Poder sindical
Viajo a Asturias con frecuencia y con dolor. El Principado, tierra hermosa y acogedora, habitado por personas capaces y cultas, merecer¨ªa destacar por su innovaciones, su producci¨®n, su riqueza. Me duele verla dormida, parada, subvencionada. El "mal de Asturias" en m¨ª opini¨®n, debe atribuirse al predominio de empresas p¨²blicas deficitarias dentro de su sistema productivo. El peso de lo p¨²blico tiene dos efectos: uno, el econ¨®mico, nacido de las subvenciones que tales empresas necesitan; otro, el social, por ser ellas caldo de cultivo para la prepotencia sindical. Son conocidas las consecuencias del exceso de subvenciones en cualquier econom¨ªa, especialmente en una necesitada de cambio. Las subvenciones relajan los reflejos de quienes las reciben, desaniman la competencia de quienes carecen de ayudas, dificultan la reducci¨®n de los salarios necesaria para iniciar nuevas actividades.En Asturias, cuesta producir la tonelada equivalente de hulla de HUNOSA unas 33.000 pesetas; la de antracita de los pozos privados algo menos de 13.000; mientras que podr¨ªa colocarse la de carb¨®n importado a pie de central t¨¦rmica a 5.000 pesetas. La diferencia entre 5 y 13 se carga en la cuenta del consumo el¨¦ctrico de los residentes en Espa?a, y la diferencia entre 13 y 33 es es una subvenci¨®n directa del Estado a su mina. La siderurgia tambi¨¦n ha perdido dinero tradicionalmente, y cuando las circunstancia favorables le han permitido ganarlo, ha sido menos que en inversiones alternativas. El kilovatio se cobra a las plantas de aluminio menos de 3 pesetas, cuando su precio medio pasa de 7. Ello dificulta la labor de las empresas que se ven forzadas a consumir electricidad m¨¢s cara, y que necesitan mano de obra a precio de mercado y no al que pueden pagar las compa?¨ªas p¨²blicas.
M¨¢s ¨²tiles son las repercusiones de la situaci¨®n privilegiada de los sindicatos en las empresas p¨²blicas. SOMA-UGT y su l¨ªder Jos¨¦ ?ngel Fern¨¢ndez Villa han se?oreado la vida del partido socialista asturiano durante largos a?os. Es cierto que la reducci¨®n del empleo en la miner¨ªa del carb¨®n ha ido socavando las bases del poder del se?or Villa y que el desplazamiento del PSOE del gobierno de la Autonom¨ªa ha reducido su poder pol¨ªtico. Pero la chapa de plomo del conformismo populista no se ha levantado a¨²n. Asturias sigue envuelta en el conformismo, el des¨¢nimo y la desconfianza porque el conservadurismo sindical dificulta el cambio.
No niego el esfuerzo grande de la direcci¨®n y los sindicatos de las empresas p¨²blicas asturianas para reducir las plantillas de las empresas en p¨¦rdidas: ENSIDESA y HUNOSA han pasado respectivamente de 27 y 26.000 empleados en 1977 a unos 10.000 en 1996. Nadie discute tampoco la habilidad pol¨ªtica del se?or Villa. Visto el estrechamiento de la base minera de su sindicato, Villa ha integrado el SOMA dentro de la Federaci¨®n de Industrias Afines (FIA), que incluye la energ¨ªa, el textil, y la qu¨ªmica. Ha conseguido as¨ª mantener la paridad de afiliaci¨®n con el sindicato del metal, en alrededor de 10.000 miembros, de los 51.000 con que cuenta UGT en Asturias. A trav¨¦s de las agrupaciones socialistas de los concejos en los que su sindicato predomina, controla aproximadamente un 35% de los votos en la Federaci¨®n Socialista Asturiana. As¨ª ha conseguido el se?or Villa hacer y deshacer a su voluntad en el socialismo asturiano.
El poder sindical nace, no tanto de la tradicional adhesi¨®n de sus afiliados, sino m¨¢s bien de dos privilegios: la abundancia de liberados y la deducci¨®n de las cuotas sindicales por la empresa. La mayor parte de los directivos sindicales est¨¢ pagada por las empresas p¨²blicas. Los afiliados no tienen modo f¨¢cil de decidir si quieren o no pagar sus cuotas. Es lamentable que la ¨²nica fuente de modernidad para los sindicatos asturianos sea la reducci¨®n de sus efectivos.
El panorama sindical me ha entristecido. Pero tambi¨¦n he visto la otra Asturias. Como mienbro del Jurado de Ciencias Sociales del Premio Pr¨ªncipe de Asturias he contribuido a la distinci¨®n conferida al gran hispanista sir John Elliott, bi¨®grafo reciente del Conde Duque de Olivares: un premio asturiano a un ingl¨¦s por sus estudios sobre la historia de Espa?a en el Siglo de Oro... esa es la Asturiaa abierta, generosa, cosmopolita que me hace volver, volver, volver.
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