Tres en liza

Se dir¨ªa que en la guerra entre los automovilistas poco respetuosos con los dem¨¢s y el Ayuntamiento, cualquier victoria de los primeros es una derrota para nuestro consistorio. El planteamiento es falso. Las partes en conflicto no son dos, sino tres: el conductor que aparca sin respetar se?ales ni a los dem¨¢s, en doble o triple fila, el que respeta a los dem¨¢s, y el Ayuntamiento. Dado que pr¨¢cticamente todos somos conductores, de aquel planteamiento no se libra casi nadie, jueces y magistrados incluidos. Suelen analizar la actuaci¨®n del Ayuntamiento con lupa y permitir que los infractores queden impunes. No aplican la sabia jurisprudencia del Alcalde de Zalamea.Muchas veces, cuando un conductor ha estacionado en doble -o triple- fila y los empleados de la gr¨²a se afar¨ªan en retirar el veh¨ªculo, los ciudadanos se ponen de parte del infractor sin tener en cuenta que el coche mal estacionado no perjudica al Ayuntamiento, sino a los dem¨¢s conductores. Un equivocado sentido corporativo de ¨¦stos prevalece sobre su propio inter¨¦s en que las calles queden expeditas. L¨®gico ser¨ªa que abuchearan al ciudadano molesto, no a quienes trabajan para. defenderles de ¨¦l.

La Administraci¨®n debe respetar la ley y cumplir todos los requisitos en su actuaci¨®n. Nadie lo duda. La O.R.A. naci¨® viciada de peque?os defectos formales, pero es el intento m¨¢s serio realizado para tratar de repartir de manera imaginativa, pr¨¢ctica, el poco espacio disponible en nuestras v¨ªas p¨²blicas entre el n¨²mero cada vez mayor de veh¨ªculos circulando y estacionados. Que los madrile?os en un principio lo reconocieron as¨ª lo demuestra el hecho de que la O.R.A. fue bien recibida, respetada por la inmensa mayor¨ªa. Posteriormente se ha ido deteriorando por diversos motivos: falta de autoridad de los controladores", disminuci¨®n de su n¨²mero, ineficacia en el c obro de las multas, poca habilidad del Ayuntamiento para "vender" la idea y lograr que los ciudadanos la acepten.

Es previsible -ya se han difundido rumores- que la O.R.A. desaparezca, como en su d¨ªa la "zona azul", por consunci¨®n. Es una l¨¢stima porque remozada, sin sus defectos, ser¨ªa buen instrumento para ordenar el tr¨¢fico y el aparcamiento en nuestras calles.-