La vista de Palma fue una clase de Derecho
El veredicto exculpa a los acusados de querer sobornar a la Guardia Civil
Por mayor¨ªa de siete votos a dos a dos, el jurado exculp¨® a dos acusados de querer sobornar a la Guardia Civil. La vista fue una clase pr¨¢ctica sobre los fundamentos del Derecho en una sociedad democr¨¢tica, una reflexi¨®n pedag¨®gica para profanos sobre los principios generales del derecho penal y las garant¨ªas procesales. "Han de meterse [los jurados] en la mente de los acusados y basta tener sentido com¨²n". El fiscal Ladislao Roig adoctrin¨® al jurado desde la pasi¨®n y la emoci¨®n del jurista progresista. Reconoci¨® tener "piel de gallina" y "orgullo, alegr¨ªa, miedo y nervios" y compar¨® la llegada del jurado a la televisi¨®n en blanco y negro. "Espero que pronto sea normal, como la tele en color".Juan Jos¨¦ L¨®pez Ortega, presidente del Tribunal, efectu¨® un ale ato final sobre las garant¨ªas de fas pruebas y tambi¨¦n a favor de la presunci¨®n de inocencia: "En una sociedad democr¨¢tica, m¨¢s vale absolver a diez culpables que condenar a un inocente", se?al¨®.
Los nueve jurados -siete hombres y dos mujeres- ten¨ªan enfrente un caso de presunta corrupci¨®n a la guardia civil, un intento de soborno, tipificado como un delito de cohecho, que de acuerdo con el nuevo C¨®digo Penal quedar¨ªa penado con multa de entre 200.000 y 400.000 pesetas y que en el caso de impago se abonar¨ªan con veinte o cuarenta d¨ªas de trabajos al servicio de la comunidad. El jurado deb¨ªa determinar si dos acusados tuvieron intenci¨®n de corromper a los miembros de la Guardia Civil; si pretendieron sobornarles para que frenaran la - investigaci¨®n sobre su empresa o, por el contrario, obraron con la mejor de las intenciones al donar 200.000 pesetas para los ni?os pobres de Calvi¨¤.
"Quer¨ªa integrar a la empresa en la sociedad mallorquina como se hace en Alemania, donde se dan donativos a la polic¨ªa y a los bomberos", declar¨® Lotthard Gerard Schutze, un empresario alem¨¢n que tiene una cadena de cinco tiendas-bares de m¨²sica en Mallorca. Permaneci¨® detenido dos d¨ªas por este causa.
En enero de este a?o orden¨® a su empleado Juan Carlos Alonso, de 32 a?os, que se personara ante el comandante del puesto de la Guardia Civil de Palmanova (Calvi¨¤) y le entregara el citado donativo. En una carta se especific¨® su deseo: realizar un regalo con destino "a los ni?os necesitados, jardines maternales, t¨®mbolas y peque?as fiestas". Cuando el fajo de billetes qued¨® sobre la mesa, el sargento detuvo al donante y a su delegado. Hac¨ªa dos d¨ªas que la Guardia Civil hab¨ªa realizado una inspecci¨®n en una de las tiendas de Schutze en la que detect¨® discos compactos supuestamente piratas.
Asistentes y observadores
Alonso dijo por dos veces que, tras la acci¨®n de inspecci¨®n, "la asesora nos dijo que lo mejor para no tener problemas en la sociedad era hacer donaciones a las instituciones locales". En la cadena comercial se intervinieron 10.000 copias de este tipo.Cinco de las treinta personas seleccionadas fueron descartadas para integrar el jurado. Fiscales y abogados -s¨®lo una juez- fueron mayor¨ªa entre los sesenta espectadores que siguieron la vista, ma?ana y tarde. Un profesor estadounidense, Steven Hamean, de Sant Luis, especialista en derecho procesal y que vivi¨® la implantaci¨®n del jurado en Rusia, fue un activo observador que hoy dar¨¢ una, charla a jueces y juristas.
Un guardia civil que actuaba como testigo cometi¨® un desliz que alarm¨® al presidente. "El juez de instrucci¨®n me dijo: esto es un cohecho como una catedral", indic¨®. L¨®pez Ortega interrumpi¨®: "En ning¨²n caso debe influir en su ¨¢nimo ( ... ). Los jueces tambi¨¦n se equivocan".
Entre las diversas respuestas del veredicto, los miembros del jurado contestaron por unanimidad que el dinero fue entregado a la Guardia Civil, pero una mayor¨ªa de siete a dos vot¨® que no existi¨® ¨¢nimo de soborno.
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