Peres, la tenacidad de un todoterreno
El l¨ªder laborista ha desempe?ado pr¨¢cticamente todas las carteras clave que un Gobierno puede ofrecer
Una de las virtudes que incluso sus cr¨ªticos m¨¢s agudos reconocen a Sim¨®n Peres, de 73 a?os, es su tenacidad. ?ltimamente se ha manifestado de modo inequ¨ªvoco en ¨¦l el peso de su edad por los trabajos de una campa?a electoral que le obligaba a actuar simult¨¢neamente como guardameta y delantero centro en los minutos finales de? partido por el futuro de Israel. Este inmigrante jud¨ªo que en 1934 abandon¨® su aldea natal de Vishneva, en Polonia, para realizar sus sue?os en la Palestina del mandato brit¨¢nico ha demostrado siempre una extraordinaria y consistente versatilidad.Sus a?os mozos ofrecen un interesante testimonio de la habilidad con la que siempre altern¨® sus tareas. Del dedicado estudio del Talmud a la rigurosa interpretaci¨®n acad¨¦mica de Tolst¨®i. "A la edad de nueve a?os", cuando su apellido todav¨ªa era Persky, , batallaba contra Crimen y castigo, ley¨¦ndolo de d¨ªa y revivi¨¦ndolo durante el sue?o", dijo una vez. Ya en Palestina, como Peres, el joven pionero en un kibutz de Galilea, con un viejo fusil M¨¢user al hombro, se dedic¨® a la agricultura, alternando sus labores con la organizaci¨®n de una de las primeras comunidades jud¨ªas. Seg¨²n recuerda en sus memorias La batalla por la paz, publicadas poco despu¨¦s de compartir el Nobel con su antecesor, el asesinado Isaac Rabin, y con el presidente palestino Yasir Arafat hace dos a?os, no fue la falta de tes¨®n o de tiempo lo que le oblig¨® a abandonar toda esperanza de progreso con la mandolina que le regalaron sus padres.
Otros talentos salieron r¨¢pidamente al rescate del joven idealista, y todos convergieron poderosamente en la pol¨ªtica. Peres ha desempe?ado pr¨¢cticamente todos los puestos clave que un Gobierno puede ofrecer. En 1949, cuando el Estado de Israel apenas hab¨ªa cumplido un a?o, fue nombrado jefe de la delegaci¨®n del Ministerio de Defensa israel¨ª enviada a EE UU para adquirir armamento. El ¨¦xito de esa misi¨®n le ayud¨® a escalar a director general del ministerio m¨¢s importante para un pa¨ªs rodeado de poderosos enemigos, puesto desde el que planific¨® el desarrollo de la industria de la defensa, incluyendo la adquisici¨®n del ¨²nico arsenal nuclear de Oriente Pr¨®ximo.
Hoy, Peres, cuyo nombre en hebreo quiere decir buitre, -aunque nunca ha combatido como soldado u oficial en una guerra, es reconocido como uno de los m¨¢s destacados expertos civiles en cuestiones militares del mundo y como el arquitecto de la m¨¢s formidable maquinaria militar de la zona. Tras su elecci¨®n a la Kneset (Parlamento) en 1959, Peres desempe?¨® en distintos Gobiernos laboristas las carteras de Exteriores, Finanzas, Transporte, Comunicaciones e Inmigraci¨®n. Incluso lleg¨® en 1984 a primer ministro durante el Gobierno de unidad nacional de los laboristas con el Likud.
Una de sus primeras acciones fue organizar la retirada parcial del Ej¨¦rcito israel¨ª que hab¨ªa invadido L¨ªbano dos a?os antes. Su misi¨®n en el campo de la diplomacia consisti¨® en impedir la congelaci¨®n de las relaciones con Egipto que, iniciadas tras la hist¨®rica visita de Anuar el Sadat a Jerusal¨¦n en 1977 y plasmadas con los acuerdos de Camp David dos a?os despu¨¦s, parec¨ªan desahuci¨¢das. M¨¢s tarde, como ministro de Exteriores del Gobierno de coalici¨®n dirigido por Isaac Shamir, fue un ardiente defensor de la necesidad para los israel¨ªes de entenderse con la Jordania del rey Hussein.
En campa?a por el liderazgo del laborismo en 1992, Peres perdi¨® ante su viejo rival, Isaac Rabin. As¨ª que fue Rabin y no Peres quien llev¨® a los laboristas al poder ese a?o, pero ir¨®nicamente, Rabin, al ser asesinado por un extremista jud¨ªo el pasado noviembre, le dej¨® la silla a Peres. Con enfoques no siempre coincidentes de la metodolog¨ªa para hacer la paz con los palestinos, los dos rivales por el liderazgo del laborismo no hicieron esfuerzos por disimular su mutua antipat¨ªa. El asesinato de Rabin infundi¨® a Peres a¨²n m¨¢s ¨ªmpetu para anunciar que seguir¨ªa por la senda trazada por su ex jefe aquel 13 de septiembre de 1993 en que, en los jardines de la Casa Blanca, ambos estrecharon la mano a Arafat.
Fue el asesinato de Rabin lo que, seg¨²n dicen sus cr¨ªticos, aliment¨® el af¨¢n de Peres de capitalizar la emoci¨®n popular y adelantar las elecciones, originalmente previstas para el pr¨®ximo noviembre. Pero si Peres llevaba esos d¨ªas una ventaja de popularidad de 25 puntos sobre el Likud, ¨¦sta se evapor¨® con la cadena de atentados suicidas cometidos por extremistas palestinos en febrero y marzo pasados. El Likud aprovech¨® esas matanzas para acusar a Peres de debilidad frente al terrorismo isl¨¢mico. Los bombazos salpicaron de sangre a Israel y le devolvieron, magnificada, la sensaci¨®n de inseguridad, pero no lograron descabezar la fe de Peres en el proceso de paz. A los que ped¨ªan el retorno a las armas, les dijo que el futuro de Oriente Pr¨®ximo ya no depende de los ej¨¦rcitos, sino que est¨¢ en manos de la diplomacia y la econom¨ªa.
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