Voto de recelo hacia la paz
EL RESULTADO de las elecciones israel¨ªes, sea cual sea el porcentaje exacto que acabe obteniendo cada uno de los dos candidatos a primer ministro y sean cuales sean los esca?os precisos obtenidos por los partidos, es preocupante para el proceso de paz en Oriente Pr¨®ximo. El laborista Sim¨®n Peres hab¨ªa planteado estas elecciones como un refer¨¦ndum oficioso sobre el proceso de paz. Y lo ha perdido. La mitad de los israel¨ªes como m¨ªnimo -m¨¢s de la mitad si se confirma la ventaja de Benjam¨ªn Netanyahu en el pulso directo por el puesto de primer ministro- contemplan con recelo no exento de miedo el proceso iniciado en la conferencia de Madrid de 1991.Tras el choque emocional del asesinato de Rabin en noviembre pasado, que despert¨® una oleada de opini¨®n favorable a la paz, los atentados suicidas del grupo integrista Ham¨¢s de febrero y marzo devolvieron a muchos israel¨ªes su profunda desconfianza ante la idea de devolver a los ¨¢rabes tierras ocupadas en la Guerra de los Seis D¨ªas de 1967 a cambio del reconocimiento del derecho de Israel a vivir en paz y seguridad. La explotaci¨®n de dichos sentimientos de inseguridad le ha otorgado a Netanyahu el apoyo de la mitad del electorado y ya casi la certeza de convertirse en el primer jefe de Gobierno elegido por sufragio universal directo en los 48 a?os de historia del pa¨ªs. Su ¨¦xito ha sido particularmente notable entre la mayor¨ªa jud¨ªa, que le ha otorgado el 55,5% de los votos frente al 44,5% de Peres. El masivo apoyo al l¨ªder laborista por parte de la minor¨ªa de ¨¢rabes con nacionalidad israel¨ª no ha sido suficiente para inclinar la balanza en favor de Peres.
La inquietud que dominaba ayer en la izquierda israel¨ª, los pa¨ªses y gobiernos occidentales compro -metidos con el proceso de paz y los vecinos ¨¢rabes de Israel es comprensible. Netanyahu afirm¨® durante la campa?a que no dar¨¢ marcha atr¨¢s en los acuerdos de Israel con la OLP y con Jordania, pero su principal mensaje fue que no seguir¨¢ avanzando. Si cumple su oferta electoral, el Gobierno israel¨ª volver¨¢ a desplegar tropas en Gaza y Cisjordania "si la seguridad de Israel lo exige"; impulsar¨¢ los asentarnientos de colonos jud¨ªos en esos territorios palestinos; no aceptar¨¢ discutir con Arafat sobre Jerusal¨¦n y borrar¨¢ todo vestigio de presencia pol¨ªtica palestina en la Ciudad Santa; jam¨¢s aceptar¨¢ la creaci¨®n de un Estado palestino, y se negar¨¢ a devolver a Siria una sola piedra del Gol¨¢n. Con semejante programa es dif¨ªcil imaginar c¨®mo puede se guir avanzando el proceso de paz.
La esperanza de que contin¨²e el proceso de paz persiste, pese a todo, y se basa en que, gobierne quien gobierne, habr¨¢ de aceptar realidades que son irreversibles o s¨®lo modificables a un coste inaceptable para Israel. Es de esperar que pasadas las pasiones electorales, Netanyahu afronte la cuesti¨®n sin demora y con realismo. Toda par¨¢lisis del proceso de paz podr¨ªa suponer una involuci¨®n del mismo. Siria ya advirti¨® ayer que no sellar¨¢ la paz con Israel sin la devoluci¨®n del Gol¨¢n. Netanyahu podr¨ªa estar pensando, como salida, en un Madrid 2.
De confirmarse su victoria, la primera preocupaci¨®n del l¨ªder, del Likud ser¨¢ formar un gobierno de coalici¨®n entre su partido, los grupos religiosos y _ultraortodoxos y los rusos de Sharansky. Aunque la l¨®gica pol¨ªtica del nuevo sistema, israel¨ª lleve a, encontrar una mayor¨ªa suficiente en torno al primer ministro, estas elecciones dejan un cierto sabor a deslegitimaci¨®n para los dos grandes partidos, el Likud de Netanyahu y el Laborista de Peres: entre ambos s¨®lo obtienen poco m¨¢s de la mitad del total de esca?os de la Kneset, su peor resultado en la historia. del Estado de Israel. En el ¨¢mbito parlamentario ambos han perdido terreno en favor de partidos que representan grupos o intereses sociales muy concretos, revel¨¢ndose as¨ª un efecto perverso de la coincidencia de la elecci¨®n directa del primer ministro con los comicios parlamentarios.
De confirmarse la estrecha victoria que ten¨ªa ayer al alcance de su mano Netanyahu, Peres pasar¨¢ a la historia de Israel como el hombre que nunca gan¨® unas elecciones. ?stos comicios pueden marcar su fin pol¨ªtico. Sin duda era el candidato de Occidente, pero precisamente es eso lo que puede haber provocado una reacci¨®n adversa de los votantes.
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