La hidra
Hidra, monstruo mitol¨®gico de m¨²ltiples cabezas; cuando se corta una renace de nuevo; proteo multiforme; puede ser tambi¨¦n una pesadilla. As¨ª parece ser el GAL, acallado durante el veraneo pol¨ªtico pero que resurge cuando parec¨ªa ya muerto, sin duda la peor herencia pol¨ªtica que el PSOE deja al PP hasta el punto de que la vieja conspiraci¨®n contra el Gobierno socialista podr¨ªa parecer hoy conspiraci¨®n a su favor. No es para menos. Veintisiete cad¨¢veres pueden alimentar innumerables pesadillas alz¨¢ndose en el camino de una racionalizaci¨®n del problema terrorista. "Un apa?o para hoy y una grave hipoteca para ma?ana",; clarividente opini¨®n emitida en 1984 por el general Cassinello, ex jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, acusado pocos d¨ªas antes del encarcelamiento de otro general" Rodr¨ªguez Galindo, "provisionalmente responsable" de los delitos de detenci¨®n ilegal, tortura y asesinato de Lasa y Zabala "probablemente siguiendo ¨®rdenes de sus superiores" (seg¨²n declara el fiscal), tras trece a?os en que los hechos han permanecido, "deliberadamente ocultos". De modo que aquellos apa?os no s¨®lo hipotecaron el anterior Gobierno, sino que amenazan con paralizar al incipiente Gobierno del PP creando, profundas divisiones en su seno.Al margen de sus numerosas ramificaciones jur¨ªdicas, dos son al menos las actuales cabezas pol¨ªticas de la hidra: el debate sobre la desclasificaci¨®n de los papeles del Cesid y la solicitud de una comisi¨®n de investigaci¨®n parlamentaria. Sin duda, y como ha se?alado ?lvarez Cascos, puede resultar chocante que el nuevo Gobierno desclasifique documentos clasificados por el Gobierno anterior. Cierto que el argumento se presta a ser exagerado, pues si as¨ª fuera jam¨¢s podr¨ªa desclasificarse documento alguno. Pero es imprudente no atenderlo; pensar que una unidad de inteligencia puede trabajar bajo la atenta mirada de los tribunales es tanto como ordenar su cierre. El PP, desde la oposici¨®n, ha podido jugar con ese argumento; ahora sabe que no puede siquiera amagar con ¨¦l. Por ello, si los tribunales tienen el deber jur¨ªdico de hacer cuanto est¨¢ en su mano para obtener esos documentos, el Gobierno tiene tambi¨¦n el deber pol¨ªtico de hacer cuanto est¨¢ en su mano para no entregarlos. No hay ah¨ª contradicci¨®n alguna, pues para eso se dividi¨® el poder, para que uno contrapese al otro.
La segunda cabeza de la hidra solicita la creaci¨®n de una comisi¨®n parlamentaria de investigaci¨®n sobre los GAL. La misma que el PP obtuvo, que m¨¢s tarde decapit¨® y que ahora se niega a conceder. El poder obra maravillas aunque no siempre por buenas razones. Creo que ¨¦stas, sin embargo, lo son. Pues el tema de los GAL form¨® parte esencial del debate partidista del invierno pasado y por ello las eventuales responsabilidades pol¨ªticas que pudieran existir se zanjaron en las elecciones del 3 de marzo. En democracia el m¨¢ximo juez de esas responsabilidades es el electorado, y quienes hemos defendido la separaci¨®n entre responsabilidad pol¨ªtica y penal no podemos sostener ahora otra cosa. A salvo de hechos nuevos que pongan en entredicho la credibilidad de autoridades en activo, lo que sin duda no ha ocurrido, la l¨®gica constitucional desaconseja constituir una comisi¨®n parlamentaria de investigaci¨®n paralela a la actuaci¨®n de la justicia y que controlar¨ªa, no al Gobierno actual, sino al pasado.
En sus declaraciones de 1984, Cassinello se?alaba que el PSOE hab¨ªa entrado en el tema del terrorismo como un Miura. Aquel astado anda suelto y puede a¨²n cornear en una y otra direcci¨®n. Y el Gobierno no lo tiene nada f¨¢cil sometido como est¨¢ a una triple exigencia: ser consecuente consigo mismo, ser leal con el anterior Gobierno de la naci¨®n y ser leal con los espa?oles y la Constituci¨®n. De modo que, ni puede cerrar los ojos ni puede entrarle de frente al astado. La mejor l¨ªnea pol¨ªtica es probablemente dejar trabajar a los tribunales de justicia colaborando lealmente con ellos, pero consciente de que hay otros intereses leg¨ªtimos adem¨¢s de los de la justicia. Es, qu¨¦ duda cabe, una l¨ªnea muy sinuosa.
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