Nupcias irreflexivas

Da pena constatar c¨®mo la Comunidad de Madrid va a malgastar el dinero de todos nosotros. Cualquier especialista no excesivamente ideologizado sabe lo contraproducente que es premiar la nupcialidad regalando a los pobres un a?o de alquiler de su vivienda.El matrimonio, en efecto, es un asunto muy complejo en esta ¨¦poca de plena transici¨®n en las relaciones entre los sexos y modos de vida. As¨ª lo. demuestran m¨²ltiples ¨ªndices de disensiones y separaciones de hecho, no s¨®lo las legales. Hay, pues, que contraerlo con madura reflexi¨®n, pensando en su durabilidad a medio y largo plazo. No hay que dejarse enga?ar por una repentina pasi¨®n o una mera coyuntura econ¨®mica favorable, personal o social, se?uelos a los que ahora se a?ade irresponsablemente este premio, que fomentar¨¢ as¨ª, a costa de todos, los matrimonios irreflexivos y los divorcios de hecho o de derecho.

Si se quiere ayudar a las parejas pobres, habr¨ªa que hacerlo premiando su duraci¨®n, despu¨¦s de un lustro de convivencia, por ejemplo, cuando de ordinario lo necesitar¨¢n m¨¢s. Lo que la Comunidad de Madrid hace ahora no es sino un macabro desenterrar y exponer a la admiraci¨®n popular los antiguos premios a la nupcialidad para que operen milagros, como el que "la gente no viva en pecado" sin casarse. Peor a¨²n, es de hecho una forma encubierta de volver a los antiguos "premios a la natalidad" que provoca la multiplicaci¨®n de hijos en las personas menos capaces y preparadas -y con frecuencia no s¨®lo en el aspecto econ¨®mico- para tenerlos; barbaridad que pagan los primeros los mismos hijos, y despu¨¦s toda la sociedad, que deber¨¦ soportar de por vida a esos marginados por sus mismos padres.-