Gobierno en rodaje
EL VIERNES, el presidente Aznar se vio precisado a salir a la palestra para intentar contrarrestar la imagen de confusi¨®n proyectada por algunas declaraciones contradictorias de sus ministros en estos primeros d¨ªas de su mandato. Esa confusi¨®n ha causado sorpresa. Se supon¨ªa que ten¨ªan las cosas m¨¢s pensadas. Concretamente, que dispon¨ªan de ideas m¨¢s claras sobre asuntos como la Uni¨®n Monetaria, las pensiones, la reducci¨®n de altos cargos, el alcance de la pol¨ªtica de privatizaciones, la adscripci¨®n de Instituciones Penitenciarias, la magnitud del ajuste presupuestario o el futuro del Estado del bienestar. E incluso los nombres de quienes habr¨ªan de llevar a la pr¨¢ctica sus proyectos. La sensaci¨®n es de una cierta improvisaci¨®n. Como si el hecho de no haber alcanzado la esperada mayor¨ªa los hubiera dejado sin linea pol¨ªtica.El reproche m¨¢s com¨²n contra el PP en v¨ªsperas de las elecciones era que sus principales objetivos -reducir a la vez los impuestos y el d¨¦ficit manteniendo intocables las prestaciones sociales- resultaban incompatibles. La respuesta de Rato, Montoro y compa?¨ªa era que con sus medidas de est¨ªmulo al crecimiento, (a trav¨¦s de la reforma fiscal y otras) la recaudaci¨®n aumentar¨ªa, lo que permitir¨ªa reducir el d¨¦ficit. A veces el argumento se Completaba con invocaciones al importante ahorro que resultar¨ªa de sus propuestas de austeridad, entre las que siempre se citaba el adelgazamiento de la Administraci¨®n, sobre todo en el cap¨ªtulo de altos cargos.
La situaci¨®n es ahora la siguiente: el recorte de impuestos ha sido olvidado, las perspectivas de crecimiento econ¨®mico se han esfumado y nuevos, factores de gasto agravan las perspectivas de las cuentas p¨²blicas. En el primer trimestre, la econom¨ªa espa?ola ha crecido al 2%, y se da por seguro que en los pr¨®ximos d¨ªas el Gobierno bajar¨¢ la previsi¨®n para el conjunto del a?o al 2,5%, nueve d¨¦cimas por debajo de la previsi¨®n del anterior Gobierno. Ello no s¨®lo aleja esa perspectiva de aumento de recaudaci¨®n fiscal, sino que, garantiza su reducci¨®n, lo que obligar¨¢ a recortes adicionales del gasto. Seg¨²n los expertos, esa reducci¨®n de los ingresos tendr¨¢ que compensarse, para mantener el objetivo de d¨¦ficit, con un ajuste de m¨¢s de 250.000 millones. A ello habr¨ªa que a?adir el aumento de gasto derivado del nuevo sistema de: financiaci¨®n auton¨®mica, todav¨ªa desconocido.
Tambi¨¦n habr¨ªa que considerar los agujeros descubiertos o por descubrir. Aznar dijo haberlos encontrado en la televisi¨®n p¨²blica, el Ministerio de Agricultura y, sobre todo, la Seguridad Social. Los ex ministros concernidos niegan tal cosa. La experiencia aconseja no creer a nadie bajo palabra en este terreno, pero hablar de "d¨¦ficit oculto" parece, en todo caso, impropio: los 27.000 millones, (y no 50.000, como hab¨ªa adelantado la ministra) de Agricultura corresponden ayudas extraordinarias contra la sequ¨ªa y, seg¨²n los anteriores responsables del departamento, figuran en la documentaci¨®n entregada a sus sucesores; el medio bill¨®n de la Seguridad Social corresponder¨ªa a un pr¨¦stamo adelantado por el Banco de Espa?a seg¨²n pautas habituales y tambi¨¦n figurar¨ªa en las cuentas facilitadas.
De todas formas, un criterio de prudencia habr¨ªa aconsejaado no excitar el celo penalizador de los mercados financieros. Ahora son el Gobierno, sus palabras no se las lleva el viento. Es una lecci¨®n que Rato aprendi¨® la semana pasada al precio de una precipitada rectificaci¨®n. Es probable que, cualquiera que fuera el signo del Gobierno, las perplejidades hubieran sido similares, porque los problemas son complicados y, como se ve a prop¨®sito del paro y la reforma laboral, no hay medidas correctoras que no impliquen nuevos problemas; pero era tanto el empe?o de Aznar en transmitir la idea de que todo lo ten¨ªa clar¨ªsimo que se comprende el ir¨®nico regocijo con que los antiguos gobernantes contemplan la zozobra de los nuevos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.