un triple escalofriante en carrera y con el equilibrio de vacaciones y finaliz¨® la faena con una entrada a canasta poniendo el sobaco en la cara de Goodfred, que desesperado le dio un peligroso empuj¨®n que provoc¨® un conato de tangana.
S¨ª, hubo hasta amenazas entre los jugadores. Una bendici¨®n para los amantes de las emociones fuertes, esas que no existieron en Barcelona. Al tercer partido y durante muchos minutos se vio un partido de playoff. Duro intenso. El Bar?a no estaba por la labor de pagar m¨¢s noches de hotel de las necesarias, y al Estudiantes su amor propio le negaba algo que no fuera el triunfo.
Durante treinta minutos, el Barcelona jug¨® la t¨¢ctica de la apisonadora. Consiste en no perder la calma, ante la adversidad dejar agotarse al contrario y, poco a poco, como un lento pero implacable rodillo, sacar provecho a sus efectivos, solucionar la papeleta. Lo ha hecho durante toda la temporada con ping¨¹es beneficios. Pero el Estudiantes que ayer exig¨ªa algo m¨¢s que gente fresca.
Exig¨ªa un Karnishovas mucho m¨¢s efectivo, un Fern¨¢ndez en estado de plena actividad, una defensa que no fuese un coladero y su habitual y expeditivo rebote. Sobre todo, esto ¨²ltimo. Si al Estudiantes le dejas dominar los tableros, cobra vida en la velocidad y el choque adquiere una mala cara para el adversario. Con Azofra en permanente quinta velocidad, el debate trasncurri¨® por terrenos afines a los estudiantiles. Les va la marcha, y hubo en cantidad.
Instalados los guarismos del marcador en un estado de perpetua diferencia de una decena de puntos a favor del Estudiantes, la sombra de una posible reacci¨®n azulgrana, proviniente tanto de un mayor acierto como del cansancio de unos hombres que no tienen suplentes a su altura, sobrevolaba el Palacio. Faltaba un arre¨®n final con el que convencer a los azulgranas que otra remontada de las suyas quedaba fuera de lugar en esta ocasi¨®n. Qui¨¦n mejor que Herreros para dar la nota final. Alberto ha llegado a ese punto de grand¨ªsimo jugador que sin llamar especialmente la atenci¨®n, acaba el partido con 28 puntos en su casillero. No hizo nada en especial, incluso pareci¨® descentrado durante la primera parte, pero no era m¨¢s que un espejismo. Se fue al descanso con diez puntitos, y dado que la exhibici¨®n de Thompson hab¨ªa conclu¨ªdo, decidi¨® tomar parte activa en el festival. Cinco puntos suyos cerraron las discusiones (77-56, minuto 30), y el resto qued¨® para el lucimiento de los no habituales.
La serie cobra vida. Parec¨ªa vista para sentencia, pero ahora el Estudiantes se encuentra a un paso de poder jugar a cara y cruz el pase a la final. Tiene en contra al Barcelona, el cansancio de sus titulares y la tradici¨®n, pues nadie hasta la fecha ha resuelto fuera de su ambiente una eliminatoria. Mucha tralla. Pero estos son los desaf¨ªos que gustan a los del Ramiro. Hasta ayer no hab¨ªa dudas sobre el resultado final. La ventaja no ha cambiado de lado, pero al menos el Estudiantes ha recuperado la autoestima perdida en Barcelona. La semifinal contin¨²a.
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