La mala sombra de Karadzic
RADOVAN KARADZIC, el l¨ªder pol¨ªtico de los serbo-bosnios acusado de cr¨ªmenes de guerra por el Tribunal Internacional de La Haya, parece estar dispuesto a retirarse a un segundo plano en la llamada Republika de Sprska, el feudo "¨¦tnicamente puro " creado a sangre y fuego por los serbios en Bosnia-Herzegovina. El alto representante internacional Carl Bildt as¨ª lo ha hecho saber, y ha afirmado que estamos ante "el principio del fin de Karadzic", quien seis meses despu¨¦s de los acuerdos de paz de Dayton, y contrariamente a la letra y el esp¨ªritu de ¨¦stos, permanece en su cargo oficial. A¨²n es pronto para asegurar si Karadzic acabar¨¢ a la sombra, capturado y condenado por el Tribunal de La Haya -o al menos alejado de toda actividad pol¨ªtica-, o si, por el contrario, seguir¨¢ en la sombra manejando los hilos de la pol¨ªtica serbobosnia y atizando el odio ¨¦tnico.Los acontecimientos pol¨ªticos se est¨¢n precipitando. La semana pasada, Karadzic destituy¨® a su primer ministro, Rajko Kasagic, tras una nueva discusi¨®n entre ambos sobre los acuerdos de D4yton y las relaciones de la entidad serbobosnia con el mundo exterior. Nombr¨® en su lugar a Gojko Klickovic, contrario a la unidad de Bosnia-Herzegovina, pero con el cual Bildt parece ahora, tras las iniciales cr¨ªticas internacionales, dispuesto a tratar como interlocutor al menos temporal. El caso es que aquello que deseaba la comunidad internacional ha terminado por producirse: una importante facci¨®n de la direcci¨®n serbobosnia le ha plantado cara a Karadzic, mientras aumenta la tensi¨®n pol¨ªtica entre el feudo de ¨¦ste, Pale, y Banja Luka, donde se concentran los moderados.
El entorno de Bildt dej¨® sentado durante el fin de semana que Karadzic se hab¨ªa comprometido, si no a dimitir a¨²n como presidente de la Rep¨²blica de Sprska, s¨ª a abandonar la escena pol¨ªtica y no bloquear el proceso de paz. No queda a¨²n claro que estemos ante el resultado de un pacto m¨¢s o menos expl¨ªcito o de una maniobra realizada por Bildt, la comunidad internacional y el propio l¨ªder serbio, Milosevic, para forzar la aplicaci¨®n del plan de paz. Karadzic ha anunciado que ced¨ªa parte de sus poderes a una de sus vicepresidentas, Biljana Plavsic. ?sta es tan radical como ¨¦l, si bien no est¨¢ acusada por el Tribunal de La Haya, lo que autom¨¢ticamente la inhabilitar¨ªa para cargo alguno y como interlocutora internacional. Con estos gestos, sin embargo, Karadzic podr¨ªa estar buscando una posici¨®n en segundo plano desde la que seguir moviendo muchos hilos, como lo ha venido haciendo desde la firma de los acuerdos de Dayton, y m¨¢s especialmente con vistas a las elecciones en Bosnia-Herzegovina, previstas para septiembre, a las que, pese a que lo excluyen los acuerdos de Dayton, podr¨ªa estar pensando en presentarse. Incluso algunos afines a Karadzic hablan de la posibilidad de un refer¨¦ndum sobre su liderazgo, lo que socavar¨ªa los esfuerzos para la paz.
Lo que est¨¢ ocurriendo puede, sin embargo, facilitar la aplicaci¨®n de los acuerdos de Dayton. El mensaje internacional a los serbobosnios es expl¨ªcito: si quieren beneficiarse de los dividendos de la paz, tienen que desembarazarse de sus dirigentes m¨¢s comprometidos en las atrocidades cometidas contra los civiles musulmanes. Quiz¨¢ estos movimientos consigan que l¨ªderes alternativos moderados, como Kasagic, asienten su peso pol¨ªtico entre la poblaci¨®n serbiobosnia. Pero tambi¨¦n podr¨ªan legitimar a los duros de la segunda l¨ªnea de los seguidores de Karadzic. Est¨¢ en juego el porvenir de los acuerdos de Dayton, la posibilidad de una Bosnia unida y pacificada y la credibilidad de la comunidad internacional. Pero para todos estos objetivos ser¨ªa m¨¢s conveniente un Karadzic a la sombra -de ser posible junto al general Ratko MIadic- que en la sombra.
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