Cascos anuncia que una ley fijar¨¢ los "l¨ªmites" que no pueden sobrepasar los servicios secretos

El vicepresidente primero y ministro de la Presidencia, Francisco ?lvarez Cascos, ha asumido como tarea propia la coordinaci¨®n y control de los servicios de informaci¨®n del Estado. As¨ª lo demostr¨® ayer durante la toma de posesi¨®n del nuevo director del Cesid, el teniente, general en la reserva Javier Calder¨®n, y de los dem¨¢s altos cargos del Ministerio de Defensa. ?lvarez Cascos aprovech¨® el acto para anunciar un nuevo organismo encargado de coordinar los servicios secretos y la regulaci¨®n por ley de sus fines, medios, l¨ªmites de actuaci¨®n y mecanismos de control.

La escena recordaba la ¨²ltima etapa del Gobierno socialista, cuando Narc¨ªs Serra tutelaba desde Moncloa a sus sucesores en Defensa. ?lvarez Cascos no s¨®lo protagoniz¨® la toma de posesi¨®n de los nuevos altos cargos del departamento de Eduardo Serra, sino que incluso present¨® a uno de ellos: el director del gabinete del ministro, Pedro Arg¨¹elles.Ingeniero industrial, banquero por tradici¨®n familiar y diputado del PP en la Asamblea de Madrid, Arg¨¹elles es, seg¨²n explic¨® ?lvarez Cascos, un "viejo amigo y paisano" suyo. Por las manos del nuevo director pasar¨¢n cuantas iniciativas aborde el independiente Eduardo Serra al frente del Ministerio de Defensa.

La renovada c¨²pula del departamento es fruto de un delicado equilibrio entre el ministro y el partido. Junto a un militante del PP, hay un hombre de la confianza personal de Serra, Laureano Garc¨ªa, director de Reclutamiento y Ense?anza.

El secretario de Estado, Pedro Moren¨¦s, y el subsecretario, Adolfo Men¨¦ndez, han sido elegidos tambi¨¦n por Serra y aceptados por el PP, atendiendo a su perfil profesional -gestor el primero, letrado el segundo- y al hecho de que no est¨¢n vinculados a la anterior etapa de Defensa.

El nombramiento m¨¢s complejo ha sido el del nuevo director del Cesid. La designaci¨®n de Javier Calder¨®n ha sido consensuada entre el vicepresidente y el ministro, quien ayer record¨® su prolongada colaboraci¨®n con el teniente general, primero en el ministerio y luego en la Fundaci¨®n de Ayuda contra la Drogadicci¨®n (FAD).

Pese a ello, el vicepresidente primero se encarg¨® de anunciar los principales proyectos sobre los servicios secretos: la creaci¨®n de un organismo de coordinaci¨®n, previsiblemente bajo su autoridad, y la regulaci¨®n por ley de los objetivos, medios, l¨ªmites de actuaci¨®n y sistemas de control del Cesid. El vicepresidente adelant¨® que su prop¨®sito no es restringir las competencias de ning¨²n servicio, sino evitar que el solapamiento sin coordinaci¨®n produzca ineficacia. En consecuencia, el Cesid seguir¨¢ ocup¨¢ndose de la lucha antiterrorista, pero deber¨¢ canalizar la informaci¨®n hacia este futuro organismo de coordinaci¨®n.

Respecto a la prometida ley, seg¨²n ?lvarez Cascos, se trata de dotar al Cesid de un marco legal, similar al que existe en la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos, que defina con claridad los "l¨ªmites" en que debe desenvolverse su actuaci¨®n, de forma que se eviten desviaciones.

El anuncio de que la actividad del Cesid se regular¨¢ por ley fue calificado de "esperanzador" por su nuevo director, quien record¨® que "ha sido un deseo hist¨®rico del centro".

Calder¨®n rehus¨® extenderse en sus declaraciones, alegando tanto la discreci¨®n propia de su puesto como el hecho de que hace ya 14 a?os que se march¨® del centro, en 1982, y no conoce su actual situaci¨®n. No obstante, se mostr¨® dispuesto a comparecer ante el Parlamento siempre que se le requiera.

Preguntado por la desclasificaci¨®n de los documentos del Cesid sobre la guerra sucia, respondi¨® con un lac¨®nico "sin comentarios". [Desde Rabat, el secretario de Estado de Comunicaci¨®n, Miguel Angel Rodr¨ªguez, reiter¨® ayer que algunos de esos documentos "no constan ni parece que hayan constado nunca" en los archivos del Cesid].