Instituciones Penitenciarias, a Interior
Decisi¨®n desafortunada. Desconozco las razones que les han impulsado a tomar tal medida, pero no era esto lo m¨¢s urgente y necesario. Ni respecto a mejorar la organizaci¨®n y situaci¨®n. de los funcionarios ni para cumplir mejor la finalidad que nuestra legislaci¨®n se?ala referente a los internos. En uno y otro caso consideramos que lo m¨¢s indicado ser¨ªa orientarnos hacia competencias auton¨®micas. Puesto que se viene realizando una pol¨ªtica penitenciaria orientada a que la persona privada de libertad se ubique en un centro de su comunidad, que se constituya en un usuario m¨¢s de los servicios sociales y que participe de las oportunidades que las instituciones, ONG y otros colectivos le brindan con el fin de facilitar su normalizaci¨®n social. Por lo tanto, los funcionarios que trabajen con estos objetivos resulta l¨®gico que se articulen en torno al gobierno de la comunidad. En esta l¨ªnea parecen estar algunos partidos pol¨ªticos.Lamentamos profundamente este cambio al Ministerio de Interior. Porque sospechamos que no se convierta en un mero cambio de administraci¨®n, sino que implique resucitar un desdichado proyecto del se?or Asunci¨®n en el que confunde la vigilancia exterior de la casa con lo que se cuece dentro. Nada tiene que ver una cosa con la otra. Guardia civil y polic¨ªa vigilan edificios p¨²blicos, persiguen, detienen y trasladan ante las autoridades a los que delinquen. Sin embargo, en los centros penitenciarios trabajan numerosos profesionales de la medicina, la educaci¨®n, las ciencias de la conducta, los servicios sociales, etc¨¦tera, que juntamente con otros voluntarios o profesionales extrapenitenciarios constituyen lo que se llama intervenci¨®n-tratamiento. ?ste ha sido, m¨¢s o menos desarrollado, nuestro sistema, y con bastantes buenos resultados. ?Hacia d¨®nde vamos?- Educador de instituciones penitenciarias.
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