D¨ªaz Padr¨®n publica el ¨²nico cat¨¢logo razonado de una colecci¨®n del Prado
El museo tiene el fondo m¨¢s rico de pintura flamenca del siglo de Rubens
El historiador del arte Mat¨ªas D¨ªaz Padr¨®n, de 59 a?os, conservador jefe de pintura flamenca y holandesa del Museo del rado, presenta hoy la primera catalogaci¨®n completa de la colecci¨®n de pintura flamenca del siglo XVIII, "la m¨¢s rica del mundo", resumen de 25 a?os de investigaciones en archivos y museos. Es la primera vez que en la historia del museo se publica un cat¨¢logo razonado de una de sus colecciones, objetivo de los directores desde principios de siglo. "Es como meterse en un bosque" declara el conservador que ha descubierto m¨¢s rubens.
En la sala de temas mitol¨®gicos de Rubens del Museo del Prado, Mat¨ªas D¨ªaz Padr¨®n se acerca a El juicio de Paris y dice que hay a?adidos de pintura a los breves vestidos de las tres diosas, seguramente de tiempos de Carlos III, que hab¨ªa destinado a la hoguera una serie de cuadros. Sobre las p¨¢ginas de la Inmaculada de Rubens comenta el proceso gr¨¢fico y de documentos para demostrar la falsa atribuci¨®n anterior a Quellinus. En este cat¨¢logo razonado -en 1975 public¨® un primer cat¨¢logo a partir de su tesis doctoral- "hay m¨¢s de 60 pinturas que cambian de autor, entre ellas cuatro o cinco de Rubens".El siglo de Rubens en el Museo del Prado (editorial Prensa Ib¨¦rica, tres vol¨²menes, 70.000 pesetas) contiene la biograf¨ªa de 150 pintores flamencos del siglo XVII, como Rubens, Van Dyck, Jordaens, Brueghel, Boel, Fyt, Snyders, Francken, y el an¨¢lisis de los 627 cuadros conservados en el museo, reproducidos en 600 ilustraciones, adem¨¢s -de otras 2.000 que documentan los procesos de las pinturas.
Inventarios
Con el inicial empuje de su maestro, Diego Angulo, la investigaci¨®n recorre el mecenazgo de la Corona espa?ola y su afici¨®n a la pintura flamenca, sobre todo en los reinados de Carlos V y Felipe II. La intenci¨®n era "conseguir la independencia cultural" con el conocimiento de las colecciones del museo. D¨ªaz Padr¨®n tiene que seguir los inventarios a lo largo de tres siglos, sobre los documentos en archivos o con prism¨¢ticos en las iglesias de B¨¦lgica para recoger datos sobre artistas, desconocidos."La historia, y no el museo ha proporcionado la colecci¨®n de pintura flamenca", declar¨® ayer D¨ªaz Padr¨®n. "Los monarcas tienen educaci¨®n e inter¨¦s por el arte, e incluso alguno practica la pintura. Tienen gustos muy amplios, como en Felipe II, con sus preferencias por Vel¨¢zquez y Rubens. Todas las pinturas responden a motivaciones del gusto o a imperativos religiosos. Las obras de Rubens interpretan los sue?os de grandeza de los ¨²ltimos Austrias, y es tambi¨¦n un difusor de las ideas de la Contrarreforma, como en su cuadro de exaltaci¨®n de la eucarist¨ªa".
En el trabajo de D¨ªaz Padr¨®n, la estrella es Rubens. Documenta sus dos viajes a Espa?a, en 1603 y en 1628, como diplom¨¢tico y artista, con un amplio intercambio de obras, desde el retrato del duque de Lerma -Diego Angulo consigui¨® que este cuadro no saliera de Espa?a"- a las copias de Tiziano. D¨ªaz Padr¨®n termina con la pol¨¦mica sobre el traba . o en solitario de Rubens o, seg¨²n otros especialistas, la labor desarrollada en el taller. "Por los testimonios sabemos que pint¨® sin parar y solo, con frecuencia vigilado por el rey".
"Rubens es una figura deslumbrante", dice D¨ªaz Padr¨®n para explicar el desarrollo del siglo de oro flamenco, tras el dominio de la pintura italiana en el siglo XVI. "El XVII es la revancha de Flandes. Rubens, tiene la suerte de unir dos modalidades aparentemente contrarias: el realismo profundo, la t¨¦cnica de colorido caliente de Flandes, con la majestad romana y el esplendor de la gran composici¨®n. Es un arte de s¨ªntesis entre el colorido fogoso del norte y el potencial imaginativo de Italia".
El cat¨¢logo coincide con el nombramiento de Fernando Checa, quien ha anunciado una dedicaci¨®n m¨¢s cient¨ªfica. Los cambios tendr¨¢n que afectar al r¨¦gimen interior. En las salas de Rubens falta Las tres Gracias desde hace dos semanas, al subir al taller de restauraci¨®n. El conservador jefe de la colecci¨®n no hab¨ªa sido informado ni se le hab¨ªa pedido su opini¨®n.
Babelia
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