Pepsi y Coca-Cola guerrean en el espacio
Astronautas rusos filman el anuncio de un refresco, y los americanos no lo beben por fallos del sistema
Como si de una competici¨®n se tratara, dos equipos de astronautas rivalizan estos d¨ªas por atraer la atenci¨®n de los millones de terr¨ªcolas que en sus vidas cotidianas no se acuerdan de que varios centenares de kil¨®metros por encima de sus cabezas giran naves espaciales con seres humanos a bordo. En la vieja estaci¨®n rusa Mir, dos hombres y una mujer mantienen desde marzo la estaci¨®n en pleno uso, que no es poco dado su estado, y realizan experimentos cient¨ªficos.En el transbordador Endeavour, seis hombres tambi¨¦n realizan experimentos, entre ellos, la prueba de una antena desplegable del tama?o de una pista de tenis. Pero lo curioso es que estos d¨ªas, mientras en la Mir los astronautas rusos se filman a s¨ª mismos a mayor gloria de la Pepsi Cola, en el Endeavour, los estadounidenses prueban un dispensador de Coca-Cola que, adem¨¢s, est¨¢ funcionando mal.
En la Mir, la mujer es la estadounidense Shannon Lucid, que se ha convertido en la primera tripulante extranjera de la estaci¨®n. Sus compa?eros rusos, Yuri Onufrienko y Yuri Usachev, han posado con un enorme bote hinchable de Pepsi-Cola con vistas a un futuro anuncio de esta marca de bebidas gaseosas. Es parte de su trabajo porque, gracias a ingresos extraordinarios como ¨¦ste, se mantiene en parte el depauperado programa espacial ruso.
Lucid no ha participado en el anuncio, porque su pa¨ªs ya paga una gran suma por tenerla a bordo de la Mir, pero s¨ª se hizo cargo ele la estaci¨®n mientras sus compa?eros sal¨ªan durante cinco horas al espacio el pasado martes para instalar paneles solares en el exterior de uno de los m¨®dulos. A pesar de no ser la primera mujer que vive en la Mir una temporada, la prolongada estancia (empez¨® en marzo y durar¨¢ 120 d¨ªas) y el hecho de que sus compa?eros sean dos varones han llevado a la prensa sensacionalista rusa a especular sobre la existencia de un objetivo secreto de esta misi¨®n, que ser¨ªa el estudio de la procreaci¨®n en el espacio con vistas a futuras largas misiones. Tan obvia conclusi¨®n no ha merecido mayores comentarios de los responsables de los programas espaciales ruso y estadounidense.
En el Endeavour, el trabajo no para en esta misi¨®n de 10 d¨ªas que empez¨® el pasado domingo. El lunes, los seis astronautas (cinco estadounidenses y un canadiense) empezaron la prueba de la antena circular desplegable, anclada a un sat¨¦lite, el Spartan, recuperado el martes por el transbordador mientras la antena ca¨ªa hacia la Tierra. Los datos obtenidos por el sat¨¦lite mientras la sujetaba permitir¨¢n saber si la antena, similar a un paraca¨ªdas, resultar¨¢ viable. Por ahora, s¨®lo se sabe que en las im¨¢genes filmadas se observ¨® una preocupante ondulaci¨®n en el fin¨ªsimo material con que est¨¢ fabricada.
Ayer empez¨® un nuevo experimento con un diminuto sat¨¦lite que est¨¢ dise?ado para estabilizarse a si mismo con sensores que detectan el campo magn¨¦tico de la Tierra. Si funcionara bien, supondr¨ªa aligerar mucho el peso de los sat¨¦lites, que normalmente deben llevar peque?os cohetes y combustible para estabilizarse en ¨®rbita. El Endeavour volver¨¢ a inspeccionarlo tres veces antes de regresar a Tierra, el pr¨®ximo d¨ªa 29.
En el transbordador viajan tambi¨¦n 1.000 larvas de mejill¨®n, 32.000 huevos de erizo de mar, 6.000 embriones de estrella de mar y 12 ratas. Todos ellos en aras de la experimentaci¨®n biol¨®gica. Pero el dispensador de Coca-Cola, probado por encargo de la empresa fabricante a cambio de una sustanciosa suma, no alcanza a mezclar bien, en ausencia de gravedad, el gas carb¨®nico con el l¨ªquido base, y los astronautas se han quedado sin esa bebida. Conclusi¨®n: resulta m¨¢s f¨¢cil hacer un anuncio de bebida gaseosa en el espacio que beberla.
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